Cap. 40

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Llevo ya varios días en España, básicamente paso las mañanas trabajando y las tardes o juego con mis sobrinos o salgo por ahí con mis amigas, la verdad es que estoy muy a gusto, aunque por mucho que lo intente la relación con mis padres y mi hermana sigue siendo igual de seca y cortante que siempre.

Hoy vamos Nora y yo al gimnasio de la zona residencial, mi hermana va todos los días para hacer sus clases de pilates y spining, yo simplemente en este tiempo he venido al spa y a darme masajes, igual que hoy. Al spa entro con el carnet de mi madre, y los masajes se los cargo a su cuenta, total, ella ni se va a enterar, tres o cuatro masajes arriba y abajo ella ni lo nota. La verdad es que venimos porque hacen la vista gorda, la dueña del gimnasio es una de las mejores amigas de mi madre y nos deja entrar, además, mi madre es una de sus clientes más antiguas, siempre está metida en el gimnasio así que es una buena clienta y es otro motivo por el que nos dejan pasar, pero es que no voy a pagar los más de cien euros que vale la mensualidad del gimnasio para estar solo unos días, ese es casi mi presupuesto en comida al mes, y es con diferencia en lo que más gasto quitando el alquiler...

Esta vez vamos mi hermana y yo juntas, primero al spa a pasar la tarde y después a darnos un tratamiento con chocolaterapia y un masaje con piedras volcánicas, esta vez ha sido mi madre la que nos ha invitado.

Llegamos al spa y empezamos con las piscinas de chorros, me encanta esto, cuando estoy medio dormida nos avisan de que tenemos ya el masaje ese con chocolate. No sé de qué va, los dos masajes los ha elegido mi hermana, ella suele venir mucho más a estos sitios que yo, claro está que ella se lo puede permitir. Aunque bueno, ahora yo también, gano un muy buen sueldo, debería de empezar a pensar un poco diferente, no digo volverme loca a comprar sin parar, pero si me quiero dar un capricho permitírmelo, igual que hace todo el mundo, pero un capricho de verdad, no los que me suelo dar que son comprar las frutas y verduras de cultivo ecológico, no creo que un pimiento o una coliflor puedan llamarse capricho.

Me dejo llevar, como suelo hacer, ella sabe más que yo de esto, yo el resto de veces que he venido simplemente me he dado un masaje de esos que te quitan los nudos y te dejan como nueva, agradecidamente además de masajistas aquí tienen fisioterapeutas.

Para mi vergüenza nos tenemos que desnudar y poner un tanga de papel desechable muy ridículo. Nos tumbamos en dos camillas y empiezan a ponernos chocolate líquido con pinceles, Dios mío qué bien huele esto, es el paraíso, noto como la boca se me hace agua por este maravilloso aroma. Jared daría lo que fuera por estar aquí, embadurnado de arriba a abajo de este líquido marrón, el chocolate es la cosa que más le gusta en este mundo, siempre utiliza la excusa de una taza de chocolate para arreglar lo que sea, incluso el dolor de cabeza, en que el chocolate provoca justo el efecto contrario. Empiezan a ponérmelo por el rostro y veo como van bajando para cubrir todo el cuerpo, no puedo evitar reír cuando lo hacen en las plantas de los pies, he podido escuchar como Nora resoplaba, pero es que me han hecho cosquillas... si hasta a la mujer que me lo ponía le ha hecho gracia mi risa.

Me hago como puedo una foto y se la mando a Jared, con el comentario "Toda cubierta de chocolate 😋", perfecto, he llenado mi iPhone de chocolate. En seguida recibo una contestación suya:

Jared 👽: Me quieres decir algo con eso? 😏

Mierda, no había pensado en eso, joder, es que tiene una mente muy sucia, aunque bueno, es que a veces yo soy muy tonta e inocente, eso debo admitirlo.

Mia 😊: No, solo lo digo para que te mueras de envidia.

Jared 👽: Me dan ganas de ir hasta España para lamerte entera de arriba a abajo, sobretodo abajo.

Do or die -COMPLETADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora