25; Dean is back.

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¡No puede ser esto posible! ¡Ay nooooooo! ¡¿Mi auto?! ¡Mi auto está arruinado! Maldita seas Dashkov.

Luego de que Zoe buscara unas llaves de repuesto que tenía Josephine para abrir ambos departamentos, decidí en que yo las cuidaría, ¡esta mujer no puede ser más descuidada!

Y ahora, estoy seguro de que ella me dejó esta maldita marca en mi auto, esta escrito en el la palabra "Bieberputo", y después en letras más chicas dice "por rayar mi lugar te ganas esto". ¡Como la odio!

Pixie se encuentra dormida en mi brazo, es tan hermosa, se parece a mí, obviamente. Luego de un mes después de que naciera, logró desarrollarse completamente, y hasta unos días después pudimos salir del hospital. Aunque ella sigue siendo muy pequeña (no tanto como antes), pero ya crecerá, así nos dijo el doctor.
Con Melanie supongo que todo va bien, nos turnamos cuidar a la pequeña, ella cuatro días de la semana y yo tres.

Pero justo ahora... sí, ambos viajaremos hasta Canadá por lo de la empresa. Ya es importante que estemos ayá, tenemos que firmar contratos y todo eso. Por eso es mi prisa.

Abro la parte trasera de mi coche y subo una mochila en donde creo que llevo lo suficiente para quedarme ayá, tampoco importa tanto, pues en mi casa de Canadá, tengo más ropa y artículos personales. Subo también la mochila en donde tengo las cosas de Pixie, ropa, pañales, etc., y después cierro la puerta.

Abro la puerta de copiloto y subo con cuidado a Pixie en la sillita que llevo ahí, bueno, no es silla, es como una cama pequeña. Cierro la puerta y yo me subo para conducir.
Llego hasta el departamento donde vive Melanie, le ayudo a subir sus maletas y después ella toma a Pixie en sus brazos, sube en el asiento de copiloto, luego de que he quitado la pequeña cama en donde mi hija estaba y la pongo en los asientos de atrás.

Vamos tarde al aeropuerto, yo sé, y todo por la culpa de Zoe y su descuido de perder mis llaves.

Esperen...¿llaves? ¡Yo tengo las llaves de repuesto! Me río mentalmente porque me iré a Canadá con las únicas llaves que teníamos para ambos departamentos. ¡Ups Zoe! Eso te pasa por rayar mi auto.






zoe's pov


–¿A Canadá? –ay no–. ¿Qué? Pero... ¿no le dejó las llaves? O sea, las llaves eran para los dos –frunzo el ceño quejándome.

–No señorita, el joven Bieber sólo me dijo que se iría a Canadá y que... –interrumpo a la señora de la recepción, esta vez no es la amargada de Josephine.

–¿Por cuánto tiempo? ¿No le dijo?

–Un mes aproximadamente –me responde. ¡Bieberputo cara de mono! ¡¿Cómo se atrevió a dejarme afuera para siempre?!

–¡Ay no puede ser! –golpeo el piso con mi vans–. ¡Ese maldito me las va a pagar! No se como, pero me las va a pagar, seguro lo hizo a propósito.

–Lo siento señorita Dashkov –hace una mueca.

–¿Y de casualidad no tendrá otras llaves de repuesto? –le pregunto en un intento de tener esperanza, es obvio que no.

–No –niega–. Es una llave de repuesto por dos departamentos, en este caso sólo teníamos una llave por el departamento 44 y por el 45.

Maldición.

¿Y ahora cómo voy a entrar a mi departamento? ¡Joder! Obviamente no esperaré hasta que al imbécil de mi vecino se le apetezca regresar a Reino Unido. ¿Qué hago ahora?

Me siento en las escaleras repitiendo una y otra vez 'no puede ser', y es que ¡no puede ser!

Te odio con toda mi vida estúpido Justin.
Busco mi móvil en mi bolsillo del jeans y lo saco. Veo que tengo el número de Justin en mis contactos y registrado como "imbécil", entonces lo llamo....

Suena una vez...

Dos veces....

Tres veces....

¡No responde!

–¿Buscabas esto? –una voz que se me hace conocida me saca de mis pensamientos, veo hacia de donde proviene la voz–. ¿O esto? –el mismísimo Dean estaba parado en la puerta del edificio, tenía en una de sus manos mis llaves originales y en la otra las llaves de Justin. ¡Mi héroe!

–Dean... –me sorprende su visita–. ¿Cómo? –sueno lo mas patética que jamás haya sido. El ríe por mi nerviosismo.

–Así –responde alzando los hombros y con una sonrisa en el rostro.

Me pongo de pie en el tercer escalón, Dean se acerca a mí y puedo notar su altura, ya que él está en el primer escalón y estamos del mismo tamaño.

Él sostiene en su mano derecha ambas llaves y yo de tonta trato de tomarlas, pero él las quita y eso hace que me vaya hacia adelante, perdiendo el equilibrio.

Dean me salva la vida, ya que impidió que yo me cayera de boca y me tumbara algún diente. Él ríe mientras me sostiene en sus brazos.

–Te extrañé Zoe –su voz es en un susurro, expresa ternura pero a la vez deseo, es inexplicable. De a poco sube un escalón y me abraza fuertemente–. Perdóname, fuí un idiota, algo me decía que no era cierto lo que me decía él, pero me cegaban los celos, en realidad perdón.

–No importa ya, aunque si me dolió que le creyeras a Bieberputo –digo alejándome de él y mirando sus ojos claros.

–¿Bieberputo? –pregunta riéndose.

–Es su apodo –respondo y él sólo asiente ya que está concentrado mirando mis labios. Acuna mi rostro con sus grandes manos y me besa de la nada.

–¿Me perdonas Zoe linda, preciosa, mi princesa? –uy que cursi. El sonríe con diversión.

–Mhm...supongo que, si me das otro beso sí... –le digo sonriendo. Si que besa bien este hombre.

Me vuelve a besar.

–Cincuenta por ciento –río y Dean vuelve a besarme con mas intensidad–. Perdonado.

–Gracias señorita Bonheur –me pone su apellído y suena ridículo. ¿Se imaginan? Zoe Bonheur. No queda.

Zoe Bieber...tal vez.

JAJA, ¿quién te crees conciencia? Estás idiota, realmente idiota.

–De nada –me río mientras nos dirigimos al elevador para subir a mi departamento.

–¿Esto significa algo? –pregunta pasando su brazo sobre mis hombros.

–No. ¡Ha pasado casi un año! No tengo claro mis pensamientos, luego hablamos de esto Dean, por favor –pido y él asiente.

–Respeto tu desición.

–Gracias. ¿Cómo tenías las llaves?

–Sólo me las encontré, unas; en una pequeña tienda de moda que tiene mi madre en el centro comercial, ya había visto las tuyas y más por esto –señala un Mario Bross que tienen colgadas mis llaves–. Me acordé de ti y decidí traertelas, y, las otras; las hallé fuera de aquí, justo al frente del edificio –entramos al elevador y subimos juntos.

–Eres mi héroe, ¿sabías?

–Lo sabía.

insoportable | jdbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora