61- "yo ya te amo"

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-No sé cómo no me dí cuenta que anunciarían un bebé. Todas las señales estaban ahí "la dulce espera..." "las cosas pequeñas..." las donuts en el horno, el pajarito... joder si todo estaba ahí- todos reímos. Mariagrazia ha sido todo un show esta noche. Luego de la noticia no ha querido soltarme, ya se está volviendo pesadita.

-Aún no logro entender del todo que Piero nos hará abuelos...-Eleonora abraza a Gaetano y este la besa en la frente. Son tan adorables.

-Ya saben si es niño o niña?-pregunta Erni. Piero y yo nos miramos al mismo tiempo y negamos con la cabeza.

-Hemos decidido saberlo cuando nazca. Preferimos sorprendernos- sí, fue una de las tantas cosas que acordamos sobre el bebé.

-Qué aburridos!- Ale nos saca la lengua y yo le saco el dedo sin que nadie lo note. Me sonríe.

La cena transcurre sin muchas novedades, obviamente el tema principal fue mi embarazo y aunque amo este nuevo giro en mi vida, agradezco cuando Franco, el sr. Girardon y los chicos se ponen a hablar de negocios. Aprovecho la distracción y decido ayudar a Gretta a servir el postre, me obliga -literalmente- a sentarme alegando que ella puede hacerlo con las chicas del servicio y que es mi día y bla, bla, bla... a penas se han enterado y me trata como a una muñeca de porcelana. Me siento inútil.

-Agobiada?- la voz de Eveline a mis espaldas me hace sobresaltar ligeramente. Sonrío con cariño, siempre parece saber lo que me pasa.

-Pues ya tu ves, no me quieren ni en la cocina y eso que a penas estoy entrando al segundo trimestre. Te imaginas cuando tenga 6 o más?.. solo de pensarlo me siento enferma- Ella ríe y me abraza de lado, sus manos están un poco frias. Seguro estaba en el tocador.

-Da gracias a Dios cielo, no todas cuentan con una familia que te cuide y se alegre por esa bendición. Sé que es incómodo acaparar toda la atención, pero piensa que lo hacen porque te aman- asiento y vuelvo a sonreir- cambiando el tema un poco, hace rato he querido preguntarte algo.

-Adelante, siéntete en confianza- respira hondo. Esta nerviosa o es percepción mia?

-Este señor Franco... y tú se conocen hace tiempo?- eh?...

-Pues, más o menos. Lo conocí en la fiesta de fin de año en casa de mis suegros. Por qué?- se coloca el pelo tras la oreja, definitivamente está nerviosa.

-Es que... bueno no sé cómo te tomarias esto y yo quisiera...- esperen!

-No me digas que te gusta!- Eveline pone cara de horror y niega repetidas veces.

-Noooo! Amo a mi esposo. Es sólo que el me recuerda a alguien pero no estoy muy segura- asiento- sabes de dónde es?... qué hace o hacía?-frunzo el ceño. Estoy demasiado confundida y ella lo nota- Lo siento, creo que estoy un poco paranoica y aparte estoy siendo demasiado invasiva-niego con la cabeza.

-No te preocupes, no pasa nada. Es solo que son un poco extrañas las preguntas... Él es francés- la veo tensarse- Todos le llamamos Franco, pero su nombre real es Alexandre, Alexandre Bruyere- la cara de asombro e incredulidad que tiene me alarma. Está tan palida que temo que en cualquier momento pueda desmayarse o algo así- Te sientes bien?- niega con la cabeza.

-Yo, creo que debo irme... no me siento bien. Podrías llamar a mi marido?- asiento. Gretta pasa en ese momento por nuestro lado y le pido un vaso de agua. Acompaño a Eveline hasta la sala de estar y me dirijo al comedor por su esposo. Disimuladamente le informo de la situación y sin demora se va junto a ella.

Todos siguen en lo suyo, hablando y degustando el cannoli siciliano que he preparado. Sigilosamente Piero se me acerca.

-Todo bien preciosa?- niego y sin entrar en detalles le cuento lo sucedido. Decide acompañarme para ver lo que sucede. Eveline esta terminando su vaso de agua y su esposo le sostiene la mano con una expresión sombría- Cómo te sientes Eveline, quieres que llame al médico o algo?- Ella niega con la cabeza y ambos se ponen de pie.

-Lo mejor es que nos vayamos- Antoine la abraza de lado y se acercan a despedirse de nosotros. Piero insiste en que la vea un médico pero ellos alegan que fue sólo un susto. Algo no me convence- Discúlpanos con los demás. Nuevamente felicidades a ambos- agradecemos en silencio y los acompañamos a la salida.

-Algo no está muy claro en todo esto...

(...)

El silencio reina en el lugar, su mirada retiene la mía cual secuestrador a un rehén, y lo más hermoso es que el rehén se niega a ser liberado. Me sonríe ladino y me sonrojo. Todos se han ido, estamos sólos. La promesa carnal impresa en sus ojos me hace sonreír con nerviosismo.

-Sabes... me encanta verte sonrojar, no por lo tierno del gesto, sino porque delata tu excitación- me quedo muda en mi lugar y él comienza a acercarse- Quieres saber algo más? -asiento sin dejar de mirarlo- Yo también lo estoy, y no veo la hora de perderme en tí hasta sacar la última gota de tu cuerpo- Mierdaaa!

-Piero...- No logro terminar la frase, él está apoyado en el respaldo del mueble mezclado su aliento teñido de brandy con el mío.

-Decías preciosa?- atrapa un mechón de mi pelo entre sus dedos y le da vueltas mirándome a través de él. Trago grueso.

-Vas... vas a torturarme toda la noche?- inclina la cabeza y me sonríe con malicia.

-Puede ser, depende de tus deseos. Quieres que te torture?- vuelvo a tragar duro. Si, si, si y mil veces Si!-Eso responde a mi pregunta- frunzo el ceño- tu silencio, tu silencio es la mejor respuesta que me has dado hoy. Aunque yo conozco una respuesta mejor...- se pone en cuclillas.

-Cual?- mi voz es a penas un susurro. Atrapa mis manos entre las suyas.

-Quédate conmigo, quédate al menos esta noche... por favor- Piero pasó de ser el tipo seductor con lentes rojos, a ser un joven vulnerable. Acaricio su rostro.

-No quiero más de lo mismo- besa el interior de mi mano izquierda.

-Cómo te demuestro que ya nada es lo mismo?- mi corazón cedió hace tiempo, mi mente aún está reacia- Te amo preciosa y no me apena decirtelo, debía decirlo antes pero la cobardía me pudo. No es porque aquí- toca mi vientre- haya un pequeño intruso mitad tuya y mitad mía. Te amé desde que me enseñaste a ver el mundo de otra manera, desde que me demostraste que me amabas tal cual soy, desde que me enseñaste a besar con el alma... creo que te amo desde el día uno y siento que nada tiene sentido si no veo tu cara frente a mí cuando mi día comienza y termina-Si, si de cursis hablan... Piero me superó por mil!!! Dios estoy en shock.

-Qué pasará si me quedo?- sonríe aliviado.

-Pasará sólo lo que tú quieras, sólo me importas tú- sonrio y beso la punta de su nariz- aunque si de mí depende... quiero hacer algo que creo que nunca hemos hecho conscientemente.

-Qué cosa?- se acerca a mí oído y susurra...

-Hacer el amor cielo- creo que ya tuve un orgasmo sentada. Bendito sea quien me envió a este hombre. Sonrío nerviosa.

-Vale... pero sólo si me prometes una cosa- me da un pico y asiente.

-Ya te dije, lo que quieras- acaricio esos labios que me enloquecen y susurro...

-Que vas a amarme sin medidas mientras lo hagamos- me besa más profundo esta vez y sonríe en medio del beso.

-Hay algo en lo que te equivocas dolcezza- Dice sin despegarse un poco de mí- Yo ya te amo- dicho esto me toma entre sus brazos y vamos escaleras arriba...

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Maratón 2/3
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Sr. BaroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora