Parte/43

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Mateo hablo por teléfono a la finca para avisarle a doña Edna

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Mateo hablo por teléfono a la finca para avisarle a doña Edna.

-Doña Edna, su nieta esta en trabajo de parto

-¿Pero en dónde está? Le dije, le suplique que ya se estuviera quieta, que esos niños estaban por llegar al mundo, pero, no, no me hizo caso siempre hace lo que le viene en gana.

-Tranquilícese señora ella está bien

-¿Pero en dónde está? La llevaron al hospital de Ciudad Camargo

-No señora la vio una partera, nos dijo que ya no alcanzaba a llegar, es por eso que la está atendiendo en mi casa.

-Pero, cómo que una partera, inmediatamente me comunico con el doctor, Bustamante, para que la revise, ¿dices que está en tu casa?

-Si señora, pero le repito ella está bien

_Gracias Mateo por avisar, ahora mismo salgo para allá

-Señora traiga ropita para los bebes

-Sí, claro, gracias

-La señora se dispuso avisar a Mirna su nuera.

-Mirna, soy Edna, me avisaron que Verónica está en trabajo de parto

-Cómo que le avisaron, ¿en dónde se encuentra? Se supone que ya debería estar en reposo

-Tú la conoces, a ella no la detiene nadie, ella está en la casa del sacerdote la está atendiendo una partera

-Le iba a hablar al doctor Bustamante, pero creo que lo mejor es que tu pases por él y lo lleves a la casa del cura van a llegar más rápido

-En este mismo momento salgo para allá

-Yo también voy para allá, le voy a llevar la ropa

-Gracias señora, nos vemos

La señora tomo la maleta que ya tenía lista Verónica con la ropa de los bebes, le ordeno a un chofer que la llevara rápidamente a la casa de Mateo.

Mientras tanto la partera empezó las maniobras para traer al mundo a los hijos de Verónica, ya tenían todo listo para ese evento.

-Vamos niña, en cuanto sientas el próximo dolor pujas, la criatura ya casi esta fuera.

-Si señora, ouch

-Ahora puja,

-Ya salió el primero,

-Las hábiles manos de la partera, sacaron al bebe corto el cordón umbilical, en ese momento se escuchó el llanto fuerte del bebe es un niño.

-Mateo que estaba en la habitación contigua cuando escucho el llanto del bebe apunto la hora, la una cincuenta y cuatro de la tarde.

-Lo oyes mija que pulmones tiene tu criatura, lo envolvió en una manta que Gudelia había llevado y lo puso en los brazos de su madre por algunos momentos, enseguida otro dolor la hizo gritar.

-Herminia toma al niño y límpialo bien, ahorita aquí viene el segundo.

Al tercer dolor nació la niña, se hizo el mismo procedimiento, cuando Mateo escucho el segundo llanto de bebe, apunto dos de la tarde con quince minutos. Diecinueve minutos de diferencia de un niño a otro.

La partera saco la placenta y limpio muy bien la cavidad de la muchacha, mientras Herminia aseaba muy bien a los bebes, en esos momentos llego doña Edna.

-¿Qué ha pasado? Veo que no ha llegado mi nuera con el doctor,

-No señora todavía no han llegado, pero sus bisnietos ya vieron la luz del sol.

-dices que ya nacieron si señora hace unos momentos nació el segundo

-Entonces tengo que entrar a esa habitación aquí traigo la ropa de los bebes.

-Se dirigió directamente a la habitación y toco la puerta

-Ve a ver quién toca Herminia

-Sí, doña Nati

-Señora Edna, pase por favor

-Abue, mira a tus bisnietos sanos y salvos

-Que hermosos, y tu cómo te encuentras

-Bien abue, gracias a la señora Nati, una experta partera

-Gracias señora, vamos a estar en deuda toda la vida con usted

-Ni diga eso señora Edna, nosotros somos los que estamos en deuda con ustedes, esto es solo una retribución de todo lo que nosotros le debemos a ustedes, con la despensa que nos entregan cada semana estamos más que pagados, la mujer hablaba mientras terminaba de retirar todo lo que se había ensuciado, Verónica ya estaba aseada, doña Edna saco la ropita de los bebes y empezó a vestir al niño, Herminia vistió a la niña, unos fuertes pasos de mujer y de un hombre llegaron a los oídos de las mujeres, seguidos de unos toquidos en la puerta del cuarto.

-Aquí está el doctor vinimos lo más rápido que pudimos

-Me temo que dio su vuelta gratis doctor, los angelitos ya están aquí dijo la señora Edna.

-Oh mis nietos, ya nacieron, que lindos, dijo Mirna

-Bueno señoras si me permiten voy a checar a la señora Verónica.

-Salieron las cuatro mujeres dejando al doctor con la paciente, llevando a los bebes consigo, Mateo se acercó y vio a los bebes con unos ojos de ternura y una emoción incontrolable, no pudo contener una lagrima que caprichosamente salió de uno de sus ojos, pensó

Esta emoción debe de sentir un padre cuando ve por primera vez a su hijo, el sentía que esos dos bebes eran parte de él.

La mancha del pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora