16; Me gusta Dean.

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Regreso al edificio y en la recepción está Josephine y uja mujer pelirroja.

–¡Joven Bieber! –me dice Josephine–. Justo esta chica pregunta por usted– señala a la chica. Frunzo el ceño.

Es un poco más alta que yo, pero lleva tacones, su cabello, como dije, es rojo y ondulado. Es...bastante bonita, no hay que negarlo.

–¿Justin Bieber? –me mira directamente. Sus ojos grises me estudian de pies a cabeza después, su mirada es penetrante y me asusta. ¿Qué? Me río mentalmente, la única mujer que me asusta es Zoe, sin mentir.

–El mismo.

–Melanie Muller –extiende su mano hacia mí. ¡Oh, hermanita querida! ¡No sabes las ganas que tengo de destruirte! Y si piensas que voy a caer en tu juego, pues, ¡no lo haré! Porque ya se lo que planeas.

Estrecho mi mano con la de ella y sonrío de una manera hipócrita. Ella lo hace también.

–Quiero platicar contigo sobre algunas cosas, y tengo propuestas que creo que podrán agradarte –tiene una sonrisa irónica en su rostro.

–Pues...¡habla! –digo.

–Em...aquí no. ¿Te parece si...

–Vamos a mi departamento y ahí hablamos –sonrío falsamente. Quiero escuchar lo que tiene que decirme, obviamente no le creeré nada.

Subimos hasta mi departamento. Decido visitar más tarde a Zoe, quizá aún siga dormida, son las nueve de la mañana y con este frío a quién no le gustaría quedarse en cama. Abro la puerta y me encuentro con Zoe, quién está sentada en mi sofá y viendo televisión.

–¿Puedo preguntar que haces aquí Shawty? –le pregunto haciendo pasar a Melanie al departamento.

–¡No es justo que tu sofá sea más cómodo! –reprocha. Parece una niña pequeña y me da tanta ternura. Zoe, aunque se da cuenta de la presencia de Melanie, no dice nada–. Ya, me largo –dice y se levanta–. Tomé prestado un lindo suéter tuyo –vuelve a decir cuando pasa por mi lado para salir, y sí, tiene puesto mi suéter nike color gris.

–Iré a verte mas tarde, querida –le digo.

–No gracias –responde y escucho que cierra su puerta.

–Siéntate Melanie –le señalo el sofá, después recojo unas envolturas de dulces que hay en la mesita. Otra vez, Zoe Dashkov robándome cosas.

–Gracias –dice y se sienta. Después me siento en el sofá de su lado y la miro fijamente esperando que hable–. Veo que eres guapo Justin.... así que me parece que tendré una mejor negociación contigo –dice y sé que está tratando de seducirme.

–¿De qué tipo de negociación? –me hago el desentendido.

–Bueno.... mi hermano adoptivo, es dueño de las empresas Müller, que están situadas en Rusia –dice, mejor dicho, miente, porque sé que eso no es verdad–. Y él se dió cuenta que ahora tú eres el dueño de la empresa Bieber, entonces me pidió que hablara contigo para saber si podrían hacer algún trato de alianza, claro, por medio de mí, ya que él no puede viajar por mucho trabajo que tiene.

–¿Empresas Müller? –pregunto, ¡por favor! ¡Las empresas Müller fueron destituídas del rango empresarial hace como dos años! O eso fue lo que me dijo papá–. Escuché que habían sido destituídas.

–Sí, bueno... –se pone un tanto nerviosa–, regresaron a lo empresarial –dice–. El punto es que debes firmar un contrato para que puedan hacer esa alianza.

–Pues...me deberán disculpar, pero no puedo firmar nada –digo firme–. Aún no tengo el poder de decidir sobre la empresa hasta que esté en Canadá, y la verdad no quiero irme de Londres.

Por Zoe.

–Oh entiendo –dice imitando estar desilucionada–. Mi hermano estaba tan emocionado de esta alianza, pero bien... –suspira y se saca el abrigo, mostrando que trae puesto un vestido ajustado rojo que muesta unos grandes senos. ¡Esta mujer sí que es fácil! Pero, ¡que grandes los tiene!

No Justin, no. ¡Debes controlarte!
Me doy una bofetada mental.

Piensa en Zoe, piensa en Zoe, piensa en Zoe.

Me dice mi conciencia una y otra vez.

Ella se levanta del sofá e intenta acercarse a mí, me quedo inmóvil, pero después siento que alguien me ha dado una cachetada, es mi conciencia y en ella está una pequeña Zoe golpeándome por ser tan idiota.

Me levanto de golpe apartándola.

–No. No quiero hacer ningún negocio, ni alianza contigo, ni con tu hermanito el imaginario. Farsante –le digo mientras camino a la puerta para abrirla.

–¿De qué hablas? –pregunta haciéndose la ofendida y tomando su abrigo.

–De que sé todo de tí, Melanie, todo. Sé lo que intentas hacer y de una vez te digo que no voy a caer en tu juego –hablo con voz firme–. Ahora, si por favor te largas de mi departamento te lo agradecería.

–¿De verdad me estás despreciando Justin Bieber? ¡No puedo creerlo! ¡Eres un idiota! –reprocha y se va haciendo un sonido escandaloso con sus tacones por el pasillo.

Gracias Zoe, me salvaste.

Voy corriendo al departamento de Zoe y la abrazo, repitiendo una y otra vez 'gracias'.

–¿Por qué esas gracias y por qué ese abrazo? –pregunta mirándome mal.

–¡Es la primera vez que Justin Bieber rechaza a una mujer con lindo cuerpo! –grito emocionado, finalmente he sabido controlar mis impulsos.

–No te entiendo nada y prefiero no hacerlo –dice suspirando. Su móvil suena y ella responde–. ¡Hola Dean!...estoy excelente, y ¿tú?...me alegro...claro, ¿en dónde nos vemos?....oh sí –ríe– claro, ahí nos vemos, adiós.

¿Dean? ¿Quién es él?

–¿Saldrás? –pregunto, ella me mira con una gran sonrisa–. ¿Con quién?

–Con un amigo –sonríe y puedo notar su emoción, en cambio, yo estoy completamente serio–. La verdad no creí decírtelo Justin...pero él me gusta –me hierve la sangre–, es lindo.

Sé que no está bromeando y sé que no intenta darme celos, su sonrisa es sincera y emocionada.

Auch. ¿Escucharon eso? Fue mi corazón quebrarse. Ah no mentira, Zoe se ha caído del sofá.

Comienzo a reír. –¿Qué te sucede? –aún riendo me atrevo a preguntar.

–Creo que me estoy enamorando Justin....

Sonríe como tonta. Ojalá y se estuviera enamorando de mí.

–¡Genial! –digo imitando emoción–. ¿Puedo saber quién es él?

–Dean –suspira, luego de unos minutos se incorpora y se pone nerviosa–. Eh.... tú lo conoces, pero.... no quiero que te pongas como loco...

–¿Por qué me pondría como loco? –la miro sin entender.

–Porque...¿es con el que te peleaste en la feria? –dice pero suena como pregunta. No puede ser él.

Inhala.

Exhala.

–Haz lo que quieras –digo de lo mas pacífico–. Sólo que cuando esté a punto de hacerte daño no vayas a estar diciendo que pensabas que era diferente –le digo y me aproximo a la puerta para salir.

–Él no me hará daño –dice y eso me hace que me detenga. Me giro para mirarla fijamente. Quiero besarla y decirle que yo la quiero.

Esperen...¿yo la quiero? Sí, sí, creo que sí y mucho.

Camino hacia ella y tomo su cabeza con mi mano para acercarla a mí y undirnos en un beso. Ella se deja llevar y me alegro por eso. Me separo de ella unos segundos después y le sonrío, después salgo del departamento sin decir nada más.












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Melanie en multimedia.

insoportable | jdbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora