Cap. 26

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Llegamos a casa de Shannon, es impresionante, el batería tiene muy buen gusto en cuanto a interiorismo. El salón está dividido en dos espacios, el primero con varios sillones, uno es azul y otro de piel desgastada. En la parte de arriba tiene un sofá y una televisión grande, todo el suelo está lleno de alfombras que por el aspecto supongo que habrá traído de diferentes partes del mundo. En un lado tiene una pared de ladrillo donde tiene una enorme cafetera con el logotipo de su empresa de café. En las paredes tiene diversos cuadros, puedo reconocer varios de Antony Micallef y de Damien Hirst, hago memoria y recuerdo que éste último les diseñó la portada de uno de sus discos.

Descubro por su decoración que tiene una pequeña obsesión por las calaveras, tiene diversas pinturas con este tema y varias decorando la casa, algunas pintadas, otras pequeñas e incluso un par metalizadas. La verdad es que es muy curioso, todo está muy armonizado y la casa es muy cómoda, es mucho más hogareña que la de Jared, que parece casi más unas oficinas.

En una esquina del salón tiene un árbol de Navidad, pero uno de verdad, no como el de Jared que es enano y esta medio muerto porque al cantante le hizo gracia cuando lo vio y lo compró. A los pies hay bastantes regalos, cojo los míos y los dejo ahí también, ojeando un poco los paquetes con curiosidad.

A los pocos minutos llega Constance y el resto de invitados, que son Tomo y su mujer junto con Emma y su marido. Comemos unos platos que han pedido a un restaurante (porque no me creo que Shannon haya cocinado todo esto...) y algunas cosas que ha traído su madre, me encanta como cocina. Comemos animadamente y al acabar Shannon se va a hacer los cafés, pero Tomo y Emma no le dejan porque quieren abrir ya los regalos y conocen al batería y se tira media vida haciéndolos.

Todos van entregándose paquetes y yo cojo el primero y se lo doy a Jared, que está sentado en el suelo con las piernas cruzadas al lado del árbol. La verdad es que estoy nerviosa, es difícil regalar a alguien que puede tener todo lo que quiera.

_ Toma, espero que te guste -le digo sentándome a su lado-.

_ Seguro que sí.

Jared me mira con una sonrisa de oreja a oreja y lo abre corriendo, como un niño, rompiendo el papel con ganas, me encanta, yo también abro siempre los regalos así. Da la vuelta al objeto y ve lo que es, es Siddhartha de Hermann Hesse, hace tiempo me dijo que era su libro favorito. Lo abre con ganas y empieza a mirarlo, en ese momento cambia de expresión, ahora está con las cejas curvadas sin entender nada.

_ Se que ya lo tienes y todo eso, pero es una primera edición, pensé que te haría ilusión.

El cantante lo mira fascinado, creo que le ha gustado, toca las páginas amarillentas con los dedos y lo huele, tiene olor a libro viejo, me encanta ese olor, cuando lo encontré fue lo primero que hice nada más cogerlo. Me mira feliz y me da un abrazo, yo apoyo mi cabeza en su hombro, con la nariz pegada a su cuello, no puedo evitar cerrar los ojos y respirar profundo, huele a Jared, con esa mezcla de jabón, frescor y perfume, me encanta como huele. Noto que toda la piel se me pone de gallina, me encanta notar su mano enredada en mi pelo y la otra posada en la espalda, me encanta sentirle tan cerca.

Nos separamos y noto que Constance nos mira desde el otro lado de la sala, está sonriendo, me pongo nerviosa y avergonzada recojo el papel de regalo roto, más que nada para tener una excusa para poder mirar al suelo.

_ ¿Dónde lo has encontrado?

_ En una tienda que hay cerca de mi casa, es un anticuario, el hombre es muy amigo del señor Lucas. ¿Te gusta?

Do or die -COMPLETADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora