7; ¿Tú y yo? ¡No!

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Después de hablar con la señora Anne, y de hacerme unas cuantas preguntas, me dijo que confiaría en mí y que podría cuidar a sus pequeños hijos, quienes eran dos lindos niños mellizos, de cinco años, Mau y Cam, abreviando sus nombres.
Los pequeños eran de tez blanca, cabello medio rubio y ojos grises, hermosos.

–¡Zoe! ¡Zoe! ¡Zoe! –me grita Luca con un ojo en la mirilla de la puerta.

–¿Qué? –alzo mis cejas y creo que ya sé porque me habla.

–Justin está llegando –ríe maliciosamente y yo me sorprendo, creí que tardaría más.

–¿En verdad? –corro hacia él y lo empujo para yo mirar por ahí.
Justin trata de abrir su departamento y después entra. ¡Vaya! ¡Ya quiero ver su expresión!  ¡Y su cara cuando vea lo que haré con una de sus playeras! ¡Soy tan creativa!

–¿Quien llegó Zoe? –pregunta Mau, no, no, Cam, ¿o sí es Mau? Cómo sea.

–Es mi vecino –río despacio indicándole con mi dedo índice que no haga ruido. Los cuatro nos quedamos en silencio y después de unos minutos se escuchan unos gritos. ¡Toma esa Bieber!

–¡Zoe Dashkov! ¡Sal de ahí ahora! ¡Quiero mi ropa de nuevo! –Justin golpea mi puerta fuertemente.

Mau y Cam echan risitas tiernas.
Ruedo los ojos mientras veo lo que hace Luca, poniendo un ojo por la mirilla y sonriendo burlonamente.
Me acerco a él y lo quito de la puerta para abrirla y dar la cara frente a mi vecino.

–¡Devuélveme mi ropa ahora mismo! –me mira serio y yo me hago la ofendida.

–¿Por qué piensas que yo la tengo? ¡Soy inocente! –coloco una mano en mi pecho abriendo mi boca.

–¡Basta! –entra sin ser invitado y mira a los pequeños quienes juegan con Luca–. ¡Oh, pero que hermosa familia! Vengo a interrumpir porque la madre de estos niños es una ladrona –señala a los mellizos.

–¡Mi mamá no es una ladrona! ¡Por eso ella trabaja! –defiende uno de ellos a su madre, porque cree que Justin se refiere a ella.

–"Mi mamá no es una ladrona" –repite Justin con un tono extraño. El otro mellizo se levanta y le da una patada en la pierna a Justin, quién se queja de dolor– ¡auch! ¡Niño! ¡Estúp....

–¡Largo de aquí Bieber! –señalo la puerta.

–No, hasta que me des mi ropa –me señala·. ¡Dame la maldita ropa Zoe! –exige pero no respondo, yo reprimo una risa y esto hace que él se moleste aun más–. Zoe.... –ahora dice en tono de advertencia.

Sigo sin responderle y quiero reírme pero me controlo. Entonces me acorrala contra la pared, quedando a un lado del televisor, puedo sentir su respiración en mi cara, y sé que está enfadado pero no me importa, se acerca tanto a mí que casi nuestros labios rosan.

–¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! –los mellizos empiezan a aplaudir y gritar y como no, Luca los acompaña. Idiota.

Justin se aparta de mí y me mira rápido antes de decir –quiero mi ropa ya.
Ruedo los ojos y voy hasta mi habitación por la ropa de Justin que recogí después de lanzarla por algún lugar de mi departamento.

–¿Segura que es todo? –alza una ceja cuando vuelvo a la sala y yo asiento entregándosela.

–No la saqué toda, o eso creo –alzo mis hombros y al mismo tiempo me río un poco.
La verdad era que tenía una de sus mejores playeras detrás de mí y esa era la que pagaría por todo.

–Traviesa –niega con una sonrisa y ahí me doy cuenta que se le ha pasado el enojo y que además, su sonrisa es muy hermosa.

–¡Yo quería que se dieran un beso! –dice uno de los niños haciendo un puchero.

insoportable | jdbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora