Parte/64

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David se levantó muy temprano y se fue a la playa le gustaba ver como el sol se iba asomando calentando la tierra con sus rayos, era una vista maravillosa, regreso desayuno con los demás jóvenes, lo invitaron a salir con ellos, querían recorrer la Isla y comprar suvenir para sus familiares y amigos, David ya lo había hacho por lo tanto opto por quedarse, quería disfrutar la playa y el mar de agua tan azul como el cielo.

Tomo sus lentes de sol, su toalla, filtro solar una bebida y un libro, bajo a la playa se sentó en una cómoda silla de descanso a la sombra de una sombrilla y empezó a leer, pasó el tiempo, una cristalina voz lo saco de su lectura.

-David vamos a disfrutar de este mar maravilloso, le dijo Gladis

-Ahorita no me apetece, quizás cuando termine el capítulo de este libro te siga.

-Bueno tú te lo pierdes

-La playa estaba algo desierta a esa hora, la muchacha corrió y se metió al mar a nadar, él siguió leyendo su libro, cuando términos el capítulo, cerro el libro paseo su vista por el inmenso mar buscando a su amiga, no la vio, de pronto vio la cabeza de la muchacha que emergió del agua y se volvía a hundir, el sin pensarlo mucho corrió, al llegar a la orilla del mar le dijo a unas personas.

- Por favor busquen a salvavidas mi amiga está en problemas.

-Mientras tanto el nado hasta llegar donde se encontraba Gladis.

Él era un buen nadador había tomado un curso de salvamento y sabía perfectamente bien que cuando una persona se está ahogando es muy peligroso para el rescatista pues la persona en su desesperación se lo puede llevar con él, ella en cuanto sintió los brazos de David se agarró de su cuello, y dejándolo prácticamente inmóvil, él trato de zafarse de los brazos de la muchacha sin ningún resultado, lentamente se fueron hundiendo los dos, cuando llegaron los salvavidas, encontraron los dos cuerpos flotando sin vida, rápidamente los sacaron los tendieron en la playa, y les empezaron a dar resucitación pero sin resultado alguno los dos fallecieron ahogados.

Ese mismo dia Mateo se sentía incómodo, sentía la misma sensación que sintió cuando su madre agonizaba mientras él se ordenaba de sacerdote, dejo lo que estaba haciendo y se dirigió al teléfono para hablar con su abuela, pero no alcanzo a marcar porque en esos momentos sonó el teléfono, se apresuró a contestar.

-Si, diga

-Mateo soy Verónica ven te necesito, fuertes sollozos salían de la garganta de la mujer

-Mateo grito, ¿Qué pasa le paso algo a mi abuela?

-Como respuesta solo escucho el llanto de la mujer.

Rápidamente colgó el teléfono, habló con sus superiores, a los pocos minutos llego un helicóptero que paro en la azotea del edificio, Mateo subió y este salió rumbo a la casona de su abuela, en menos de tres horas Mateo estaba descendiendo del helicóptero y rápidamente se dirigió a la casona, todas las personas que se encontraba a su paso, se veían con las caras largas con lágrimas en los ojos, él no se detuvo hasta llegar a la habitación de su abuela, pues estaba seguro que le había pasado algo.

-Pero su sorpresa fue mayúscula cuando la vio sana y salva, abrazada a Verónica llorando amargamente, en la habitación estaba Elia, los Gemelos, Eduardo y Mirna, era una escena familiar desgarradora, Verónica en cuanto lo vio se soltó de los brazos de su abuela y corrió a sus brazos sin dejar de llorar copiosamente.

-¿Qué sucedió?

-Mi hijo, mi hijito David, ha muerto, ha muerto, Mateo mi hijo está muerto, muerto

-Mateo quedo mudo por la impresión lo único que acato hacer,  fue estrechar a la mujer contra su corazón, gruesas lagrimas empezaron a salir de sus ojos, en esos momentos entro una enfermera con una inyección e intento inyectar a Verónica, esta con un manotazo le tiro la inyección diciendo.

-Nada de inyecciones no quiero estar idiotizada cuando llegue el cadáver de mi hijo.

 a una seña de la señora Edna la mujer salió de la habitación, a los pocos minutos entro Lola con una tetera con té de los siete azahares ,Lupe llevaba las tazas y sin pronunciar palabra diligentemente les empezaron a servir a los presentes, así como entraron salieron todos empezaron a tomar su taza de té

Poco a poco Verónica se fue calmando, le dijo quedamente a Mateo sin que pudiera escuchar nadie.

-Tú eres el único que me puede ayudar a pasar este trago tan amargo

-Tranquila ya estoy aquí,

-Por favor te voy a pedir, que no me salgas con la estupidez de que hay que acatar la voluntad de Dios, No ahora por favor.

-No, no mi amor, descuida no diré nada.

Con miedo de ser imprudente se arriesgó a preguntar.

-¿Qué fue lo que paso?

-Según nos dijeron por teléfono David murió ahogado en el mar al tratar de salvar a una amiga los dos murieron

-¿Y dónde pasó eso?

-En Grecia en la isla Santorini

-Tenemos que ir a traer el cuerpo, yo voy con ustedes.

-No, no es necesario, el consulado mexicano ya se hizo cargo de eso, el cuerpo llega mañana debidamente embalsamado, movimos influencias para que el procedimiento fuera rápido, es una verdadera tragedia. Mateo se extrañó de no ver al padre del muchacho, pero no pregunto nada al respecto, poco a poco el sueño fue venciendo a Verónica, por orden de doña Edna la enfermera había puesto una gotas para ayudarla a dormir un poco tenía que tener fuerza para lo que iba a vivir al siguiente día, cuando llegara el cuerpo de su hijo. 

La mancha del pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora