15- A trabajar!

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Unos golpes en mi puerta me sacan del profundo sueño en el que estaba sumergida. Con toda la fuerza de voluntad abandono la nube que tengo por cama para abrir. Me encuentro con una chica delgada, tes clara y pelo castaño claro.

-Buenos días. Me llamo Isabella, el señor Barone dice que en una hora partirán. -Asentí. El desayuno ya está servido, puede bajar cuando guste.

- Un gusto Isabella, gracias por avisarme. -Sonrió y se fue.

Entré al enorme baño y me duché. Tras varios minutos rebuscando entre mis cosas, opté por unos zapatos puntiagudos negros, un pantalón del mismo color, camisa blanca larga y un chaleco rojo. Ondulé mi cabello y me maquille de forma sencilla.

Decidí organizar algunas prendas de vestir antes de bajar, aún tenía tiempo. Abrí el armario y no me lo creía. Estaba repleto de ropa, con calzados y carteras para combinar. Hasta donde sé aquí no vive ninguna mujer y no creo que me hayan asignado una habitación ya ocupada... necesito una explicación.

Bajo rápidamente las escaleras y me encuentro a Gretta con un precioso ramo de rosas naranjas - Buongiorno Marjorie -saluda sonriente. -Buenos días Gretta, lindas flores - le devuelvo la sonrisa. Doy media vuelta pero me detiene.

Me temo que son para usted- la miro incrédula- ¿para mi? - esto tiene nombre y pellido. Asiente, me las entrega y se va. Tomo la tarjeta y sonrío

"Lamento la forma en que te traté anteriormente, espero me puedas perdonar tan inapropiada actitud -Piero Barone"

"Lamento la forma en que te traté anteriormente, espero me puedas perdonar tan inapropiada actitud -Piero Barone"

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Me encamino al comedor con el ramo en mano, al sentir mi presencia levanta la vista y sonríe. Con la mano me pide que tome asiento a su lado.

-Veo que recibiste mis flores- me mira fijamente. Me sonrojo.

-Ehh... están hermosas, gracias... Por cierto, me puedes decir que hace toda esa ropa en mi closet?- sone más severa de lo que pretendía.

-Son tuyas- dice sin inmutarse. ¡QUÉ!

-Piero... creo que debemos aclarar ciertas cosas. Estoy aquí para trabajar y ganarme la vida, no para que me lo estén dando todo. - ok Marjorie calmate. Piero me mira... qué? Ofendido? Disgustado?... respiro profundo y continúo - Ya me estás alojando aquí, y te lo agradezco, pero creo que la ropa es demasiado.

Permanece en silencio mirándome fijamente, realmente me está comenzando a incomodar. -Tomala como un regalo de mi parte- dice con una mirada indescifrable. Comienzo a negar con la cabeza, realmente no puedo aceptar. -Marjorie déjalo ya, es un simple regalo no le des tantas vueltas.- dice tajnte, decido hacerle caso.

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Nos detenemos en un moderno edificio en el centro de la ciudad. Es alto, en tonos metálicos y tiene la palabra <<Oggun>> en la parte superior...Que raro. Caminamos en silencio y al entrar acaparamos todas las miradas, saludamos con cortesía y todos hacen lo mismo, algunos demasiados cortés. Varias mujeres se me quedan viendo con mala cara bien disimulada. Seguramente mueren por mi jefecito. El pensamiento me hace sonreír.

-¿Que es tan gracioso?- pregunta Piero al entrar al ascensor privado.

-Tu fan club- me mira sin entender y yo niego sonriente.

Llegamos a la última planta, allí estaba su oficina y seguramente mi lugar de trabajo. Una pelirroja nos saluda con la sonrisa más falsa que he visto, al parecer mi presencia no le agradó. Bienvenida al club.

-Buenos días Geovanna, ya llegó Gianluca?- pregunta Piero en español. Yo estoy admirando el lugar. Es espacioso con tonos calros y detalles en caoba. Hay una gran sala de espera con varios muebles en piel blancos y negros, varias pinturas abstractas y algunas plantas.

-Si señor, el señor Ginoble ha llegado hace 20 minutos- contesta con un asento distinto, creo que es española. Le da una mirada coqueta. Oh vaya!

-Dile que en cuanto pueda pase a mi oficina- seguimos nuestro camino hasta un pequeño pasillo con una puerta de madera oscura. Una señora de algunos cuarenta y tantos años nos sonríe.

-Bongiorno Lucía, ¿potrebbe inviare l'ordine del giorno di oggi via e-mail?- asiente sonriente. Debo comenzar a aprender italiano ya.

-Dal modo, lei è Marjorie, la mía nuova assistente. - la mujer me mira sorprendida y luego sonríe, me extiende la mano y la acepto. Supongo que me ha presentado.

- Ella es mi secretaria Lucía Paccinelli- me explica Piero. Si tiene secretaria para que quiere asistente? Asentí y entramos a su oficina.

La palabra "Enorme" creo que le quedaría corta. Este lugar es fantástico. Una decoracion en tonos rojos, blancos y negros reinan en el lugar, un moderno escritorio al fondo y detras un gran ventanal de cristal desde el suelo que deja ver una parte de la ciudad. A la derecha hay unos muebles blancos en piel y una mesa de cristal. Todo es hermoso.

Nos encaminamos hacia los muebles y sin percatarme del desnivel del suelo caí a los brazos de Piero- nuevamente- deslizó sus manos por mi pelo y me tomó de la cintura fusionando nuestros labios en un apasionado beso.

Sr. BaroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora