Cap. 39

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Noto que me vibra el móvil, lo cojo y descubro que es Henry, no puedo evitar que una sonrisa bobalicona se me dibuje en la cara al leer su nombre, me empiezo a poner nerviosa, de esos nervios que hace que te salte el estomago, no esperaba que me llamara tan pronto.

_ Disculpadme pero debo contestar.

Me levanto de la mesa corriendo y contesto mientras mi madre me recrimina mis malos modales, decido salir a la zona de la piscina exterior para tener un poco de intimidad, aunque lo malo es que hace un frío de mil demonios.

_ Hola Henry.

_ Hola preciosa, ¿ya estás en España?

_ Sí, ya estoy en casa de mis padres.

_ ¿Qué tal todo por ahí?

_ Pues un frío infernal, pero por lo demás muy bien, adoro Madrid. ¿Por?

_ No sé, me apetecía hablar contigo, lo pasé muy bien en la cena, me gustó mucho.

_ Sí, fue muy agradable -¿agradable?, ¿agradable?, ¿desde cuándo hablo como mi madre?-.

_ Hacía mucho tiempo que no me sentía tan cómodo con alguien, la verdad -en silencio empiezo a dar saltos, no me puedo creer lo que me acaba de decir-. Estaba pensando que cuando vuelvas podríamos quedar de nuevo, no sé, dar una vuelta por ahí, ir a dar un paseo por la playa, enseñarme por fin tus cuadros, o volver a cenar... No sé, lo que te apetezca.

_ Todos los planes suenan muy bien.

_ Perfecto, ¿entonces cuando vuelvas nos vemos?

_ Um... me lo pensaré.

_ Me lo apunto en mi agenda.

_ ¿Cómo que te lo apuntas?

_ Sí, ya lo tengo apuntado, quedar con Mia, le he puesto una carita sonriente y un corazón y todo...

_ ¿Con un corazón?

_ Aha...

_ ¿Debo plantearme algo ante ese dibujo?

_ Puedes plantearte lo que tú quieras, solo te digo que yo no dibujo corazones porque sí.

Joder... tierra llamando a Mia, tierra llamando a Mia, vale, me he perdido, después de esta frase me he perdido en mi propio mundo.

_ ¿Ah, no?

_ No.

_ Entonces, me tendré que sentir halagada.

_ Más que halagada... aludida diría yo.

Joder, joder, joder... ¿qué quiere decir con eso? Empiezo a andar de un sitio para otro sin mirar nada, simplemente es que no sé qué narices le puedo responder a eso. Despistada como siempre doy un mal paso y torpe de mí enredo una pierna con la otra, por lo que estoy a punto de caer a la piscina, pero agradecidamente mi cuerpo se va hacia el otro lado y acabo con el culo en el césped.

_ ¡Aaaaaaaaaaaah!

_ ¿Mía?

_ Lo siento, es que casi me caigo a la piscina, aunque por el frío que hace seguro que esta congelada, ese chillido que has escuchado he sido yo mientras veía que mi cara se acercaba al suelo.

_ ¿Cómo?

_ Nada, nada... que he chillado porque me he tropezado con mi propio pie.

Escucho que se ríe por mi comentario, pero es normal, ¿qué persona se tropieza consigo misma?Vale, la respuesta es obvia, yo.

_ ¿Estás bien?

_ Sí, no te preocupes.

_ Creo que te doy mala suerte, cuando nos conocimos también te caíste.

Do or die -COMPLETADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora