22- ¿Qué me estás haciendo?

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Mis ojos se llenaron de lágrimas, tenía tantas emociones encontradas. Después de tanto tiempo separadas, aquí estábamos resumiendo la distancia en un abrazo. Finalmente juntas de nuevo, y esta vez... para siempre!

-Te he extrañado tanto Marie- dice entre llanto Ale mientras continua abrazandome.

-Te aseguro que no más que yo- digo haciendola reir- pero ya está de tanto drama, vamos a casa y de paso conocer un poco la ciudad.

-Esta vez te has salvado, pero me tendrás que contar todo lo que ha pasado con Piero, todo.- dice remarcando cada palabra. Solo puse los ojos en blanco y sonreí. Ahi estaba mi chica de vuelta.

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Pasamos la tarde entre risas y cotilleos. La lleve a los principales lugares que tiene esta hermosa isla y la hice sentirse como en casa. Siempre hemos dicho que no importa el lugar, mientras estemos juntas, será nuestro hogar.

-Buenas noches Gretta- saludo al entrar a la cocina- te presento a Alejandra, mi prima- ambas sonríen y se saludan.

-Un placer Alejandra, estamos a tus órdenes- sonríe Gretta.

-El gusto es mio Gretta- asiente y nos retiramos.

Caminamos hasta la sala de estar para esperar a que sirvan la cena, Piero aun no ha llegado. Y como si lo hubiera invocado, se abre la puerta y aparece mi adonis italiano acompañado de Igna.

-Buenas noches- nos saluda en italiano- Alejandra bienvenida, que tal estas?- sonríe mostrando su hermosa dentadura. Ahora que lo pienso, creo que todo en el es perfecto. Ay Dios, que estoy pensando.

-Cierto Marie?- cuestiona Ale sacándome de mis intensos pensamientos. Asiento si siquiera saber de que hablan.

-Te presento a Ignacio Boschetto, un gran amigo.- Igna se acerca con su carisma característico y nos saluda a ambas, demorandose un poco en Ale. Vaya!

-Un placer Ragazza- la mira coqueto, Piero lo nota y se rie, yo solo me quedo momentaneamente sorprendida.

-Pueden pasar al comedor, la cena está servida- anuncia Gretta. Todos la seguimos.

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-Por cierto, donde dejaron a Gian?- ahora que lo noto, siempre vienen a cenar los dos.

-Tuvo un compromiso bella- expresa Piero con una mirada que no logro entender aun. La forma en que se refirió a mi hizo latir mi corazón como caballo desbocado, Dios!.

-Bueno...- habla Ale aclarandose la garganta- la cena estuvo deliciosa y la estoy pasando de maravilla, pero mi cuerpo me pide descanso- todos reimos- asi que me despido y Piero, gracias nuevamente por tan lindo gesto con nosotras.

-Es un placer, créeme- se pone de pie junto a Igna para despedir a Alejandra.

-Te veo mas tarde Ale- me despido. Asiente y se va, Igna también se despide y quedamos sólo Piero y yo terminando el postre. Se me queda viendo fijamente. Me ruborizo.

-Adoro cuando haces eso- sonríe. Me le quedo viendo sin entender. -cuando te ruborizas... te ves tierna.- oh cielos, moriré lentamente aquí sentada si sigue asi. Me limito a sonreirle, por qué me pone tan nerviosa?

Me pongo de pie dispuesta a irme, pero me sujeta por el codo.

-Lo siento, no queria incomodarte. - tranquilo bonito, solo estoy nerviosa. Sonrio nuevamente.

-Tranquilo, no me has incomodado. Es sólo que no me dicen ese tipo de cosas muy seguido- se ríe.

-Hay cosas que no debo decir pero contigo es inevitable a veces- se acerca tentativamente dejando nuestros rostros a pocos centímetros de distancia.

-Creo que deberia ir a dormir- digo sin poder quitar la vista de esos hermosos ojos cafés. ¡¿Que tiene este hombre que no me deja pensar con claridad?!

-Creo que yo también, buenas noches bella- dicho esto se acerca más, al punto en que ambos respiramos el mismo aire.

-Buenas noches Piero- digo mientras me voy perdiendo en sus labios. Cierro los ojos y un casto beso sella nuestra despedida. De pronto no está, dejándo mi cuerpo en combustión y con una necesidad incontrolable de él.
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Hola! Finally here. Gracias por leer♥

Sr. BaroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora