Parte/ 63

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-Es que no me explico porque tomo esa decisión, yo prácticamente soy atea y su padre no se diga, fui una imbécil en haberlo metido a ese colegio católico, allí fue donde le llenaron la cabeza de ideas estúpidas, y todo por hacerte caso a ti abuela.

-No, te equivoques hija, allí estudiaron, tus hermanos y tu hijo Mateo, y ellos no se contagiaron con esas ideas, lo que quiere decir que al niño si está convencido y si te opones va a ser peor, recuerda que los hijos siempre llevan la contraria a los padres.

-No me queda más remedio que aceptar espero que solo sea un capricho y se le pase pronto.

-Mateo recibió una llamada telefónica inesperada

-Mateo soy Verónica

-Oh, que sorpresa ¿Paso algo malo?

-No, no todos estamos bien, necesito un favor

-Claro dime si está en mis manos

-Mi hijo Daniel, me salió con que quiere entrar al seminario y necesito una carta de recomendación, ¿me la darías?

-Claro que sí, dame los datos del niño

-Tiene que ser membretado y tener los sellos de la iglesia

-Te la mando por paquetería

-Gracias Mateo, no sé a quién heredo mi hijo eso de querer ser sacerdote, si hubiera crecido cerca de ti, creería que tu habías influido en la decisión, pero ni siquiera lo conoces, creo que por ser primos tu y yo algún gen le heredaste.

-Eso no se hereda Verónica, simplemente se desea o no

-Bueno gracias, eso es todo –y colgó el teléfono

-No le dio tiempo a Mateo ni siquiera a pregúntale como estaba o como le iba, nada simplemente colgó el auricular.

-el quedo pensativo, pero al mismo tiempo contento aunque no tenía el gusto de conocer al hijo de Verónica sentía un cariño por ese niño, ya tenían una afinidad los dos, el querer servir al señor.

Pasaron seis años David cumplió dieciocho años, ese día salió del seminario, salía al mundo, le daban la libertad para que viviera y disfrutara como corresponde a un joven de su edad, en un año si en verdad tenía vocación sacerdotal volvía al seminario y si no se quedaba fuera.

Verónica hizo hasta lo imposible por quitarle esa idea de la mente pero el muchacho tenía muy claro lo que quería, y ni las fiestas ni las chicas a las que conoció a lo largo de ese año lo hicieron desistir de entregar su vida al señor, cuando estaba a punto de cumplirse el año, le dijo a su madre.

-Mamá ya pronto voy a regresar al seminario para hacer realidad mi sueño de convertirme en sacerdote

-Sigues con esa insensatez, ¿por qué te quieres soterrar en un convento? ¿Acaso no te gusta disfrutar de la vida?

-Mamá el hecho de que me convierta en sacerdote no quiere decir que no voy a disfrutar de la vida, pero no te busque para discutir mi vocación, si no para pedir tu permiso quiero hacer un viaje.

-Oh claro que te doy permiso, ¿a donde vas y con quién?

-Vamos a ir el grupo de jóvenes que te presente en total somos ocho, queremos ir a Gracia.

-¿Va con ustedes, Gladis?

Si mamá, somos Francisco, Armando, Hugo, Gladis, Blanca, Sofía y yo, queremos hacer ese viaje antes de entrar a la universidad,

-Muy bien hijo, ¿y para cuando piensan salir?

-El próximo lunes

-¿A qué parte de Grecia van?

-Vamos a pasar a Atenas, para conocer, pero donde vamos a vacacionar es en la isla de Santorini.

-Claro es un lugar muy hermoso

-¿Tú conoces mamá?

_Si hijo es una vista volcánica hermosa y las puestas de sol, son de ensueño.

-A Verónica le dio gusto que Gladis viajara con su hijo, había descubierto que la chica estaba enamorada de él, y quizás en un lugar paradisíaco el olvidara la locura de volverse cura.

-El siguiente lunes los ocho amigo salieron de viaje verónica nunca se imaginó lo que vendría después del viaje de los muchachos.

Los muchachos visitaron Atenas y otros lugares turísticos de Grecia y se instalaron en la Isla Santorini, iban a pasar treinta días de relajación y esparcimiento era un lindo lugar para meditar muy bien en su futuro, al paso del tiempo David se convencía cada vez más de su vocación, ni los diminutos bikinis que usaba Gladis para llamar su atención como mujer lo hicieron desistir por fin Gladis se dio por vencida comprendió que lo único que podría lograr con David era sólo una bonita amistad.

Faltaban dos días para el regreso de los muchachos, verónica esperaba su llegada, para interrogar a Gladis quería saber si habían funcionado los encantos de mujer para hacer desistir a su hijo de esa locura de convertirse en cura.

Ese día despertó con un desasosiego no sabía a qué atribuirlo, se lo comunicó a su abuela

-¿Abuela se puede?

-Pasa hija en estos momento iba a buscarte, ¿te apetece que tomemos el desayuno en el jardín de las rosas

-Si abuela ese lugar me reconforta

-Ordenaron que les llevaran el desayuno al lugar, cuando estaban cómodamente sentadas en la mesa del jardín, su abuela le pregunto

-¿Qué te pasa? Te siento muy inquieta

-Lo estoy abuela, no sé qué me pasa siento miedo pero no se a que

-Edna no dijo nada ella también estaba angustiada, sentía la misma angustia que sintió cuando le dieron la noticia de que su amado marido había fallecido.

Capitulo dedicado a @Nicky-2002 mi fiel lectora

La mancha del pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora