49; Insoportable vecina.

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Exactamente han pasado veinte minutos desde que Justin salió del auto para ir y hablar con Melanie. Y sí, los estoy contando, pero ¡es que no puedo tranquilizarme!

Esto fue una mala idea, definitivamente.

Pixie se remueve en mis brazos inquieta y la desesperación me come. Necesito saber si Justin está bien, ¡con un demonio!

Pixie balbucea algunas cosas y me mira con ternura. –Papá –dice la pequeña y sonrío.

–Iremos por tu papá, no te preocupes pequeña –beso su frente y meto mi mano debajo del asiento en donde Justin sacó el arma para ver si de casualidad tiene otra por ahí.

Encuentro una y la guardo muy bien en mi bolso. Bajo del auto y cierro bien las puertas. Camino con Pixie en mi brazo, me da miedo, me da miedo encontrarme con algo que no me gustaría ver.



justin's pov

–Quizá podría matar a Zoe... Sí, pero antes debería matarte a ti ¿no? –se queda pensando por un momento.

–Melanie... Baja el arma por favor, en eso no quedamos –le digo completamente nervioso ante sus actos.

–¿Sabes por qué estás pasando todo esto? –me señala con el arma una vez mas–. Porque es tu padre el culpable, si él jamás me hubiese abandonado, tú no estarías en esta situación. Agradécele a ese imbécil.

–¡Él no sabía, te lo puedo jurar, él jamás supo que tu vivías, creyó que habías muerto con tu madre!

–¡Ay, por favor! ¡No me vengas con esas tonterías! –bufa desesperada–. Tu padre sabía perfectamente quién era yo –dice entre dientes–, sabía perfectamente que yo vivía, pero, me abandonó, y ahora tú y todos lo que tengan que ver él, deben pagar por lo que me hizo.

–Melanie, por favor no hagas esto, no arruines tu vida para quedar encerrada en la cárcel por toda tu vida –trato de convencerla pero se ve que esto es imposible.

–¡No me interesa! –grita con furia.

–Entonces, al menos mátame a mi y deja a todos mis amigos y familia en paz.

–¡Claro! Tus deseos son órdenes –dice con sarcasmo–. Obviamente no voy a hacer eso; primero, te mataré a ti, después... A tu novia, luego a tus hermanitos bonitos y al final a tus amigos más cercanos.

–Te estás arruinando la vida –digo tragando saliva–. Sólo... Baja el arma y hablaremos tranquilamente, podemos llegar a un acuerdo.

–¡No te atrevas a disparar! –escucho una voz muy familiar y me arrepiento por haber dejado a Zoe en el auto, ya sabía que iba a entrar. Viene apuntando a Melanie con un arma que supongo sacó del asiento–. ¡Ya déjanos en paz! ¡Por Dios!

Melanie comienza a reírse.

Por un momento me pregunto en dónde carajos dejó a mi hija, no me digan que...

–¡Vaya! Ahora los dos aquí... ¿A quién mato primero? –dice con una sonrisa maliciosa–. Tú –me señala a mí–, o tí –señala a Zoe con el arma.

Zoe camina hasta Melanie y le tumba el arma en un acto rápido, pero sin soltar la suya. Melanie y Zoe forcejean por el arma y es ahí en donde Melanie la gana y toma a Zoe por el cuello para apuntarle en la cabeza.

Estás completamente loca Zoe.

Saco mi arma que tenía guardada en mi bolsillo trasero y apunto a Melanie.
–Suéltala o te voy a disparar –digo seriamente mientras ella sonríe maliciosa.

–Baja el arma si no quieres que se muera –me amenaza con la mandíbula bien marcada.

–Déjala primero.

–No la voy a soltar hasta que me des tu arma.

–Suéltala...

–¡Dame la maldita arma! –grita y dispara hacia unas cajas de la bodega en donde estábamos.

Zoe comienza a llorar, maldición no se que debo hacer ahora.

–Tienes cinco para lanzar el arma, si no, le voy a disparar, su vida depende de ti. Cinco... –comienza a contar–. Cuatro..., tres...

Decido hacerle caso y bajar el arma, luego se la lanzo con el pie y ella suelta a Zoe de su agarre quien corre hacia mi asustada. Me abraza mientras llora y puedo ver que Melanie nos vuelve a apuntar.

–Vamos a hacer un trato...

–¿Trato? –dice Melanie resoplando–. ¡Te di miles de malditas oportunidades! Siempre pudiste haberme dado la empresa, si lo hubieses echo, ¡esto no estaría pasando!

–¿Quieres la empresa? ¡Te la doy! Te la daré, tú te quedarás con ella a cambio de que nos dejes a todos en paz, ¿vale? Te conviene mucho.

–Pero Justin... –Zoe susurra y le tapo la boca con mi mano para que no hable más.

Melanie parece pensarlo, y al final habla–. Vale, acepto Bieber, pero deberás firmar los papeles ahora.

–Lo haré, lo haré, sólo baja el arma –Melanie toma aire y guarda el arma en su pantalón.

Camina hacia su auto que está en esa gran bodega y abre la puerta. Regresa a nosotros con unos papeles y me hace firmarlos todos.

Lo lamento papá.

Muy bien, Bieber –imita una sonrisa–. Ahora seremos dueños de toda esa fortuna, que tengan un buen día.

¿Seremos?

Sube a su auto y se abre el portón para los coches, ella antes de salir, nos dice que cuidemos a Pixie, al menos se preocupó por su hija.













–Me siento un idiota –apoyo mi cabeza sobre el volante del auto. Suspiro y trato de convencerme a mí mismo que lo hice por cuidar y proteger de mi familia.

–Tranquilo... Ya todo estará bien –Zoe me acaricia la mejilla y después Pixie me da pequeños golpecitos en el brazo para que la cargue.

Tomo a mi hija en mis brazos y deposito un beso en su mejilla. –Lo hice por ti, mi pequeña. Y también por ti, Zoe. Además que por mis hermanos y amigos.

Sonríe.

–Eres una gran persona, en verdad no cualquiera dejaría una fortuna que su padre le heredó, por la vida de algunas personas. Te admiro.

–Son mi familia, ¿que más puedo hacer? –sonrío.

–Tu familia y tu insoportable vecina.

–Exacto –nos reímos.



insoportable | jdbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora