6; ¡Empleo!

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–Tengo que hacer algo, ¡no me voy a quedar sin venganza! Ayúdame Luca y deja de comer esas patatas –frunzo el ceño mirando a mi amigo quién está sentado en el sofá comiendo y viendo la televisón.

–Si dices que tienes la llave, puedes entrar a su departamento para hacerle alguna trampa, yo que sé, algo con su ropa o comida –ríe con comida en la boca y sonrío maliciosa.

–¡Eres un genio Lucaaaaa! ¡Te amo! –sonrío ampliamente por la gran idea que me ha dado. No puedo sentirme mejor.

–Sí, sí, como sea ya déjame ver este programa tan genial que no pasan en Canadá –habla emocionado desde la sala.

Tomo las llaves y voy directo al departamento de Justin, saco su ropa del armario y la pongo toda en la cama, regreso a mi departamento y tomo un buen tramo de ropa de mi armario para llevarla al de Justin, ya en el armario de este idiota, cuelgo de todo, vestidos, blusas geniales, jeans, faldas y no se qué más, excepto ropa interior, claro. El armario de mi querido vecinito queda totalmente increíble y femenino, que río satisfactoriamente.

Tomo toda la ropa de Justin y la saco de su departamento y lo cierro, entro al mío y la tiro por donde sea.

–¡Ropa gratis! –grita Luca sonriendo y toma toda la que puede.

–Te la regalo –le sonrío y me tiro en el otro sofá.

–Mira que buenos estos jeans, yo creo que sí me quedan....








justin's pov

–Christian –suspiro al verlo ahí, débil, pálido y sobretodo, inconsciente–, no puedes hacernos esto, no puedes hacerle esto a tu hermana, eres lo único que tiene.

Y es que, conocía a Christian desde hace varios años, cuando entrábamos a la adolescencia, quizá. Perdimos contacto después de los diesicéis o diesisiete, pero aún así lo recordaba siempre, cierta vez hablé con él, y sólo era porque Cait estaba realmente enferma, esa fue la última vez que lo ví hasta entonces. Y bueno, a Caitlin, tampoco la veía desde ese entonces, trataba de mantenerme en cierta distancia con ella por la roptura que tuvimos alguna vez, fue algo doloroso para ambos pero a la vez fue lo mejor.

–Tienes que despertar hermano, tienes que hacerlo –lo miro y después le doy unas palmaditas en su brazo. El sonido de la máquina a la que está conectado Chris, empieza a emitir el latido del corazón un poco mas rápido, después vuelve a la normalidad–, sé que me escuchas idiota, así que despierta....

–La hora de visita ha terminado –una enfermera avisa entrando a la habitación de hospital.

–De acuerdo –asiento y le echo una mirada a mi amigo antes de salir.

–No ha despertado, ¿cierto? –Cait me saca de mis pensamientos sobre Chris, niego–. Ua es definitivo que he perdido la esperanza...

–No lo hagas Caitlin, te prometo que él estará bien, se va a recuperar y va a despertar, lo juro –lo digo porque realmente conociendo a Chris, sé que él es muy fuerte, y sé que saldrá adelante. Abrazo a Cait y suspiro levemente.

–Gracias por estar aquí Biebs.

–Somos amigos, para eso estamos –sonrío al separarnos, para transmitirle siquiera algo de otro sentimiento que no sea tristeza.







–Tenemos buenas noticias, el joven Christian Beadles, ha despertado del coma –nos informa el doctor a Cait y a mí cuando llegamos al hospital.

–¡Quiero verlo! –exige Caitlin con tono desesperado.

–Pueden pasar ambos, síganme –dice. Ella y yo hacemos lo que nos pide hasta llegar a la habitación de Chris.

Lo veo desde la puerta y tiene el torso descubierto, con unas cuantas gasas y vendas justo en su costilla izquierda, cosa que no había visto el día de ayer que vine.

Sonríe al vernos y después dice: –lamento haberlos asustado –echa una risa débil.

–Idiota –susurra Cait y va a abrazarlo con cuidado–. Creí que te me ibas –comienza a soltar unas lágimas–. ¡Jura que no volverás a hacerme esto, Christian!

–Lo prometo, hermana –susurra Chris, como puede.

–También existo –hablo y me acerco sonriente–. ¿Cómo te encuentras, Chris? ¿Te sientes muy mal?

–No... Estoy bien. Gracias por estar aquí –me dice mi amigo con una débil sonrisa y palmeo su brazo con cuidado.

–No hay problema Chris –le sonrío–, me debes cincuenta dólares –bromeo y nos reímos–, mentira.

–Tú y tu sentido del humor –niega con la cabeza y yo río.

–Justin dejó a su novia en Inglaterra sólo para verte a tí, dime que eso no es amistad –habla Cait y no puedo sentirme más avergonzado.

–Jesús. ¿Ella se molestó? –Christian me mira sorprendido y luego su cara cambia a una mueca de dolor. Yo niego, sin saber que decir.

–No, ella no....no es mi novia –río levemente y sé que no me va a creer porque Caitlin está aferrada a eso.

–¡Oh por favor Bieber! Admítelo –Caitlin mete su cuchara–. Yo los ví abrazándose –sonríe pícaramente.

–No, no es verdad –niego–. Ella es mi peor enemiga, no sé como pude dejarme abrazar por una niñita inmadura como ella.

–Eso dices ahora, ¿quién es ella? –pregunta Christian.

–Su vecina, cabello castaño claro, ojos verdes, tez blanca y como de mi estatura –sonríe Cait contestando antes que yo. ¡Vaya que se fija en todo!

–Uhm, vaya... ¿Y ustedes ya han...

–No seas estúpido Christian, nunca jamás tendré algo con ella –resoplo–, ella no es compatible conmigo, no podemos llevarnos bien.

–Pero Justin...

–¿Desde qué momento empezamos a hablar de mi insoportable vecina? –echo una carcajada interrumpiendo a Caitlin.

–La amas, yo lo sé.

Uy si, la amo tanto que por eso le hago bromas de mal gusto. SARCASMO.









zoe's pov

Dios. ¡No recordaba que tenía que buscar un empleo! Sólo que me acordé que Luca me ayudó a pagar las cosas del súper y de ahí me dí cuenta. No es que no tuviera una profesión, estudié enfermería, pero no me gustaba tanto esa profesión como para trabajar de eso.

–Luca, ¿algún trabajo en que yo pueda servir? –le pregunto mientras hojeo una revista.

Ufff... ya estuvo que en ninguno –ríe.

–Que chistosito –sonrío falsamente y me pongo a pensar en algo que sea bueno.

–¿Por qué no trabajas en Hospitales? Digo.....eso estudiaste.

–No, eso está descartado.

–Se busca niñera –lee mi amigo, la nota del día. ¡Eso es! ¡Genial! Me llevo bien con los niños y eso podría ser una ventaja.

Le quito la nota y tomo mi celular para teclear el número que aparece ahí. Luego de dos timbres contestan.

–¿Hola? –me responde una voz de mujer.

–¡Hola! Soy Zoe Dashkov y ví lo que pusieron en la nota del día, que necesitan una niñera, yo necesito un trabajo y bueno....

–¡Claro! Sólo tengo que hacerte unas preguntas y listo, ¿podemos vernos ahora? Necesito a la niñera urgente porque estoy en mi oficina y tengo aquí a mis pequeños.

–Por supuesto, ¿en dónde nos vemos?

–Mmm...¿te parece en el Starbucks del centro comercial?

–Sí, claro –miro a Luca y ya me ha arrebatado la nota para seguir leyéndola–. ¿Ahora mismo?

–Sí, ahora –cuelga después de decir esto.

¡Ya tengo empleo!

Bueno, aún no oficialmente, pero es como si ya lo tuviera.

insoportable | jdbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora