Parte / 17

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-Perdóname hermana, pero al igual que tú me enamore del mismo hombre, él no tiene nada que ver, yo me hice pasar por ti, para descargar la pasión que al igual que tu despertó en mí.

-No lo puedo creer, dijo mi madre, actuaste como una cualquiera, no tienes perdón de Dios.

-Yo sólo quiero tu perdón hermana, por favor perdóname.

-Nunca, nunca te voy a perdonar tu traición, así te estés muriendo, nunca vas a recibir mi perdón, tú y tu bastardo se pueden ir al infierno.

Y diciendo eso salió de la habitación, mi madre salió tras ella

Yo, camine hacia donde estaban ellas, pero me detuve al escuchar las palabras de mi hermana.

-Y sabes que es lo peor.

-Acaso puede haber otra cosa peor, que esta vergüenza que acaba de caer sobre nuestras cabezas.

-Si madre, hay otra cosa peor, me acabo de enterar que yo no puedo tener hijos, tu sabes como he buscado embarazarme desde que me case, el doctor me hizo unos estudios y descubrió que tengo, matriz infantil.

-Hay hija cuanto lo siento.

- Y mira esta infeliz, al primer acostó que se dio con mi marido salió embarazada

-Podemos tomar eso a tu favor, que tal si hacemos pasar a tu hijo, por hijo tuyo.

-Pero madre que idioteces estás diciendo

-No son idioteces hija, medítalo y veras que es una buena solución.

-Al hacer eso, quedara al descubierto la mentira de Emma con Santiago, y como va a actuar, terminara por abandonarme, para irse con ella, que tal si quiere más hijos. Además yo a ese niño, nunca lo podre amar, siempre me va a recordar la traición de mi hermana, prefiero adoptar al hijo de una desconocida, que a ese bastardo.

-Tienes razón, ahora mismo les voy a decir a las religiosas, que sigan adelante con la adopción, tu hermana debe regresar sola, tal como salió.

-Cuando escuche eso mi corazón se paralizo, ellas no me iban a obligar a separarme de mi hijo, yo había hecho amistad con la partera que me atendía, era una joven un poco mayor que yo, le pedí ayuda.

-Sandra, ayúdame por favor

-Cálmate Emma, esa agitación te puede hacer daño, puede provocar que se te seque la leche.

-Me quieren separar de mi hijo,

-¿Tu no lo quieres dar en adopción?

-No, no, yo me quiero quedar con él,

-Ella salió de la habitación y regreso con una hoja de papel

-¿Qué es eso?

-Es el papel donde tú autorizas que el niño sea dado en adopción, mira aquí está tu firma.

-No yo no firme nada, pero el papel no mentía, y lo único que atine a pensar, fue que mi hermana había falsificado mi firma.

Sandra me dijo.

-¿Y qué piensas hacer?

-Huir, con mi hijo, no puedo permitir que una persona extraña lo crié

-Sí, es que tiene la suerte de que lo adopten, y si no va a crecer en el orfelinato, de las madres de la caridad, me dijo Sandra

-Con mayor razón tengo que huir lo más rápido que pueda

- Tiene que ser esta misma noche, ya que mañana a muy temprana hora vienen por tu hijo y otros dos más.

-¿Tú me puedes ayudar?

-Ya reflexionaste bien, si haces eso vas a perder todo el estilo de vida al que estas acostumbrada

-Prefiero, vivir de limosna que separarme de mi hijo

-Bien, yo no estoy de acuerdo en que las madres, regalen a sus hijos, tienen que hacer frente a su irresponsabilidad, perdona si mis palabras te ofenden, pero creo que los niños son los menos culpables de los errores que cometen sus padres.

-No, no me ofendes, y si fui muy irresponsable, y mi hijo no tiene que pagar por eso.

-Te voy ayudar, te ofrezco, ir a mi casa, mientras te recuperas totalmente, del parto, ya veremos después que hacemos.

-Acepto tu ayuda, voy a estar en deuda contigo, toda la vida.

- No digas eso, y vamos a pensar como le vamos hacer para que salgas de aquí con tu hijo, sin que te vean, ahora vuelvo.

Sandra salió de la habitación volviendo un tiempo más tarde.

-Ya volví, y esto es lo que vamos hacer, a media noche, va a venir mi hermano, en su coche, se va a ser pasar por marido de una de las pacientes que me toca atender, cuando  una paciente se pone mal  en la noche siempre salimos, dos parteras, te voy a traer un uniforme, para que te vistas, en la maleta donde llevamos el equipo de trabajo, vamos a poner tus cosas y algo de ropa para el bebé, al niño lo ponemos en la otra maleta, cuando te deje en la casa mi hermano me trae de regreso, voy a decir que fue una falsa alarma.

A esa hora las parteras y las monjas están dormidas, espero que no se den cuenta, cuando amanezca y se den cuenta, van a pensar que ya estás muy lejos de aquí, Sor Joan nos va a ayudar, en dado caso que nos interroguen ella va a decir, que ella fue conmigo a ver a la paciente.

-Sor Joan era la religiosa más antigua, y ella estaba en contra de las adopciones, cuando Sandra pidió su ayuda lo hizo con  mucho gusto. 

La mancha del pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora