8; Departamento robado.

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Tenía un gran plan.

Zoe había salido hace un rato y no había vuelto, supongo que fue al aeropuerto con su amigo porque llevaban unas maletas y a los dos mellizos. Entonces, podría entrar a su departamento, si volvía ya sería de noche y mi plan funcionaría de la mejor manera.

Abro el departamento de Zoe y observo todas las cosas.

Sonrío.

Le haré pensar que robaron su departamento, ¡ay, que genial!

Empiezo a llevar a cabo mi broma, recojo todo lo que sea de valor y hago desorden en su habitación, cocina, y sala. Me encuentro con un ordenador en su cama y me lo llevo a mi departamento. Encuentro collares de oro y unos cuantos anillos y los guardo en mis bolsillos.

¡Esta broma me quedará increíble!

Ya terminado todo el desorden, bajo hasta la recepción para pedirle a Josephine que sea mi cómplice y que le diga a Zoe que han robado su departamento junto con otros más, y que ya la policía viene en camino. Josephine accede a ayudarme y le agradezco.

Ahora sólo esperaré a que Zoe llegue.

No pasó ni media hora y Zoe regresó. Miré por la mirilla al escuchar que maldecía y casi corrriendo entro a ver su departamento.

–¡No puedo creerlo! –casi grita–. ¡Bieber! ¡Sal de ahí ahora! –vuelve a decir en un tono fuerte y golpeando mi puerta.

Me contengo las ganas de reír y abro.

–¿Qué pasó?

–¿¡Qué pasó!? –me empuja y retrocedo unos pasos–. ¿¡Qué le hiciste a mi departamento!?

–¿Qué? ¡Yo no tengo nada que ver! Vinieron unos tipos armados y asaltaron el edificio, ¡yo no tengo la culpa!

–¿Te robaron a tí? –se asoma a mi departamento y niego–. ¿¡Y por qué no hiciste algo para que no me robaran!?

–¿Qué querías que hiciera? –extiendo mis manos–. ¡Tenían armas, Zoe! ¿Acaso podría enfrentarlos?

Suspira pesadamente y se pasa las manos por el cabello. Se le ve desesperada y creo que se pondrá a llorar.

Creo que me pasé un poco.

–¿Qué es lo que se llevaron? –le pregunto intentando parecer preocupado. Bueno, ahora sí estoy preocupado, pero por su reacción.

Entra a su departamento y la sigo. Corre hacia su habitación y no ve su ordenador, ni sus joyas. Vuelve a suspirar.

–Todo –se talla la cara y su voz se corta–. Josephine me dijo que ya venía la policía, pero que me quedara tranquila, que todo se iba a arreglar. ¡¿Cómo se va a arreglar esto?! ¡Mi ordenador era lo más importante! –sus ojos están a punto de soltar lágrimas y me siento tan mal por esto–. Ahí tenía todos los recuerdos de mamá y papá.

Esta broma salió de control. Es como en esos videos que dicen "prank gone wrong", bueno, eso exactamente está sucediendo.

¡No sé que hacer ahora!

Se sienta en la cama y me mira.

–¿Tienes algo que decirme?

¿Qué?

–Eh...no, ¿debería decirte algo?

¿¡Qué hago ahora!? No quiero decirle que todo es una broma, pero quiero hacerlo porque ya fue más allá, hasta casi se puso a llorar.

–Sé que tienes mis cosas –se levanta para estar a mi altura, pero ella es un poco más baja que yo. ¿De qué me está hablando?–. Sé que tú fuiste –me señala–. ¡Ya sé que es una broma!

insoportable | jdbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora