insoportable | jdb

9; Gracias por estar aquí.

–Oh.... –suspiro–. ¡Se siente tan bien Zoe! –jadeo.

–¿Puedes dejar de hacer eso? –me dice de mala gana y sobando mis músculos.

–No, uhm..... –vuelvo a suspirar.

–Me gusta más que nos llevemos mal, a que nos llevemos bien –dice y sé perfectamente que está rodando los ojos, aunque no puedo verla.

–Pues a mí no –digo y sonrío–. Me gusta que nos llevemos bien, porque así tú y yo podríamos llegar a ser algo más que enemigos –pronuncio burlón.

–¡Eso jamás! –dice y me da un golpe en la espalda, al que yo me quejo y me doy vuelta en la cama para mirarla.

–Ya verás que sí, nena –le digo guiñándole un ojo y sonriendo.

–Aún recuerdo tu molesta aparición en la recepción aquel día, ¡uff! Cómo te odié –habla mientras se mantiene de pie.

–Y yo aún recuerdo tu trasero en mis manos –digo riéndome y sé que me va a golpear. Luego de unos segundos, el golpe llega a mi brazo.

–Idiota –resopla–. Creo que ya terminé, me iré por mis hijos adoptivos por unas cuatro horas –me da palmaditas en la mejilla–. Adiós, Bieber.

–Adiós, Zoe fea –me despido y ella me saca el dedo como todas las veces anteriores.

Sale de la habitación y me quedo ahí, pensando en lo loca y linda que puede ser Zoe al mismo tiempo.

–Hija.... hija.... –susurraba una voz conocible para ella.

–¿Papá? ¿Eres tú? –responde Zoe entre lágrimas, tratando de acostumbrarse a la luz del sol y mirando a todas partes.

–Sí, soy yo, mi pequeña Zoe.... –responde su padre pero ella no lo logra ver.

–¿Dónde estás papá? ¡Quiero verte! –Zoe habla desesperada y llorando incontrolablemente.

–¡Estoy aquí! ¡Con mamá!

Zoe se gira a todas partes pero no ve a sus padres, de la nada empiezan a oírse disparos por la calle en donde estaba Zoe, ella grita y corre para refugiarse en alguna tienda de la ciudad.

Al ya no oírse disparos, Zoe sale a ver qué sucedía, con lágrimas en los ojos y con algo de miedo comienza a ver a todas las personas muertas en la calle. Hasta qué reconoce a dos; su padre y su madre.

–¡Papá, mamá! –grito al despertarme de golpe. Tengo lágrimas en los ojos y las mejillas mojadas.

Entonces comienzo a llorar, es ya incontrolable, me siento tan mal. Me acurruco en la cama y veo la hora en mi reloj de pared, una con seis de la madrugada.

Siento mis ojos hinchados por el llanto, ya no puedo con esto, extraño tanto a mamá y a papá. Ellos lo eran todo para mí...

Me siento en la cama con mis rodillas pegadas a mi pecho y mi espalda sobre la pared. Lloro, lloro tanto que creo que me deshidrataré por tanto llanto. Es imposible dejar de llorar por ellos, los necesito y extraño tanto.

–¿Zoe? –la voz de Justin se escucha en toda mi habitación y me pregunto por qué está aquí a esta hora.

–¿Qué haces aquí? –me limpio las lágrimas cuando él enciende la lámpara de mi habitación.

–¿Estás bien? –omite mi pregunta y se sienta en la cama–. Que idiota, si estuvieras bien no llorarías –se reprime él mismo.

–Sólo...no es nada, ¿puedes dejárme sola? –le digo viéndolo directamente a sus hermosos ojos mieles.

–No, no lo haré –dice y se acerca a mí. No tengo idea de por qué lo hace, pero después me abraza fuerte que puedo sentir como si quisiera transmitirme de su fuerza–. Como tu me dijiste Shawty, tenemos que salir adelante por ellos... –susurra.

No sé cómo supo lo que me pasaba, pero se lo agradecía por recordármelo. Aunque creo que no me serviría tanto que me dijera eso; porque el sueño que había tenido, más bien, la pesadilla que tuve, fue la peor que nunca había pasado.

Creo que me sentía un poco mejor estando con Justin en estos momentos que con cualquier otra persona, es decir; él pasó por lo mismo así que me entendía perfectamente. Si justo ahora estuviera Aline o Luca aquí, sé que ellos tratarían de entenderme, pero nadie como Justin, que pasó justo lo mismo que yo.

–Tranquila, todo estará bien...

–La vida no es nada justa, me quitó lo que más quería, ¡no es justo! –me separa de él y acuna mi cara en sus manos, limpiando mis lágrimas con sus pulgares.

–Lo sé Shawty. Sé que no es justo, pero aveces estas cosas pasan y sólo no entendemos el porqué, pero Dios hace las cosas por algo, y él es el único que sabe el porqué –me dice y sus palabras me dan algo de ánimo. Es verdad, todas las cosas pasan por algo....

Asiento con mi cabeza mientas lo veo directamente.

–Gracias...por estar aquí.