Sr. Barone

17- ¿Celosa?

La srta. "Sonrisa falsa" me conduce hasta donde será mi lugar de trabajo. Según me dijo Piero, seré la secretaria de una tal Ignazio Boschetto uno de los socios. Me aseguró que lo ayudaré cada vez que sea necesario y que sólo será mientras este señor encuentre secretaria. Nos detenemos ante un escritorio moderno, al lado hay una puerta de madera oscura con el nombre <Ignazio Boschetto> grabado en una placa dorada.

-Esta es la oficina del señor Boschetto, de momento no está pero puedes ir organizando todo sin el. Yo era quién llevaba sus asusntos- Me mira con suficiencia, reprimo un bufido- En un momento te paso mis apuntes y toda su agenda - Le dedico una sonrisa igual de falsa que la suya y asiento.

Hago una mueca mientras la veo marcharse, algo me dice que entre esa chica y yo no surgirá amistad alguna. Mi actitud me hace sonreír, por Dios! parezco una niña. Enciendo el computador y reviso cada uno de los archivos.

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Es hora del almuerzo y yo estoy aburrida, mi jefe no se ha presentado a trabajar asi que no tengo nada más que hacer. He atendido unas cuantas llamadas y organicé toda su agenda. De Piero no he vuelto a saber nada y le doy infinitas gracias a la vida. La escena de esta mañana fue muy incómoda, tenía unas irrefrenables ganas de desaparecer en aquel instante. A pesar de que Gianluca me agrandó desde el principio, no sé con qué cara verle nuevamente. El sonido del teléfono me saca de mis pensamientos.

-Oficina del Sr. Boschetto, en que puedo servirle?- contesto con toda la cortesía que tengo. Noto que sonríe.

-Vaya que cortés srta. Ferrara- La voz de Piero me sorprende. Vuelvo a ser la "Srta. Ferrara" a que viene su actitud?

-Sr. Barone, en que le puedo ayudar?- utilizo su mismo tono formal. Este juego podemos llevarlo ambos.

-Quería invitarle a comer, Gian y yo estamos en la oficina y queremos que se una a nosotros- Dudo por un momento, sin embargo no tengo otra opción.

-Estaré allí en unos minutos- cuelgo. Mis nervios amenazan con salir, inhalo y exhalo para calmarme.

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La comida transcurrió mejor de lo que esperaba. Pedimos comida a la oficina y pasamos un rato bastante agradable. Gian es un gran tipo y me cae muy bien. Es un poco menor que Piero pero igual de atractivo. Nos mantuvimos hablando de todo un poco, según pude apreciar ambos son muy buenos amigos.

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Para ser mi primer día me sentí a gusto, realmente tengo altas expectativas. Tras ducharme veo que aún es temprano, la cena todavía no esta lista asi que decidí llamar a Alejandra. No contesta, es raro... Por Dios!-río como una loca- Ahora recuerdo que la zona horaria es distinta, seguramente está en su turno en la tienda. Pienso intentarlo más tarde.

-Buenas noches Marjorie- me encuentro con Gretta subiendo las escaleras, sonrío- Justamente iba a avisarle que la cena está servida.

-Gracias Gretta, Piero está en el comedor?

-El joven salió, dijo que había quedado con alguien- asiento sin decir nada.

De un momento a otro perdi el apetito, pero traté de comer todo para no hacer sentir mal a Gretta. Me encuentro pensando en Piero, con quién estará?... Ninguno de mis pensamientos me ayuda, a caso estaré celosa? Nahhh, para nada. Decido dar un paseo por el jardín, esta casa es muy grande para una sola persona, que lo habrá llevado a tenerla.

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Hablé con Ale por más de una hora, me aseguró que está bien y que todo está en orden. Miro el reloj, era casi medianoche y mañana hay que madrugar. Me acomodo entre las sábanas y me dejo llevar pensando en mi día, el recuerdo del beso invade mi mente y con la mano en mis labios cierro los ojos.

Unas manos acarician mi rostro, parecen de seda. Por un momento me dejo llevar de esa más que placentera sensación... Tras varios minutos así, siento que alguien me besa. Despierto sobresaltada pero sólo hay penunbras. Al parecer estaba soñando, sin embargo parecía tan real- suspiro mirando el reloj- son las 3:45am... me recuesto nuevamente y caigo rendida a los pies de morfeo.