55; ¡La vida es corta!

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justin's pov

El volver a estar bien con Zoe me encanta. La necesité mucho todo este tiempo y no hubo instante en que no pensara en ella. Dios... Me trae loco.

–Mi niña, ¿ya tienes hambre? –levanto a Pixie en mis brazos y la alzo mientras ella ríe.

–¡Papá! –balbucea.

–Iremos con mamá a comer, ¿vale? –le sonrío y la dejo en la cama–. Pero, primero tengo que cambiarte de ropa.

Pixie comienza a balbucear cosas y busco un vestido para ella, entre la ropa del armario. Le pongo un vestido de colores con una pequeña bandita en la cabeza de color amarilla con una flor, le pongo unos zapatos blancos y acomodo el poco cabello que tiene.

–Hermosa, como tu padre –la tomo en mis brazos y beso su mejilla.

Camino con Pixie hasta la puerta del departamento, tomo mi celular y mis llaves de la barra de la cocina y salgo para después entrar al departamento de Zoe.

–Aquí está tu hija, mujer –se la entrego a Zoe y ella toma a Pixie repartiendo besos por sus mejillas.

–¿Cómo está mi nena hermosa? –deposita un sonoro beso en la frente de Pixie, ella ríe.

–Yo también quiero un beso –digo sonriendo. Zoe rueda los ojos y me omite.

–Justin, ¿de verdad? –se ríe escandalosamente–. ¡Mira lo que has hecho!

–¿Qué? –frunzo el ceño y veo a dónde ella señala; los zapatos de Pixie–. ¿Qué hay con ellos?

–Están al revés, idiota –se burla de mí.

–Yo los veo bien –alzo los hombros–. Está claro que las mujeres son muy detallistas.

–Por favor... ¿Quién usa los zapatos al revés? –dice sentándose en el sofá, le quita los zapatos a Pix y se los coloca de nuevo–. Está claro que me necesitas en tu vida.

–Ajá, por supuesto.

–Vámonos ya –se levanta y salimos del departamento como la familia feliz que pronto seremos. ¿Cierto? Sí, bueno, siempre y cuando ella acepte casarse conmigo de verdad.
















Días después en Nueva York.

Volver a Nueva York después de tanto tiempo me conmovía demasiado. Ya hace un año y medio que murieron nuestros padres y ahora volvemos al lugar en donde sucedió toda esa trajedia.

–Todo está bien –Zoe toma mi mano y la aprieta, después me sonríe, lo que hace que me tranquilice. Nadie me entendería cómo ella lo hace.

Subimos al taxi que nos llevará al restaurante en dónde será el evento. Zoe se ve hermosa. Este día realmente es importante para ella y lo entiendo, por eso quise ayudarla, por eso lo de nuestro compromiso falso, lo que más me gustaría es verla feliz, haciendo lo que le gusta.

–Gracias por esto Bieber, en verdad, no sé cómo pagarte que hayas aceptado –escucho que suspira y sonrío acariciando su rodilla.

–Pronto sabrás como pagármelo –sonrío ideando algo que pueda hacer ella, ¿aceptar ser mi asistente personal? ¿Aceptar darme masajes todos los días? Puede ser, sus masajes de espalda son los mejores–. Sé que es importante para ti, así que... Me sentí en la responsabilidad de ayudarte.

–Y te lo agradezco –me mira con esos ojos verdes hermosos que jamás he visto en otro lugar–. Enserio lo hago.

–¡Deja de darme las gracias, mujer! –hago un gesto–. Si no, haré que seas mi sumisa.

insoportable | jdbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora