Cap. 36

921 83 43
                                    


Nos pasamos toda la tarde de un sitio a otro, yo pensaba que hoy estarían las tiendas cerradas, pero según Emma Rodeo Drive nunca cierra, con lo que cuesta aquí la ropa no me extraña. Al final nos hemos ido de ahí, más que nada porque todo lo que encontrábamos era demasiado pijo para mí. No voy a ir con un traje de falda y chaqueta de Chanel, además que no me lo puedo permitir... Ahora estamos en El Valle, el centro comercial más grande de la ciudad, aunque no por ello con precios más asequibles.

Todo lo que quiere que me pruebe mi amiga es demasiado, no quiero ir muy arreglada, no hay cosa que me parezca más ridícula que aparecer como si fueras a una boda a un simple restaurante donde todo el mundo va en vaqueros. Agradecidamente, la he convencido para ir a tiendas más normales, yo no pinto nada en Dior o algunas de esas firmas, pero ella sigue mirando ropa elegante, aunque por lo menos un poco más barata (poco sí, no hay quien le saque de un vestido con dos ceros...). Ahora está mirando un vestido de coctel, es bonito pero para una boda o algo parecido, no para una simple cena.

_ Emma, ¿no podríamos buscar algo más sencillo? Algo que quede bien tanto si salgo de fiesta como si voy a comer por ahí, no quiero que piense cosas que no son.

_ ¿Cosas como qué?

_ No sé, no quiero que piense que le doy demasiada importancia a esto.

_ ¿Y por qué no se la das? Mia, hay veces que te mataría. Tienes una cita con el hombre con el que cualquier mujer soñaría. No entiendo por qué se me ve más emocionada a mí que a ti.

Me encojo de hombros, no sé por qué no me hace tanta ilusión como a ella, supongo que es porque simplemente me puse a bailar y coquetear con él porque no paraba de ver como Jared bailaba con esas modelos y me enfadé.

Lo que pasa es que no entiendo porque me puse así, yo no me puedo enfadar por lo que haga él, no tiene sentido, es como si estuviese celosa. Pero no puedo estarlo. Jared es insoportable y no me atrae lo más mínimo por muy guapo y divertido que sea. No, no me atrae. Si me acosté con él fue porque estaba borracha, nada más. Yo misma niego con la cabeza, no le aguanto, pero la verdad es que ni yo me creo eso de que no me atrae. Pero es que joder, solo hay que verle, esa sonrisa juguetona, los ojos azules en los que te puedes perder, la nariz respingona, sus abdominales marcados, los tatuajes, ese espíritu bohemio, lo que se preocupa por la naturaleza y los animales... Una imagen se me viene a la mente al pensar en sus tatuajes, los de sus antebrazos acariciando a una de los angelitos de anoche mientras le tocaba el culo. Me enfado de inmediato por esos asquerosos recuerdos.

Emma sigue con lo suyo, venga a mirar modelitos para mí, ahora está mirando un vestido de corte recto en blanco roto, se ve que ahora opta por lo minimalista.

_ ¿Blanco?

_ Sí, ¿qué pasa? Es sencillo pero elegante.

_ Y soso, es como un lienzo sin pintar, no tiene gracia.

Emma pone los ojos en blanco y continúa buscando. Ya se lo dije, que no íbamos a entendernos, ella lo veía todo muy fácil, aunque creo que ya está desquiciada.

_ Mia, ¿por qué me da la sensación de que te estás auto boicoteando la cita?

_ No sé a que te refieres.

_ A que parece que busques excusas para poder decir que ha ido mal, ¿por qué?

_ No se de lo que me hablas, estoy ilusionada con la cita. Simplemente es que no estoy acostumbrada a estas cosas, nunca he tenido muchas citas, los hombres siempre me han visto como un bicho raro y nunca se han fijado mucho en mí.

_ Pues no lo entiendo Mia, eres una chica preciosa. No tendrías que tener ese tipo de inseguridades, tendrías que ser más lanzada y si te gusta alguien decírselo. No puedes seguir siendo así, te hace daño.

Do or die -COMPLETADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora