Cap. 1

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Noto que algo se mueve a mi lado y me despierto. ¿Dónde estoy? Me echo las manos a la cabeza mientras recuerdo escenas de la noche anterior. Mierda, ya me acuerdo de algo, ayer me acosté con alguien. Mierda, mierda, mierda.

Estaba en un concierto de un grupo, iba invitada. Empiezo a pensar hasta que me acuerdo, era de 30 seconds to Mars, estuvo bastante bien, tienen nuevo disco y era como una especie de concierto de presentación. Después fui a una fiesta y me puse a beber con gente, solo conocía a dos, algo se me fue de las manos y me acosté con un tío, iba demasiado borracha, solo recuerdo momentos difusos y escasos. Supongo que estoy en la habitación de mi ligue de anoche.

Me cubro con la sábana para buscar mi ropa, ahora mismo estoy muerta de vergüenza, no es que nunca me haya acostado con un tío antes, pero a mí esto de un polvo y si te he visto no me acuerdo no me gusta, no es lo mío, yo soy de sexo con amor.

Encuentro mi ropa y me la pongo corriendo. Subo la vista y me extraña el lugar, estoy en una habitación de hotel, perfecto, ahora soy casi como una prostituta, me acuesto con desconocidos en hoteles, aunque por lo menos soy de las de lujo, porque esto tiene que ser un cinco estrellas seguro.

Busco a mi acompañante para por lo menos ponerle cara pero no está, escucho ruidos en el cuarto de baño, creo que se está duchando.

Me miro en el espejo y decido que así no puedo salir a ninguna parte, este pelo no es de un ser humano, hasta a un león le extrañaría mi aspecto ahora mismo. Me peino con un pequeño cepillo que llevo en el bolso y cuando me voy a hacer una coleta me quedo mirando mi cuello, mierda, llevo un chupetón, continuo mirando mi pecho y veo que no es el único, ¿pero qué cojones he hecho? Tengo pequeños flashes de la noche anterior, de un hombre besándome por el pecho mientras yo gemía, debo admitir que sabía lo que se hacía mi ligue de anoche.

Decido dejarme el pelo suelto y salir de aquí lo más rápido posible, me da igual no saber la cara de mi acompañante. El único inconveniente es que me hago pis, mucho, supongo que en la planta baja habrá algún baño, espero no estar en una planta muy alta porque estoy ya que casi no me aguanto. Cuando por fin encuentro mis zapatos y me dispongo a salir se abre la puerta del baño, mierda, no quería toparme con él, me da vergüenza, aunque así por lo menos le pondré cara.

Levanto la cara y veo unas piernas con tatuajes, ya va cuadrando todo, me gustan mucho los tatuajes, aunque esos son raros, son dos flechas que señalan hacia arriba. Sigo mirando y veo que va en toalla, en la espalda lleva otro tatuaje con figuras geométricas, es increíble, noto que lleva unos arañazos en la espalda, son recientes, supongo que se los he hecho yo. En los antebrazos lleva dos triángulos, como pirámides con una raya en medio, me gustan, ahora que lo pienso me suenan de algo. Es alto y delgado pero marcado, encima lleva el pelo largo, recogido en un moño, es muy de mi tipo, eso he de admitirlo. Mira la cama y al no verme se gira, y yo estoy ahí, en el suelo a cuatro patas sosteniendo los zapatos, más ridícula imposible.

Cuando me ve se ríe y yo me quedo helada al verle, no porque sea rematadamente guapo, que lo es, sino porque he reconocido esa cara.

Do or die -COMPLETADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora