Parte/ 55

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-Pero, de qué quieres que te perdone, si me hiciste un favor echándome de tu lado mi vida se volvió un infierno a partir de que supiste lo de Ema, me culpaste, me condenaste sin tener ninguna culpa, pero gracias a eso encontré a una mujer maravillosa, que tiene lo que a ti te falta caridad humana, ella también tiene el mismo problema que tú, no pudo tener hijos propios, pero le dio su amor a dos niños maravillosos que adoptamos a nuestro lado no les ha faltado nada, mucho menos amor. Pero si te tranquiliza debes de saber que yo te perdone desde hace mucho tiempo, puedes vivir tranquila, y ahora si no tienes más que decir, tengo mucho trabajo, yo te aviso cuando se tengan que firmar los papeles.

-Ya te desahogaste, ahora escúchame por favor lo que te voy a decir es muy importante y te atañe directamente

-Está bien te escucho

-Ema tuvo un hijo y el padre eres tú

-¡Qué¡ pero que estupideces estás diciendo, no seas cruel, porque inventas eso, que ganas con mentirme de esa forma. 

-No estoy inventando nada, el niño nació el veinticuatro de mayo de mil novecientos cincuenta y seis, Ema no murió como dijimos, yo quería que diera a su hijo en adopción, ella prefirió huir y morir por la familia, para conservar a su hijo, a tu hijo, te lo juro no te estoy mintiendo

-Dices que tengo un hijo, qué Ema y yo tenemos un hijo, porque esperaste tanto tiempo para decírmelo ¿Dónde se encuentran?

-Ema desafortunadamente murió hace menos de un año, pero tu hijo vive es sacerdote,

-Mi hijo, sangre de mi sangre, ¿dónde se encuentra? quiero conocerlo, dímelo por favor

-En este momento no lo sé, hasta hace unos días vivía en la misma comunidad donde vivo, pero tuve un altercado con él y ordene que lo cambiaran de lugar, pero es cosa de preguntarle al padre Emiliano, él no lo dirá.

-No quiero saber el motivo por el que ordenaste su traslado, tampoco lo que te impulso a decirme la verdad, yo te perdono de todo corazón, esta alegría de saber que soy padre, borra todo lo vivido a tu lado, sólo espero que Ema te haya perdonado, por todo el daño que nos hiciste a los dos, pudimos haber sido tan felices los tres, mañana mismo hablaré con el padre Emiliano, Gracias Elia.

-Puedes ir a visitar a mi madre a ella le dará mucho gusto saludarte siempre te tuvo en muy alta estima.

-¡Tu madre¡ ¿ya recobro el conocimiento?

-Sí, no tiene mucho, ya casi está totalmente recuperada gracias a su tenacidad.

-Que gusto me da escuchar eso, pasaré a saludarla

-Eres bienvenido cuando gustes, sólo te pido un favor, el parecido entre tú y tu hijo es mayúsculo, toda la servidumbre y las personas que te conocieron no dudan de que tú eres su padre, ¿aceptas que se diga que la madre es otra mujer y no Ema? Quiero que las personas la recuerden como era ella antes de pasar lo que paso una joven honorable.

-Desde luego que si yo soy el primero en que no se manche el buen nombre de ella.

-Me tengo que ir ya te quite mucho tiempo

Se despidieron con un cálido abrazo, como dos buenos amigos que se vuelven a reencontrar después de mucho tiempo de no verse, Elia salió renovada, se dirigió directamente a la parroquia de cristo rey, quería saber cuánto antes en que parte se encontraba Mateo, era el siguiente en pedirle perdón.

Después de hablar con el padre Emiliano y saber la ubicación de Mateo se dirigió a su casa tenía un plan para volver a ver a Mateo y no sólo ella si no toda la familia.

Cuando llego a la mansión fue directamente hablar con su madre, ella en esos momentos estaba sentada en su lugar preferido el jardín de las rosas.

-Mamá

-¿Elia cuando volviste de tu viaje?

-Acabo de llegar, madre necesito que me perdones, por todos los sinsabores que te hice pasar, por pensar nada más en mí, por obligarte a mentirle a mi padre y a mi hermano con lo que paso con Ema, ya es tiempo que todos sepan la verdad, y darle a Mateo el lugar que le corresponde en la familia.

Doña Edna se quedó sin habla, no lo podía creer, tantas veces que le pidió a dios para que ese milagro pasara y ahora en este momento se estaba realizando, porque ella no lo podía catalogar más que como un verdadero milagro.

-¿Te encuentras bien hija?

-Claro que si madre, el encuentro con mi sobrino me hizo reflexionar y ya es tiempo que viva sin odios ni resentimientos, quiero vivir mi madures tranquila, les quiero dar el amor de madre a los hijos de Verónica ya que yo no pude tener hijos propios.

-Hay que ponernos de acuerdo con Verónica para bautizar a los gemelos ya casi van a cumplir el año y todavía no reciben ese sacramento, me gustaría que los bautizara Mateo

-Doña Edna abrió desmesuradamente los ojos y dijo

-¿Tu sabes en donde esta?

-Sí regreso a su pueblo de Jalisco, donde siempre ha vivido, allí creció al lado de Ema y su padre adoptivo

-¿Pero cómo te enteraste de todo esto?

-El padre Emiliano me facilito el número telefónico del señor cura de su pueblo el padre Silvestre, él me contó todo lo que teníamos que saber ¿Qué te parece la idea, lo mandamos llamar o nos presentamos en su pueblo.

-Creo que primero hay que aclarar las cosas con Eduardo y su familia, vamos a ver qué opina Verónica no hay que pasar sobre su autoridad, no olvides que ella es la madre de los niños, esta misma noche vamos hablar con toda la familia

Edna tomando la mano de su hija, le dio un beso y le dijo

-Gracias hija

La mancha del pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora