31; Plan A: Espiando a Melanie.

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–¡Justin me estás pisando el pie! –le susurro entre dientes–. ¡Dame esos binoculares! –digo arrebatándole ese aparato y colocándomelos en los ojos para ver mejor.

–¡Ay! ¡Lo siento! ¡No te ví! –dice mientras permanece a mi lado.

Estamos detrás de unos arbustos; de aquí podemos ver perfectamente cada una de los movimientos de Melanie, está hablando con su abogada, y tiene a Pixie en sus brazos.

–Está ahí hablando aún... –digo–. Es nuestro turno, tenemos que irnos ya Bieber.

–Necesito verla... ¡Préstame eso! –me quita los binoculares y sé los pone–. ¡Oh, que sexy!

–¡Bieber! –susurro un poco mas fuerte–. ¡No es momento para tus calenturas! Además recuerda que Melanie...

–¿Melanie? –se ríe–. No, yo estaba observando a la chica que está por allá, cerca de ella –vuelve a reír.

Ruedo los ojos y me giro para irnos de ahí. Justin me sigue y cuando me acuerdo que debemos apurarnos, tomo su mano para salir corriendo hasta el hotel en donde se hospeda Melanie.

Ya en el aparcamiento del hotel subimos por las escaleras traseras, hasta el segundo piso, buscamos la habitación 23 y damos con ella.

Justin saca un juego de llaves, y yo frunzo el ceño.

–¿De dónde sacaste eso? –pregunto.

–Son de los empleados que limpian las habitaciones –ríe–. Cuando vine por Pixie el otro día, estaban en el baño de la habitación de Melanie, le dije a ella que las entregaría en recepción porque quizá las olvidaron, pero simplemente olvidé regresarlas.

–¡Que buena suerte! –aplaudo despacio–. Ahora date prisa y busca la llave.

–Uhm..a ver....dos, cuatro, ocho, doce....quince, veinte...¡veintitrés! ¡La tengo!

Intenta meter la llave en la cerradura cuando escuchamos un ruido en el piso...

–Revisa tu quién es, esta mierda no se abre –dice moviendo aún mas la llave en la cerradura.

Me pongo mis lentes oscuros, y me acomodo mi gorra negra, y sí, venimos vestidos de negro, como todo unos detectives secretos.

Voy hacia las primeras puertas de todo el pasillo, todas están cerradas, giro hacia el otro pasillo, todas las puertas cerradas, doy vuelta una vez mas a otro pasillo, nada..., todo esta cerrado.

–Hola, ¿buscas a alguien? –una voz detrás de mí, me hace saltar del susto.

–N-no –digo titubeando, me giro para ver quién es y no puedo creerlo, es David, ¿cómo no pude reconocer su voz?

–¿Zoe? –alza una ceja extrañado, no se porque, pero su mirada expresa ¿nerviosismo?

–¿David? –imito su acción de alzar la ceja.

–¿Qué haces aquí? –pregunta mirándome de pies a cabeza, sé que me veo extraña así, vestida toda de negro.

–Uhm...yo –"estoy espiando el departamento de Melanie"–. ¿Qué haces tu aquí?

–Yo... –mira a varios lados, algo nervioso– sólo, estoy paseando por aquí, por Ontario... Creí que sería genial quedarme un tiempo aquí, después de... De Londres.

–¿Estas bien? Te noto algo...

–No, estoy bien no te preocupes –me interrumpe–. Cuéntame, tu, ¿qué haces por aquí?

–Yo... Sólo vine con un vecino, Justin... ¿lo recuerdas?

–Uhm, sí claro, Bieber –asiente en un suspiro–. Tengo que irme ya, necesito tomar una ducha. Cuídate Zoe.

insoportable | jdbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora