8- Confundida

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Tengo un montón de correo frente a mí y todo se reduce a ¡deudas y más deudas!. Le doy un sorbo a mi café mientras me desvano los sesos preguntándome que hacer. He vendido mi laptop y mi móvil pero aun asi no me alcanza para todo lo que debo pagar. Hacía dos meses que no tenía trabajo y me he sustentado con lo poco que había ahorrado, gracias a ello no pude inscribir este semestre en la universidad.

El sonido del timbre me distrae de mis pensamientos, había quedado con Ale para desayunar- miro la hora y frunzo el ceño, es temprano aún. Abro la puerta y antes de que pueda hacer o decir algo, Alejandra se abalanza sobre mí llorando.

- Ale que tienes?- pregunto mientras la conduzco al sofá. Esconde la cara entre sus manos y niega con la cabeza, aun en llantos.

- María Alejandra dime que es lo que tienes?- pregunto en un tono más severo.

Levanta la vista y me encuentro con unos irritados ojos, se nota que había llorado toda la noche.

Respira profundo como intentando calmarse. - Me engañó Marie, Nick me engañó.

- Uhh... a que te refieres?- Aun no entiendo muy bien.

- Ayer salí temprano de la tienda y decidí no avisarle para darle una sorpresa, bueno... la sorprendida fui yo- sonrie con pesar. - El caso es que al llegar a casa la puerta estaba abierta, había ropa desparramada por la sala y algunas prendas eran de mujer... y no eran mías- una lágrima rueda por sus mejillas.

- Ale yo... - levantó su mano pidiendo que guardara silencio.

- Decidí no hacer ningún ruido y acercarme a la habitación. Efectivamente ahí estaba él, con una delgada chica cabalgándole... me alejé lentamente y esperé sentada en el sofá a que decidan salir. Media hora más tarde sale el con su pantalón de pijama y ella con su camiseta, al verme se quedaráron paralizados. Pero la más sorpendida fui yo, resulta que la chica era nada más y nada menos que su prima Sofía.

Estoy tan enojada, tengo tanta ira dentro de mi que no se ni que decir. Si tuviera a ese estúpido en frente no se de que sería capaz. Amo a Ale como la hermana que nunca tuve, siempre nos hemos apoyado y hemos estado juntas a cada momento. Cualquier cosa que le hagan es igual que si me lo hicieran a mi.

- Lo odio- fue lo primero que alcancé a decir... - que piensas hacer, porque obviamente no seguirás con él.

- Intentó explicarme y detenerme pero me negué. La situación era más que evidente y todo ese lugar me daba asco. Recogí mis cosas toda la noche y terminé de amanecer en el sofá... y bueno, aquí me tienes.

- Por qué no vuelves a vivir aqui. A fin de cuentas es nuestro y estoy sola. - le pedí abrazandola.

Sus padres -mis tíos- compraron este departamento para nosotras cuando decidimos venir a estudiar aqui. Llevamos dos años residiendo en NY, al cabo de un año y algunos meses Ale conoció a Nick y decidió irse a vivir con el. A pesar de que nunca fue santo de mi devoción, respeté su decisión.

- Me dejarías volver aqui? - pregunta con la cabeza recostada en mis piernas.

- Claro tonta, este es y será siempre nuestro hogar.

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Estábamos desayunando cuando decidí contarle lo de mi cita con Piero.

- Ayer conocí al Sr. Barone- escupí.

- Que tal el abuelo?- pregunta dandole un sorbo al sumo de naranja.

Reí hasta más no poder... - Es casi de mi edad Alejandra.

-Qué!- dice escupiendo lo que masticaba.

- Pues si, y además es todo un adonis- dije tranquilamente.

Continué con todos los detalles de mi día anterior y cuando llegue a la propuesta casi le da un infarto.

- Estás de broma!!!- Gritó.

- Hablo en serio, me dijo que lo llame antes de diez días si acepto.

- Que piensas hacer?- pregunta muy seria esta vez.

- Pues la oferta es buena y todo, pero a penas y se su nombre. Lo que más me preocupa es que las deudas van en aumento y aún no consigo empleo.

- Te entiendo perfectamente, pero no pierdes nada con intentarlo. Ok te voy a extrañar y eso, pero es una oportunidad para crecer en lo que ya sabes y de conocer cosas nuevas... a lo mejor y hasta te enamoras- dice con sonrisa pícara.

- Ya!... no comiences. Además aun me quedan algunos dias para pensarlo bien, a lo mejor consigo empleo y asi puedo mandarlo al paseo. - ambas reímos.

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Hola a todos!
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Sr. BaroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora