Cap.11

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Me despierto con mejor humor que los días anteriores, hoy no tengo angustia. Voy esperanzada al cuarto de baño, a lo mejor es todo una falsa alarma, seguro que solo me ha sentado mal algo y ya esta. Salgo de este tras ducharme y hacer las cosas propias del baño con un poco menos de ánimo, sigo con el retraso, ya van unos diez días, y yo suelo ser como un reloj.

Voy a la cocina y me encuentro con Shannon y Emma, parece que el batería ha hecho café para un regimiento, pero no, sé de sobra que es solo para él.

_ ¿Veneno? -me ofrece pasándome una taza-.

_ ¿Cómo?

_ Que si quieres café, Shann suele llamarlo así -me dice Emma con una sonrisa en la cara, parece que hoy está de muy buen humor-.

_ No, gracias.

Shann aparta por fin la taza de mi cara y empieza a bebérsela, lo cual agradezco, me estaba dando angustia el olor, lo cual hace que mis ánimos decaigan un poco más.

_ ¿No te gusta el café? -me pregunta con curiosidad y pena, ni que le estuviera diciendo que no me gusta su hijo...-.

_ Sí, pero con mucha leche de almendras y un poco más tarde, por la mañana solo me lo tomo si es que necesito despertarme mucho, como cuando estaba en la universidad, en esa época ingería litros y litros de café en exámenes-.

_ No creía que en Bellas Artes se estudiara tanto.

_ No es todo pintar como se cree todo el mundo. Aún as, yo empecé haciendo dos carreras, en la otra sí que tenía que hincar codos como una loca.

_ Pues yo nunca he hincado codos como un loco, pero no hay nada como mi café S.L. bien caliente y cargado, sea la hora que sea.

_ ¿Te encuentras bien? Tienes mala cara, estás muy blanca -me pregunta Emma-.

_ Sí, todo perfecto.

_ Cualquier cosa ya sabes donde estoy, puedes confiar en mí siempre que quieras.

_ Lo sé, y muchas gracias, pero estoy bien, supongo que es porque todavía no me he maquillado.

La verdad es que lo agradezco, Emma es muy simpática y agradable, siempre que no está hablando con teléfono se para un rato para charlar conmigo, normalmente de trivialidades como ropa o maquillaje, yo le sigo un poco la corriente aunque no me interesa para nada ese mundo, pero aprecio tener una amiga en este sitio, al fin y al cabo van a ser muchos meses de gira y agradezco hablar un poco con alguien que no sea del sexo masculino.

_ Tengo un regalito para ti -dice feliz mientras se levanta y coge una cosa de una caja-.

_ ¿Un regalo?

_ Shann, un redoble de tambores por favor -Shann empieza a hacer ruido utilizando dos cucharas como baquetas haciéndolas sonar contra la mesa-. ¡Ya están aquí las camisetas!

Me enseña por fin las famosas camisetas que tendrían que haber llegado hace ya ni me acuerdo cuanto tiempo, por fin podré llevar ropa normal y no la camiseta de Jared, que por muy chula que esté era de hombre y me quedaba enorme y larga. Me la pasa y me la pongo feliz, por fin una de mi talla, es sencilla, tengo el modelo de manga corta, larga y sin mangas, la que más me gusta es esta última. Es negra con el triángulo que lleva Jared tatuado en azul y plata, está muy chula, en la parte de atrás pone mi nombre y debajo Lab Mars, hace poco me enteré que el famoso laboratorio es la forma que tienen los chicos de llamar a la gente que trabajamos con ellos. Me cojo mis camisetas (tres de cada tipo) y me voy contenta a mi mesa tras desayunar, por fin podré vestir como una persona normal.

Como siempre me voy a trabajar a la zona de la televisión, ya se me ha hecho costumbre, me gusta este sitio, puedo poner música y hay mucha luz natural, además que me hace gracia y de vez en cuando puedo ver desde las ventanas como se chocan algunas ramas con el bus, me recuerdan a los autobuses de dos pisos de Londres, siempre que he ido ahí me he empeñado en subirme a alguno porque me encanta ver eso.

Do or die -COMPLETADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora