Cap. 54

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Los meses pasan volando, vamos visitando un país tras otro, ya no sé todos los que hemos visitado la verdad. En todos los chicos tocan en las capitales llenando estadios y festivales, es increíble, debo admitir que creo que jamás había visto nada parecido al Rock in Rio, en la vida podré olvidarme la sensación de estar sobre el escenario (aunque sea escondida en una esquina) viendo a más 250.000 personas saltar y chillar al ritmo de la música.

Ahora mismo estamos en Londres, me encanta esta ciudad, con esos museos tan maravillosos, los monumentos, los interminables parques repletos de ardillas, los teatros llenos de obras y musicales fascinantes... Como hasta mañana no tenemos actuación nos hemos venido al mercado de Portobello Road, adoro este lugar, es tan bonito...

Nuestras furgonetas aparcan un poco alejadas y vamos andando hacia las calles principales, todavía es muy pronto por lo que acaban de montar los puestos callejeros, algunos todavía no han acabado, pero este sitio dentro de un par de horas estará llenísimo de gente y podría ser peligroso para los chicos, debemos de huir de la aglomeración de personas.

Vamos paseando mirando las tiendecitas, Shannon, Jared y yo nos quedamos un buen rato dentro de una que está dedicada a Banksy, uno de mis grafiteros favoritos. Decido comprarme una camiseta, tiene la imagen de uno de sus grafittis más famosos, en el que aparece una niña con un globo con forma de corazón que le ha escapado y huye de ella volando. Me siento muy identificada, ya que mientras la imagen que se ve simboliza la pérdida, al lado hay un texto que dice "siempre hay esperanza", es como me he estado sintiendo todos estos meses, puede que haya perdido el carro del amor de nuevo, pero ninguna pérdida hará que pierda la esperanza.

Salimos de la tienda y continuamos andando, me abrazo instintivamente a mí misma mientras me froto los brazos, como es tan pronto todavía hace mucho frío, más para nosotros que estamos acostumbrados al clima caluroso de Los Ángeles, además, como siempre en Londres hace mucha humedad, lo que incrementa la sensación de frío. A mitad camino empiezo a escuchar a Jared reír, Tomo como siempre ha dicho alguna tontería y no se ha podido aguantar, la verdad es que da gusto ir con el guitarrista, creo que es la persona más jovial que he conocido en mi vida. Tras la risa a Jared le empieza a dar un ataque de tos, es fuerte, se le nota que le cuesta respirar. Me acerco corriendo a él y le acerco el inhalador para que respire un poco por él y se le calme el asma, mientras, todos se alejan un poco para dejarle un poco de intimidad, Jared lo pasa muy mal con esto, pero puedo notar en sus caras que están tan preocupados como yo.

_ Gracias -me dice más calmado entre respiración y respiración-.

_ Jared, sé que dices que es normal, pero deberías ir al médico, me estoy empezando a preocupar, te entran ataques de tos todos los días.

_ Ya lo sé, en las giras es normal, no  te preocupes.

_ No es normal, por favor, vamos a llamar a un médico y que te hagan algunas pruebas, si quieres la siguiente ciudad a la que vamos es París, ahí estaremos cuatro días, que Emma te pida hora ahí y así que te hagan algunas pruebas. Me tienes preocupada.

_ Vale, no te preocupes, pero con una condición -le miro con incertidumbre, no sé por dónde puede salir ahora-, que me acompañes, odio ir solo al médico y Emma es una exagerada, con que te digan que te tomes vitaminas ya se cree que tienes la lepra y te quedan dos días de vida.

_ De acuerdo -le contesto riéndome-.

Como Jared ya está mejor continuamos andando, Jared le informa a Emma que le pida cita para el médico y yo me pongo a pasear con Shannon, me gusta ir con él. Nos paramos ambos en un puesto de cámaras antiguas, son todas preciosas.

_ ¡Mira esto! -le digo señalándole una cámara-.

_ ¿Una polaroid?

_ No es solo una polaroid, es la sun 660, cuando era pequeña era mi objeto más soñado. Mi abuelo siempre me llevaba al parque del retiro a pasear, un día un amigo suyo nos hizo una foto con esa cámara, siempre lo recordaré. Yo me quedé maravillada cuando nos la dio, jamás me imaginé que pudiera salir tan pronto, al par minutos ya tenía la fotografía. Mi abuelo me dijo que era magia, hizo un numerito muy teatralizado con los brazos y de golpe el papel blanco y negro era nuestra foto, yo no me lo podía creer, ¡mi abuelo sabía hacer magia! Siempre soñé con tener una de estas, era el artilugio con el que mi abuelo había hecho magia.

Do or die -COMPLETADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora