Parte/48

42 15 23
                                    



Mi madre y yo nos pusimos de acuerdo en lo que íbamos hacer y estuvimos de acuerdo las dos en que te diéramos en adopción, Ema iba a regresar al hogar con su honor intacto, pero ella complico todo, cuando huyo contigo, mi madre quiso buscarlos al momento, pero yo la hice desistir, mencionándola el escándalo que se iba a suscitar, solo eso la hizo arrepentirse, inventamos la muerte de Ema, una causa de muerte, que se pudiera justificar, si a ella se le ocurría aparecerse alguna vez, sólo bastaba decir que el agua se la había llevado lejos que ella había perdido la memoria, que se yo, algo se nos ocurriría en su momento, pero ella nunca regreso, y todos sufrieron por la supuesta muerte de tu madre, pero el que más sufrió fue mi padre, le dijimos que te habíamos dado en adopción, él nunca estuvo de acuerdo en eso, cuando supero un poco el dolor inicio una búsqueda exhaustiva para recuperarte, pero las monjas no violaron el contrato que firmamos de confiabilidad, donde se comprometían a nunca revelar el paradero de las criaturas, aun así fueran las mismas madres de los niños las que solicitaran saber el paradero de sus hijos.

-Después de saber que nunca iba a tener hijos, volví otra vez hacer la misma de antes, con Sebastián, el sexo no me atraía para nada, no sentía ninguna satisfacción, la última vez que tuvimos contacto sexual el me echó en cara mi falta de interés en el sexo.

-Por qué no puedes ser la misma mujer, apasionada y dispuesta a disfrutar del sexo, esos diez días que me regalaste antes de contraer matrimonio fueron los más maravillosos de mi vida, yo te quería, pero cuando te entregaste a mi sin ningún complejo te amé, te amé como nunca he amado a nadie más, qué paso para que cambiaras tanto, tal parece que eres otra mujer.

-Yo ya no me pude contener más y llena de despecho y coraje le dije

-Ahorita mismo vas a saber por qué cambie, ¿En verdad lo quieres saber?

-Claro que quiero saber quizás pueda ayudarte

-Esa mujer que tanto te deslumbro, esa puta que te cogiste por diez días no era yo, esa zorra era mi hermana Ema, ya tienes nombre y apellido de tu mujerzuela ya la puedes ir a la iglesia del pueblo y llorar sobre sus cenizas

No le dije nada de tu existencia, y allí ante mis ojos lloro, y lloro la pérdida de su amada, eso nada más provoco que mi odio por tu madre aumentara más,  nos empezamos a distanciar poco a poco, hasta que acordamos separarnos definitivamente aunque no le di el divorcio, no por mí, sino por mi padre, yo sabía que iba a ser un golpe muy duro para él, saber que tenía una hija en pecado, el encontró a una mujer que llenaba todas sus expectativas y quizás logro que olvidara a tu madre, y yo me dedique a buscar mi felicidad.

Tenía tres amigas que se habían casado por intereses financieros, por unir firmas de emporios, ella eran libres de hacer lo que se les viniera en gana siempre y cuando mantuvieran una fachada de mujeres de reputación intachables, me uní a ellas, nos disfrazábamos de mujeres comunes y nos íbamos a divertir a lugares en los que ellas sabían que sus amistades no pisaran, yo quería sentir un orgasmo en mi cuerpo carente de esas sensación y se me hizo como un vicio, yo iba de brazos de un hombre a otro sin conseguirlo.

Una noche en las vegas conocí a un hombre muy atractivo, yo ya me había dado por vencida, ya no me iba a seguir denigrando ni cayendo tan bajo, ese día solo quería compañía, nos pusimos a charlar mientras mis amigas se iban al hotel con su amante de turno.

-¿Cuál es tu nombre?

-Soy Ema, me gustaba dar el nombre de mi hermana, ese nombre para mi significaba lodo, y me gustaba enlodarlo más.

-Es tu nombre verdadero o el de batalla

-Es mi nombre verdadero ¿cuál es el tuyo?

-Simón, es el verdadero

-Mucho gusto Simón

Tuvimos una charla muy amena, el caballerosamente me invito a pasar a su hotel, yo rechace la invitación como toda una dama

-¿Te gustaría que pasáramos la noche juntos?

-No, gracias, esto aquí termina

-Pero por qué ha de terminar, el pasar la noche juntos no necesariamente tiene que terminar en intimidad, me agradas y me gustaría seguir charlando contigo, solo va a pasar lo que tú quieras que pase

-Está bien vamos, ya somos los últimos en salir

-Entramos al cuarto del elegante hotel, y empezaron las confidencias el pidió algunos bocadillos y bebimos vino suave.

_Soy casado, tengo dos hijos un hombre y una mujer, están en plena adolescencia, mi esposa sufre de esquizofrenia, hay tiempo que no da muestras de su enfermedad, pero hay otro tiempo en que la enfermedad se manifieste terriblemente que es necesario internarla en un hospital psiquiátrico del cual soy el director, soy siquiatra de profesión, sé muy bien que mi esposa en unos de esos ataques de su enfermedad ya no va a volver, dura tiempo catatónica sin hablar metida en su mundo, tiene el peligro de morir en uno de esos ataques.

-¿Es por eso que buscas compañía femenina?

-Aunque no lo creas, no soy ese tipo de hombre, vine a un seminario sobre los descubrimientos más recientes de psicología, llegue al bar en el momento que tus amigas se marchaban con su pareja, y te dejaban sola, es por eso que te aborde ¿qué me cuentas de ti?

-Bueno nada interesante, soy casada separada, no tengo hijos vivo sola, vez nada de que orgulloserme

-No Entiendo por qué estás sola si eres muy guapa y sensual más de un hombre quisiera estar contigo, al menos yo si quisiera despertar en las mañanas acompañada de una mujer como tú.

La mancha del pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora