Cap. 42

869 85 67
                                    


Llegamos por fin al sitio donde habíamos quedado con el resto de mi familia, ahora nos iremos a esperar para ver la cabalgata de Reyes,

_ Hola familia -les digo llegando con cada niño de una mano-, Nora, ¿me has traído lo que te pedí?

_ Sí, toma -me dice mientras me da mi mochila bandolera con mi cámara de fotos y los flashes, objetivos, etc-.

Nos ponemos en el mismo sitio de siempre y esperamos a que empiece la cabalgata, echaba de menos esto, hace muchísimos años que no venía a una, por lo menos veinte.

_ ¿Te acuerdas cuando el abuelo nos traía? -me pregunta Nora con una sonrisa nostálgica-.

_ Sí, siempre nos traía y nos compraba castañas asadas mientras esperábamos, y después algodón de azúcar a escondidas.

_ Cada vez que huelo o como castañas me acuerdo de él. Era el mejor.

_ Sí, lo era, el mejor abuelo del mundo, todavía lo echo de menos.

_ Hay veces que yo también, me hubiera encantado que hubiese conocido a los niños, aunque seguro que los habría mimado igual que hacía con nosotras.

_ Seguro que sí.

Miro a mis sobrinos y sonrío, están los dos cogidos de la valla impacientes por ver a los Reyes magos, por un segundo me recuerdan a mi hermana y a mí a su edad, aunque en esas ocasiones no estaban mis padres, ellos nunca me trajeron a ninguna cabalgata, siempre lo hacía mi abuelo.

_ Tú has sacado eso de él, siempre lo pienso cuando te veo con los chiquillos, los tratas igual que él a nosotras.

_ Supongo que sí, al fin y al cabo aprendí lo que era el cariño gracias a él.

_ Ojalá estuviera aquí, maldito cáncer.

_ Nora, por favor, no hablemos de eso -le digo con un nudo en la garganta-, sabes que no me gusta, todavía no me lo perdono, ni a mí ni a vosotros.

_ No me parece justo, tú tomaste una decisión y tienes que acarrear con las consecuencias, sabias muy bien lo que hacías y aún así lo hiciste, nosotros no tuvimos ninguna culpa en eso.

_ Nora, ¿no crees que fue suficiente castigo tenerme que marchar fuera como para hacerme eso?

_ Sabías las consecuencias.

_ Hay ocasiones en que por un momento creo que eres humana y tienes sentimientos, pero siempre haces algo que me recuerda que no es así.

_ Mia, no es justo.

_ No, lo que no es justo es lo que me hicisteis, es algo tan atroz que me dan ganas de llorar solo de pensarlo, y lo peor de todo es que ninguno de vosotros os arrepentís. Pero ahora no es momento de discutir, están aquí los niños y ellos no tienen que presenciar estas cosas.

Me siento en el suelo mientras mis padres me echan la bronca y mis sobrinos me imitan sentándose encima de mis piernas, aprovechó el momento para abrazarle y disfrutar de ellos, nos queda ya muy poco tiempo juntos. Nos levantamos cuando llega por fin la cabalgata, es maravillosa. Va sobre los lugares del mundo, por lo que hay carrozas que son elefantes gigantes, otras que son jirafas, hay un dragón chino, una que es como unas pirámides y la esfinge de Guiza, hay hasta unas personas con alas de pájaro que haciendo acrobacias y vuelan gracias a globos. Yo me dedico a hacer fotos a todo, pero sobretodo a mis sobrinos, hoy es su noche y quiero tener un recuerdo de este momento.

Do or die -COMPLETADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora