Do or die -COMPLETADA-

Cap. 3

Llego justa de tiempo para la reunión, mierda, esta es importante. El problema lo he tenido con la ropa, no sabía qué ponerme ya que no tengo mucha ropa decente, toda o estaba pintada o era demasiado estridente, no creo que sea buena opción ir a una reunión de trabajo con vaqueros rotos y converse destintadas, y eso es básicamente mi armario entero, menos mal que he encontrado este vestido que se olvidó el otro día mi amiga Hanna cuando se quedó a dormir en mi casa porque nos fuimos de fiesta.

Dejo la bici estacionada justo en la puerta, al lado de un parquímetro donde la gente está haciendo cola para pagar. Yo si puedo prefiero no ir en coche, así no contamino, aunque tampoco tengo... La verdad es que en esta ciudad resulta muy raro, aquí todo el mundo utiliza el coche hasta para ir a comprar el pan, es algo que no me gusta de la mentalidad americana la verdad, parece que no tengan piernas, van a todas partes en coche.

Me giro y me choco con un chico que acaba de pagar, cuando levanto la vista no me lo puedo creer, mierda, ¿en serio me está pasando esto a mí? ¿De las casi cuatro millones personas que viven en Los Ángeles me he tenido que chocar con él?

_ A ti te conozco.

_ Sí, me conoces, pero si no te importa no es un buen momento.

_ Tú fuiste con la que me acosté en España, la del móvil chulo. ¿Qué haces aquí? ¿No me estarás siguiendo? ¿Eres una acosadora?

_ Vivo aquí, a Madrid fui por un viaje de negocios.

_ Pues vaya negocio hiciste.

Le fulmino con la mirada, este tío es un capullo, no me puedo creer que me gustara su música y algunas de sus interpretaciones. Aunque tengo que admitir que está muy bueno, además, se ha cortado el pelo y afeitado y le queda tremendamente bien, y eso que a mí siempre me gustan los hombres con el pelo largo y barba.

_ Si no te importa, tengo una reunión.

Sigo andando hacia el edificio pero veo que me sigue, no me jodas, ¿nunca me va a dejar en paz?

_ ¿No serás tú el acosador?

_ Voy al mismo edificio, esta es la discográfica con la que trabajo. Mira, eres buena en la cama, eso te lo admito, pero de ahí a obsesionarme contigo...

Bueno, yo directamente ni me acuerdo de cómo eres, pienso para mis adentros, lo que hace que se me escape una pequeña risa.

Digo mi nombre a la recepcionista y me dan la acreditación, él continúa hacia dentro como si nada, con ese andar tan seguro de sí mismo que tienen las estrellas. Enseguida entramos al ascensor y pulsa el botón que iba a pulsar yo, mierda, esperaba que la chica que me ha acreditado tardara un poco más y así coger el siguiente ascensor, pero bueno, mejor así, si tardara mucho llegaría tarde a la reunión y eso da muy mala imagen.

Estamos los dos solos en el ascensor mirando cada uno a un lado, intentando ignorarnos, pero he de admitir que estoy con la piel de gallina, el ascensor se ha impregnado con su olor y huele muy bien, a jabón y a fresco junto a una colonia que doy por hecho por el olor de que es cara. De golpe me suena el móvil, con la carpeta de los diseños no puedo abrir el bolso. Sin darme cuenta le doy la carpeta y él la sujeta en un acto reflejo, me mira divertido con cara de sorpresa mientras yo rebuscó en el bolso y cojo el móvil.

_ Seas quien seas no es un buen momento, si no es peligro de vida o muerte cuelga.

_ Vale, cuelgo.

Guardo el móvil y cojo mi carpeta mientras Jared se ríe a carcajada limpia. Era mi hermana, querría contarme alguna tontería y en estos momentos no tengo ánimos para escuchar nada sobre el último cotilleo de su importante trabajo o el último logro de sus hijos, no me apetece aguantarla. No es que no quiera a mi hermana, la adoro, pero estoy harta de que toda mi familia nos compare, Nora, la importante periodista que trabaja en uno de los informativos más importantes de la ciudad de Nueva York y aún así tiene tiempo para criar a sus dos educados hijos. En cambio yo soy una artista que no ha conseguido todavía vender ni uno de sus cuadros, sobrevivo a base de la fotografía y mis ilustraciones, y encima no me dura una pareja ni dos meses.