Do or die -COMPLETADA-

Cap. 17

Estoy sentada en mi cama, bueno, en mi nueva cama, llevo casi dos semanas durmiendo en el cuarto de los chicos, aunque es algo temporal, hasta que se vaya Vicki dentro de poco.

La verdad es que esto nos ha venido muy bien. Con Shann cada día tengo más amistad si cabe y estoy empezando a conocer a Jared, ya parece que empezamos a congeniar, incluso se podría decir que parece que está empezando a surgir una especie de amistad. Sé que parece mentira, que hace un tiempo no aguantábamos ni cinco minutos juntos, pero de un tiempo a esta parte está siendo muy amable, se pasa todo el día de bromas y siento que me trata como una más. Estar a su lado ya no me resulta para nada incomodo. Todas las noches estamos un rato los tres riéndonos y hablando hasta que nos quedamos dormidos, la verdad es que está siendo muy divertida la experiencia.

Ahora mismo estoy trabajando animada mientras los chicos canturrean, hay que ver lo mal que lo hace Shann, se ve que la voz de Jared no viene de familia, su hermano me recuerda al pájaro loco, aunque creo que lo hace adrede. De golpe se ponen a cantar I will always love you, yo no puedo evitar echarme a reír como una loca, esperaba de todo menos esa canción. Acaban de cantar y me sorprende ver que como pensaba Shann estaba cantando mal adrede, en esta ha afinado y tiene un voz preciosa. No puedo evitarlo y acabo cantando con ellos una canción de Rihana preciosa mientras retoco algunas fotografías. A los segundos escucho que se callan los dos de golpe, levanto la vista y veo que me están mirando.

_ ¿Desde cuando cantas así? -me pregunta Jared con el ceño fruncido-.

_ No se, ¿desde que tengo voz? -le respondo sin entender la pregunta-.

_ Tienes una voz preciosa.

De golpe suena mi móvil, salvada por la campana, estaba empezando a sentirme incómoda. Miro la pantalla y veo que es mi hermana Nora, pongo los ojos en blanco y dejo que suene un buen rato, no lo pienso coger, así que lo tapo con la almohada para que no se oiga tanto.

_ ¿Quién es?

_ Mi hermana -le respondo con mala cara al cantante mientras veo a Shann sacar la cabeza desde su cama mirando con curiosidad-.

_ Sé que tus padres te lo pusieron difícil, pero tu hermana no tiene la culpa.

_ No es eso, por supuesto que mis padres llevan comparándome con ella desde el mismo día en que dije mi primera palabra más tarde de lo que lo hizo ella. Pero eso no tiene nada que ver.

_ ¿Entonces?

_ La relación con mi hermana no es tan fácil como la vuestra chicos.

_ ¿Lo has intentado? Dejar a un lado tu orgullo y decirle lo que sientes por ella -me pregunta Shann-.

_ No es por eso, aunque la mayoría de la gente piense que es por mi culpa no es así. Se que vosotros veis como le rechazo las llamadas la mitad de las veces, o pongo los ojos en blanco cada vez que veo su nombre en la pantalla del móvil, pero antes no era así. Para mí siempre fue mi hermana mayor, mi ejemplo a seguir, la persona que tenía como referencia para todo. Pero yo para ella nunca he sido tan importante. Se fue de mi casa para estudiar y trabajar fuera, conoció al que ahora es su marido y yo dejé de importarle lo más mínimo. Me dejó sola en casa mientras ella creaba su perfecta vida.

_ ¿Sientes que te abandonó al irse?

_ Por supuesto que no, yo también me habría ido de esa casa, de hecho en cuanto tuve la ocasión me marché lo más lejos que pude. Aunque mi caso fue bien distinto.

_ ¿Entonces?

_ No es porque se fuera, es por lo hizo una vez se había marchado. Ella simplemente me olvidó, dejé de existir en su vida. Iba hasta New York para verla (que desde mi ciudad natal son diez horas de vuelo y cuesta un dineral el billete de avión y me lo pagaba yo trabajando como una loca con contratos basura) y ella pasaba de mí y no era ni para comer o cenar conmigo porque había quedado con él. Uno de los viajes fue de una semana entera y no la pude ver ni una vez. ¿Sabéis lo que duele estar ahorrando todo un año sin siquiera poder coger un autobús para ir a clase para que luego te ignore hasta el punto de tener que estar cinco horas esperando en la puerta de su casa sin poder entrar en pleno diciembre nevando porque se había olvidado que ibas a verla y estaba de compras con sus amigas cuando la habías avisado el día de antes? Poco a poco sentí como iba desapareciendo de su vida y tuve que amoldarme a ello para no seguir sufriendo, me dolía ver que no me llamaba, que cuando yo lo hacía nunca era un buen momento porque siempre tenía algo más importante que hacer que escucharme... Después tuvo a mis sobrinos y su vida empezó a girar entorno a lo que ella llama sus tres hombres, sus hijos y su marido. Cada vez que me llama es para contarme algo sobre su estupenda vida e ignorar lo que me pueda pasar a mí. Y llega un momento en que una se cansa de que no le importes a la persona con la que hablas, de que no sea ni para felicitarte el día en que te gradúas, de que se olvide de tu cumpleaños la mitad de los años, de no tener un plato en su mesa en la comida de Navidad porque van sus suegros y tú no cabes y lo tengas que celebrar sola... Ahora intenta retomar la relación, pero yo ya estoy cansada de hacerme ilusiones para acabar estampándome contra el suelo una y otra vez.