Parte/52

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Al siguiente día muy temprano salieron los tres sacerdotes hacia la comunidad, las personas quedaron muy desconcertadas y angustiadas ya que Mateo el tiempo que estuvo en el lugar se había ganado el cariño de las personas, sobre todo por los cambios modernistas que había hecho para mejorar la vida de los feligreses, los más angustiados eran Gudelia y Remigio.

_Hay padrecito, pero como de que ya se va si estamos re agusto con usted

-Gracias Gudelia, pero así es el ministerio, nos cambian de lugar y nosotros tenemos que acatar las ordenes

-Y ya se despidió de la seño Verónica

-No, Gude, no tuve tiempo

-Y que le digo cuando venga a buscarlo

-Simplemente le dices que me cambiaron de iglesia, le dices que estoy muy agradecido con ella y que siga trabajando con el padre Macario.

-Huy, padre ya no va a ser lo mismo ¿pero no se va a olvidar de nosotros verdad?

-No Gude los voy a llevar siempre en mi corazón, bueno ahora me tengo que ir.

-Que le vaya muy bien padrecito, que diosito me lo bendiga siempre.

-Gracias Gude

En ese breve tiempo la noticia se extendió de que al padre Mateo abandonaba la comunidad y un grupo de personas en su mayoría mujeres salieron a despedirlo con lágrimas en los ojos quedaron paradas sin moverse de su lugar hasta que el vehículo se perdió en la distancia.

-Veo que te diste a querer en este tiempo que duro tu estancia,  dijo el padre Emiliano

-Si padre son personas muy agradecidas ¿ahora que va a pasar conmigo?

-El padre Silvestre hizo todos los movimientos para que vuelvas a tu pueblo como vicario él ya está un poco cansado y que mejor que tú para ayudarlo

-A no ser que quieras participar en la política de la iglesia y escalar puestos

-Gracias padre, pero lo único que deseo es servir a mi pueblo

-Siendo así, eres libre de regresar a tu pueblo cuando gustes

-Mañana mismo regreso si Dios quiere.

-Al dia siguiente como dijo, regreso a su pueblo donde fue recibido por sus feligreses había estado ausente un año se fue de veinticuatro años y regreso de veinticinco, quería olvidar su experiencia tan amarga que había vivido, con la actitud de su tía, pero quería recordar los momentos felices, lo único que no quería recordar fue su experiencia con su prima, pero eso se le quedo en la mente sobre todo en las noches que lo atacaban sueños eróticos con la joven despertaba sudando y tenía que bañarse inmediatamente con agua fría para poder acallar la parte más sensible de su cuerpo.

Mientras tanto en la casona, doña Edna se preparaba para recibir a su nieto, estaba dispuesta a confesarle la verdad  y darle el lugar que le correspondía en la familia, pese a la oposición de su hija Elia, grande fue la decepción tanto para Lola, Lupe, Amelia la cocinera, pero especialmente de doña Edna cuando vieron aparecer al padre Macario en lugar de Mateo.

-Oh padre que gusto volverlo a ver, dijo falsamente doña Edna

-Pues mire ya me recupere completamente y volví a cuidar a mi rebaño

-Cuando termino de confesar sus pecados y recibir la sagrada comunión, el padre se despidió, prometiendo volver la siguiente semana, la señora inmediatamente habló con el padre Emiliano por teléfono.

-Hola padre Emiliano ¿Cómo está usted?

-Muy bien señora Edna ¿usted como sigue de sus males?

-Voy mejorando a pasos agigantados, gracias por preocuparse, se preguntará el motivo de mi llamada

-Pues la mera verdad si señora

-Yo sólo llamo para preguntar ¿por qué no se me tomo en cuenta de la decisión retirar al padre Mateo de su puesto?

-Señora me sorprende que me pregunte eso, si la orden la recibí de su hija Elia

-¿Dice que mi hija le ordeno que quitara al padre Mateo de su puesto?

-Así es señora, no me dio explicaciones simplemente me ordeno, me dijo que si ni lo hacía iba a retirar el donativo que recibe la iglesia, no podemos arriesgarnos a perder el dinero que tanta falta hace para el mantenimiento de la iglesia, con lo que aportan las feligreses no es suficiente

-Gracia padre y disculpe por importunarlo

-Doña Edna quedo devastada, si Elia había dado esa orden, era porque ya se había encontrado con Mateo, quiso ir hablar con su hija, pero se contuvo, todavía no estaba del todo bien tuvo miedo de sufrir otra recaída era mejor, esperar a estar perfectamente de salud, de una cosa estaba segura que ahora que sabía que su nieto estaba vivo no iba a renunciar a él.

Lo mismo paso con Verónica cuando llego por él, para ir hacer sus visitas de rutina, se encontró con el padre Macario, que no estaba muy conforme con los cambios que se habían hecho en su ausencia, pero que tuvo que aceptarlos no podía estar en contra de la nieta de la persona que pagaba por sus servicios.

-Después de que Elia había tenido el enfrentamiento con Mateo, ya no fue la misma quería seguir con su odio, pero algo muy dentro se le había removido, al recordar las palabras de mateo.

-Usted encontró la felicidad, porque no deja que mi madre, descanse en paz, deje que entre en el reino de los cielos, concédale su perdón

Volcó su amor en sus sobrinos nietos, prácticamente ella se hizo cargo de las criaturas mientras su madre seguía con sus labores altruistas; en una ocasión en que Mirna llevo a una mujer para que se hiciera cargo de los niños esta se alteró mucho.

-Por qué haces esto Mirna, no me crees capaz de cuidar a tus nietos por el simple hecho de no haber engendrado hijos.

-Discúlpame Elia, claro que eres competente sólo te quise aligerar la carga, si ya es difícil atender a uno, estos son dos.

-Verónica me autorizó para que yo los atienda, yo tengo mi propia niñera que me ayuda, no necesito a una nueva.

-Muy bien discúlpame, pero si alguna vez necesitas ayuda no dudes en avisarme.

-Muy bien lo tendré en cuenta.


La mancha del pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora