32; Una prueba más.

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Estoy corriendo a toda velocidad, un guardia y el señor del servicio me siguen por los pasillos del hotel.

Llego al elevador y presiono para que se abra la puerta. ¡No se abre!
Lo intento varias veces pero no se abre esta maldita cosa. Miro a mis lados, no me queda otra opción que ir por las escaleras, veo detrás de mí y ya el guardia está a nada de alcanzarme.

La vida es un riesgo. ¿Podría aplicar esta frase hoy, en este momento? A la mierda todo, no hay tiempo que perder. Me lanzo por las escaleras, doy vueltas y vueltas hasta llegar al primer piso. ¡Jesús! ¡Eso dolió!

Me levanto rápidamente y salgo corriendo como flash. El maldito guardia no se cansa y viene detrás de mí, lo peor es que aquí es difícil avanzar porque como es el primer piso, hay más personas y por lo tanto, no puedo encontrar la salida tan fácil.

–¡Oye! ¡Deja de correr! –me grita el guardia.

–Cállese y déjeme en paz –respondo empujando a algunas personas accidentalmente.

–¡Zoe, corre! –escucho la voz de Justin, lo busco con la mirada y veo que también está corriendo hacia la salida, dos guardias van detrás de él y él lleva a Pixie en sus brazos.

¡Ahí está la salida!

Justin se detiene en la puerta, yo llego hasta ahí, abrimos la puerta y salimos corriendo hacia el aparcamiento del hotel, en dónde seguimos corriendo para encontrarnos con el auto de Justin unas cuadras mas lejos de ahí.

–¿Estás bien? –me pregunta Justin ya en el auto.

–Lo estoy, no te preocupes –digo tratando de controlar mi respiración. Me da un dolor inmenso, minutos atrás me doblé el tobillo mientras corría. ¡Joder!

–¿Segura? –pregunta mirándome. Creo que hice una cara fea por el dolor.

–Sí, estoy segura –asiento–. Dame a Pixie –extiendo mis brazos y así lo hace–. Hola pequeña.

–Blablu –me responde y sonrío, que hermosa.

–Te respondió "hola" en su idioma –dice Justin comenzando a conducir.

–Lo sé –me río.










–¿Estás bien? –me pregunta Justin después de escuchar mi quejido de dolor, ¡me duele el pie!

–Sí, lo estoy –asiento bajandome del coche.

–No lo estás, ¿que te ha pasado? –dice mirándome fijamente, con un brazo sostiene a Pixie y con el otro me toma de la cintura.

–Nada, estoy bien, ya lo he dicho –digo recuperando la postura, saco la mochila de Pixie del auto y me la coloco en el brazo. Cierro la puerta y me encamino hasta la entrada de la casa de Justin, quien viene detrás de mí.

–¿Te duele el pie? –pregunta Justin, supongo que me vió caminar extraño, suspiro en respuesta. Justin abre la puerta de su casa y entramos, deja a Pixie en el sofá con cuidado y cuidando que no se caiga, después me ayuda a caminar hasta el sofá para sentarme.

–No es nada tan importante, deja de ser tan preocupón –le digo y me río un poco.

–Déjame revisarte –se sienta a mi lado y sube mi pierna en la suya.

–Estoy bien, ya, yo puedo revisarme –intento apartarme de él pero me lo impide.

–¡Déjame revisarte mujer! ¡Eres una necia! –dice descubriendo parte de mi pierna, me quita la converse y mi calceta de gatitos, él se ríe.

insoportable | jdbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora