28; "Todos los Bieber deben pagar"

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Narra Justin...


–Definitivamente no lo haré.

–¿Por qué? Es algo muy importante para mí. En realidad, si lo haces te amaría más que....

¿Qué carajos estoy diciendo?

–Más que.... –Zoe dice esperando que termine mi frase.

–Más que alguna otra persona –digo. Ella echa una risotada y yo permanezco serio.

–¿Y qué más? –ladea su cabeza divertidamente, yo no sé que se le hace divertido.

–¿Qué más? Podría ya no hacerte ningún tipo de broma nunca más, podría pagarte, podría inclusive darte un viaje a algún lugar al que quieras ir, sólo... por favor.

–¿Sabes? No necesito nada de eso, yo tengo mi propio dinero y yo puedo pagar mis cosas. Pero con esto no quiero que pien....

–Por favor Zoe –la interrumpo haciendo puchero, eso siempre funciona con las demás chicas–. ¿Qué quieres a cambio?

–Nada, no lo haré –dice sencillamente en un chasquido de lengua. Vaya, debí imaginarlo, ella no cae con el puchero porque ella no es como las demás, Zoe es diferente.

–Pero shaw...

–Dije que no Bieber –dice mirándome fijamente–. Es riesgoso...no puedo salir del país con la pequeña así como así. Capaz me acusan de secuestradora y así no.

–Tendrás mi autorización....

–Pero no la de Melanie, tu mujer –dice y con eso me dan ganas de vomitar.

–Melanie no es...

–¿Tu mujer? Lo es –dice mordiendo su sandwich.

–A veces eres tan ingenua, Emily –digo sonriéndole.

–Espera, ¿qué? ¿Cómo me llamaste? –frunce el ceño hablando con parte del sandwich en su boca.

–Emily –repito.

–¿Cómo... –no termina de decir toda su pregunta, abre la boca en una redonda 'o' cuando ya ha tragado su comida–. ¿Viste mis cosas? ¡Deberías aprender a ser menos entrometido! ¡¿Quién te crees?! –se levanta enfadada.

–Oye nena, tranquilízate –río y trato de detener sus brazos porque ya ha comenzado a golpearme.

–¡No me llames nena! –sigue dándome golpes en el pecho hasta que detengo sus brazos y la miro fijamente.

–Emily... –me levanto del sofá y sigo con mis ojos puestos en aquella linda mirada verde.

–¿Te estás burlando? –pregunta sin despegar sus ojos de los míos–. Porque si te estás burlando...

–No me estoy burlando –la interrumpo–, me encanta.

Suelto sus brazos pero hago que los lleve hasta mi espalda para que me abrace, yo paso uno de mis brazos por su cuello y el otro por su cintura, para así, fundirnos en un cálido abrazo.

Nos quedamos algunos segundos así. Hasta que un fuerte dolor interrumpió todo.

Zoe me había golpeado las bolas. ¡Maldición! ¡Hija de su...! ¡Duele!

Me dejo caer en el sofá cubriendo mi parte golpeada y quejándome del dolor mientras ella ríe.

¡Auch! Era tan bueno como para ser real.








Narra Zoe...

–Te extraño. Sé que esto no es lo que querías, pero... ¡debo hacerlo! Quiero destruir a todos aquellos que estén relacionados con él, y por demás necesito el dinero, me podría hacer poderosa y adinerada –escucho que dice Melanie cuando tiene su celular en la oreja.

La observo de lejos... Está sentada en una de las mesas más alejadas, para los fumadores, de esta cafetería y tiene en su mano un cigarro.

–Sí, tendré cuidado, sabes que esto es muy importante para mí, todos los Bieber deben pagar... –dicho eso, balbucea unas cosas más a su celular, se levanta de ahí, apaga su cigarro y se va haciendo sonar sus molestantes tacones.

No puedo creer lo que acabo de escuchar. Debo decirle a Justin....¡ahora!

Saco mi celular y le llamo a Bieber, pero no responde....

Lo odio.

"Bieber necesito decirte algo muy urgente, ¡coño! ¡responde!"

Es el mensaje que le envío. Maldita sea, no me responde siquiera el texto.

Salgo de esa cafetería casi corriendo. Lo primero que se me cruza en mi retasado pero muy hábil -a veces- cerebro, es buscar un taxi que me lleve hasta el departamento de Justin. No sé dónde es, sólo tengo la dirección en un papelito que está en el bolsillo de mi suéter. ¡Diablos! No hay ningún taxi, o todos van ocupados. ¡Ahg, tendré que caminar!








–¡Justin! –grito al llegar a su casa– ¡Justin, joder ábreme la maldita puerta! –grito y golpeo la puerta a la vez.

–¿Zoe? Ya voy –se oye que dice del otro lado.

–Muévete, es urgente –respondo y segundos después, me abre la puerta, entro aunque no me lo diga, estoy acabada, corrí por más de cinco cuadras.

–¿Estas bien? Te ves agitada.... –me dice.

–Yo creo que es porque corrí por más de cinco cuadras para llegar aquí porque el señor Bieber no se dignaba en responder mis llamadas, ni mis mensajes –digo irónica sentándome en el sofá.

–Ups –ríe inocente encogiéndose de hombros–. Tengo el móvil en mi habitación, no lo escuché.

–Esto suele sucederle, es muy distraído –dice Chaz saliendo de la cocina con una cerveza en su mano.

–Oh, hola Chaz –digo mirando como se acerca para besarme la mejilla y sentarse en el otro sofá.

–¡Vaya que amigo! –dice Justin moviendo sus manos exageradamente. Chaz ríe.

–Bien, el punto es que vine aquí para decirte que ví a Melanie en una cafetería, ella estaba hablando con alguien por teléfono... Y le decía que quería destruirte y no se que más, en realidad no escuché tan de cerca, pero me pareció escuchar algo como "todos los Bieber deben pagar" –digo haciendo comillas en la última frase.

–¿Me estás diciendo que Melanie quiere hacernos daño a mí y a mis hermanos? –Justin ríe y no sé que es lo gracioso.

–Así es, pero no entiendo porque...

–¿Es en serio? –vuelve a reír–. Mira Zoe, yo sé que la odias y todo eso, pero yo llevo conviviendo con ella por algunos meses y me he dado cuenta que no es una persona tan mala, quizá sólo quiera dinero, pero sé que es incapaz de hacernos daño a mis hermanos y a mi.

Estoy atónita.

–Espera...¿qué? –frunzo el ceño. No es posible que no me crea–. ¿No me crees?

–No es que no te crea, quizá escuchaste mal o incluso...

–¡No! –digo de pronto levantándome– ¡yo estoy muy segura de lo que escuché! ¡Ella estaba hablando con alguien cuando dijo eso!

–Cálmate Zoe...–me dice mirándome sin ninguna expresión.

–¡¿Cálmate?! ¿Es en serio? –digo ironizando–. No es posible que me trates de mentirosa –coloco mis manos en mi cintura.

–¡Yo no te trato de mentirosa! ¡No quise decir eso! –mueve sus manos golpeando sus piernas.

–Haber cálmense los dos –nos dice Chaz colocándose en medio de ambos–. En realidad yo creo que si es verdad lo que te está diciendo Zoe...no me sorprende lo que Melanie pueda hacer –se dirige a Justin.

–Chaz...

–Está bien, no me creas, no importa –digo resignada–. ¿Sabes que es lo que más me duele? Las piernas, corrí tanto para venirte a decir eso y tú que no me crees.

Ruedo los ojos y paso de ellos para salir.

–Espera Zoe.... –me habla Justin, su voz se escucha seca, como que si me estuviera llamando sólo por hacerlo, como si no le interesara si me voy o no; no le hago caso y salgo lo mas rápido posible de ahí cerrado la puerta de a golpe.

insoportable | jdbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora