Parte/32

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-Madre tienes que ser fuerte, ha sucedido un accidente

-¿Qué paso? Se trata de tu padre, ¿verdad?

-Desafortunadamente si madre, hubo un derrumbe en la carretera y mi papá choco con una gran piedra.

-Tenemos que ir al hospital,

-Madre por favor cálmate, mi padre murió con el impacto

-NO, no puede estar muerto, esto no puede estar pasando.

- ¡María¡ atiende a mi madre por favor, tengo que ir al anfiteatro, tengo que ir a identificar el cuerpo de mi padre.

-Yo voy contigo,

-No madre en este estado no puedes salir, ya le avise a Eduardo, se viene en el primer vuelo de Houston, mejor espéralo, me tengo que ir, el señor Fernández el administrador, va conmigo.

-Está bien hija ve con cuidado por favor.

-María te encargo a mi madre, ya le avise al doctor, de la Torre, para que venga a verla, hay que arreglar el lugar donde vamos a velar a mi padre.

-Vete sin cuidado Elia, yo me encargo de todo.

Son tan claros los recuerdos, paso el velorio, no se quien le aviso a Sebastián, pero estuvo con nosotros en este terrible trance, cuando paso el sepelio y los novenarios, se leyó el testamento, mi marido me dejo como única heredera, dejando una cláusula que cuando yo muera los bienes sean repartidos por partes iguales a mis dos hijos, en caso de que alguno de ellos muera su parte se les repartirá a sus hijos, es por eso que tome una firme decisión. Hable con Elia.

-Elia, he tomado una decisión y  quiero que la respetes.

-De que se trata madre.

-voy a buscar a tu hermana y a su hijo y los voy a traer a vivir a la finca.

-¿Qué? Primero muerta que esos dos vengan a vivir a esta casa, ellos están muertos y enterrados, LO OYES MADRE, nunca permitiré que cometas esa barbaridad.

-Pero, no están muertos, y como te dije, no voy a desistir mañana mismo voy a Ciudad Camargo a contratar a un investigador para que los encuentre.

-TU, NO VAS HACER ESO, entiéndelo de una vez, esa mujer nunca va a volver a pisar esta casa.

-Y como lo vas a impedir, recuerda que yo soy la dueña de todo esto, y ella va a venir a vivir a esta casa junto con su hijo.

-No lo sé, pero esa perra malnacida no volverá a pisar esta casa, y no me hagas olvidar que eres mi madre

-¿Me estas amenazando?

-Tómalo como quieras, pero soy capaz de meterte a un manicomio antes de que cometas la barbaridad de traer a esos engendros de regreso.

-Serias capaz de hacerme eso.

-Pruébame.

Elia salió, de mi recamara dando un portazo, sentí un terrible dolor de cabeza, que mal me siento, ¡María, Mari...

-No sé qué paso desde ese día, no sé cuánto tiempo ha pasado, espero que ahora que ya recuerdo todo, pueda volver hablar, he comprobado que ya puedo mover las manos, espero que alguien se dé cuenta de eso.

Mientras tanto Mateo oficiaba la misa de cuerpo presente del difunto, y Gudelia hacia un descubrimiento que la dejo helada.

-Ya tengo lista la ropa del padrecito lavadita y planchadita, se la voy a guardar, que bonita tiene su casita, muy limpiecita, es el primer padrecito que me toca, que no es atenido, porque el padre Macario, ese sí, que no recogía ni el plato que ensuciaba y eso sí, bien exigente, con este padrecito estoy más descansada, ya le guarde toda su ropa, nada más le voy a poner la ropa interior y los calcetines en la cómoda, la otra vez que vine no me fije en esta fotografía, esa señora ha de ser su mamá, a ver vamos a conocer a la difuntita. Pero si es la señora Elia, no, no puede ser la señora Elia, esta mujer esta vestida muy diferente a como viste la señora Elia y hasta el peinado es diferente, pero es igualita, a no ser qué...

Ella recordó aunque estaba muy chica, cuando se murió la señorita Ema, pero también recordó que no hubo un cadáver, nada más una pequeña caja, con las cenizas de la señorita, sería posible que la señorita Ema no hubiera muerto en esa ocasión, y la familia invento esa historia para ocultar alguna falta muy grave de la joven, era muy fácil de averiguar, así es que cuando volvió a ver a Mateo le pregunto.

-Padre Mateo, ¿le puedo preguntar algo?

-Dime Gudelia, ¿que deseas saber?

-Como se llamaba su mamacita.

-Mi madre se llamaba Ema, ¿Por qué te interesa conocer su nombre?

-Para rezarle padre, por su eterno descanso, dijo Gudelia, muy nerviosa

-Gracias Gude, todas las oraciones sirve,

-Te dejo ya va a empezar la junta de las catequistas,

- Si padre vaya.

-Cuando Mateo se retiró Gudelia volvió a la casa para volver a ver la fotografía, ya decía yo, entonces, si el padrecito se parece al señor Sebastián quiere decir que es hijo de la señora Ema y de él, pero y la señora Elia, hay no todo esto es un enredijo, mejor como dice Remigio calladita me veo más bonita.

-Pero Mateo estaba a punto de encontrar a los familiares de su madre, sin proponérselo, iba a revivir el odio que su tía Elia, sentía por su madre, y se iba a desatar un remolino de pasiones.


La mancha del pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora