42; Under the mistletoe.

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Un mes y medio después....

Estoy sentada frente a una gran mesa del comedor de Justin, detrás de mi puedo sentir el poco aire que entra por la ventana hacia mi espalda, me dan un poco de escalofríos pero no me importa porque estoy feliz.

Justo estamos esperando que la gran cena sea servida, a mi lado está Justin sosteniendo a Pixie en sus brazos. También está aquí Chaz y su novia. Caitlin y Ryan, aunque por lo visto no se lleva bien con Justin y en realidad no se que hace aquí, pero en fin. Christian y Aline se encuentran sentados aquí también, llevan saliendo más de tres semanas y me encanta la pareja que hacen, los shippeo. Luca me dijo que llegaría a la cena, pero desafortunadamente no sé que ha pasado con él, seguro se le hizo tarde.

Las empleadas empiezan a servir la cena y nosotros entre una que otra risa, comenzamos a comer.

–¿Qué ha pasado con Londres? ¿No planean regresar? –pregunta Chaz mirándonos a mí y a Justin.

–¿Nos estás corriendo de Canadá? –bromeo y Chaz ríe.

Justin permanece serio y carraspea. –Yo creo que pronto tendremos que regresar, sí, yo creo que sí.

–¿Y no planean oficiar su relación? –pregunta ahora, Caitlin–. Yo los shippeo desde ya, Zustin por siempre –dice mientas forma con sus dedos el "hashtag".

Todos nos reímos, excepto Justin.

–Pues se supone que ya es oficial, ¿no? –Justin me mira serio y mete un bocado de carne a su boca–. Se supone...

¿Qué le pasa ahora? ¿Por qué supone tanto? ¿Ahora qué le ha molestado?

Lo miro mientras frunzo el ceño, es un idiota bipolar, ¡no le entiendo!

–Ya me llevaré a Pixie, tiene que comer –Alessandra llega y toma a Pixie en sus brazos para después llevársela.

–Y yo debo ir al baño –Justin se levanta de su asiento mientras se limpia la boca con una servilleta.

Todos miramos lo que hace, hasta que sale del comedor. Me levanto dispuesta a ir tras él y preguntarle lo que le pasa. –Ahora vuelvo –balbuceo mientras camino para salir de ahí.

Veo a Justin que se va escaleras arriba, lo sigo sin hacer tanto ruido, no creo que vaya al baño. Va hasta su habitación y se encierra ahí. Pongo un oído en la puerta tratando de escuchar algo.

–Maldita sea... –maldice unas cuantas veces más y abro la puerta.

–¿Qué diablos te sucede? –frunzo el ceño molesta y a la vez confundida.

–Ahórrate tus palabras, no quiero hablar –suspira tratando de controlarse.

–¿Qué? ¡Quiero saber que sucede!

–¿Quieres saberlo? Entonces yo también quiero saber que sucede con esas llamadas que tienes en tu celular de ese número desconocido. ¿Eh? ¿Acaso estás con alguien más? –alza una de sus cejas mientras me mira fijamente.

Oh-oh. Me pongo pálida. Sí, es cierto, me han llamando muy seguido, no sé quien sea, por lo visto es alguien que quiere tratar de molestarme o algo así.

–¿Te quedaste muda? –pregunta con ironía–. ¡Vaya! No creí que fueras tan...

–¿Tan qué? No seas idiota y deja de suponer cosas que no son –me defiendo–. Y si me han estado llamando es porque tratan de molestarme o acosarme.

–¡No me vengas con esa historia por favor! –dice riéndose sarcásticamente–.  Si alguien trataría de molestarte no responderías las llamadas y ví que todas, absolutamente todas están respondidas.

insoportable | jdbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora