Cap. 24

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_ ¡Traigo el pavo que ninguno de los dos puede comer!

Me río por el comentario de Shannon, nunca cambiará. Deja la bandeja con el pavo encima de la mesa y comienza a cortarlo feliz, pero está haciendo un desastre. Jared y yo nos servimos unas verduras y una salsa de arándanos que es típica en estas fechas, me encanta esa salsa.

_ Constance, todo está buenísimo.

_ Muchas gracias, sienta bien que alguien lo agradezca -me dice la mujer con una risa mientras sus hijos ruedan los ojos-.

Uno de sus perros (tiene dos perros preciosos) se me acerca contento pidiéndome comida, yo me muero de ganas por darles, pero no lo creo correcto ya que no sé si Constance le dará comida o solo pienso, así que mucha pena intento ignorarles todo lo posible, pero es que son una maravilla.

_ Lo siento mucho, me va a tocar encerrarlos -me dice Constance cuando ve que sus perros no se separan de mí-.

_ No hace falta, yo estoy encantada, me encantan los perros. Además, no es justo que los encierre, ellos están en su casa, aquí la intrusa soy yo no ellos.

_ Invitada, no intrusa -me responde riéndose-.

_ Para ellos no.

Todos nos ponemos a comer, la cena transcurre de una forma muy agradable, Constance es un cielo de mujer y me hace sentir como si estuviera en familia, bueno, no como con mi familia, sino como se supone que tiene que ser una. No puedo evitar sonreír cada vez que veo a Shann, Jared ya se ha quitado el gorro de pavo, pero él no, está comiendo con él puesto, entre eso y su jersey es imposible no reírse.

Llega ya el momento de los postres y Shannon prepara para su madre y él los cafés, Jared y yo nos tomamos una infusión como es costumbre en nosotros. Saco los postres que he preparado, la tarta tiene un éxito increíble, en cuanto la han visto los dos hermanos se han lanzado a ella. Yo estoy comiéndome unas tartaletas de manzanas que ha preparado su madre, están deliciosas.

_ Peque, ¿qué es esto? -me pregunta el batería al probar uno de mis postres-.

_ Se llama turrón, es el postre típico de mi tierra en Navidad. Este de aquí es de chocolate con arroz inflado, este se llama de Jijona, es el típico, y este de aquí lo he hecho para ti, es de café.

_ ¿Los has hecho tú?

_ Sí, lo único es que es una versión vegana, por ejemplo el de Jijona de normal lleva huevo, miel y otras cosas que Jared y yo no podemos comer por lo que he tenido que usar sustitutos, pero prometo que saben igual, me costó muchos intentos hasta dar con la receta exacta.

Todos prueban encantados los postres, y para mi sorpresa les encantan, a cada uno les gusta más uno en concreto, a Shann el de café y a Jared el de chocolate, lo sabía, los he hecho por ellos, a su madre el de Jijona, que es también mi favorito.

_ Me tienes que enseñar a hacerlos Mia -me dice Constance-.

_ Cuando quiera quedamos y se lo enseño, hay muchas más recetas, de mazapán, de coco, de tres chocolates...

_ Vale, haced ese último y me lo dais a mí.

Nos reímos todos por el comentario de Jared, su pasión por el chocolate no tiene limites.

_ Pues yo me quedo con el de café, hacedme ese a mí -dice sonriente su hermano-.

Acabamos de comer y entramos en casa, pese a tener la chimenea al lado ya empieza a hacer frío fuera. Entro primero con Shann que está feliz acabándose su tercer café descafeinado.

Miro la habitación en la que estamos, es el salón. Tiene una chimenea grande que acaban de encender los chicos y tres sillones con muchos cojines de colores y la paredes llenas de cuadros, me gusta su casa, es muy étnica, tiene un estilo muy especial. Los muebles, están llenos de esculturas y fotografías enmarcadas. Me fijo en la que tengo delante, es monocromática, un retrato de un bebé en pañales con el pelo rubio y liso, en seguida adivino quién es, es inconfundible, sobretodo por las cejas y los pómulos.

Do or die -COMPLETADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora