35- El principio del fin (1)

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Nochebuena, esa palabra sólo significa una cosa: ¡Llegó el gran día!. Después de tanto tiempo esperando al fin es la cena en casa de Piero, y lo más hermoso aún... nuestra primera navidad juntos.

Las chicas están que no caben de la emoción y se han pasado la mañana de aquí para allá. Piero salió temprano a resolver unos asuntos pendientes y prometió volver para el almuerzo. Yo por mi parte me la he pasado viendo como Alejandra, Isabella y Mariagrazia revisan que todo este en orden y perfecto para esta noche. Debería sentirme alegre y emocionada por todo lo que esto implica; sin embargo, una sensación amarga me ataca a cada momento, como si algo malo fuera a suceder.

-Venga Marie quita esa cara y anímate- me reprende Ale. Meneo la cabeza intentando disipar cualquier cosa negativa que ande rondando. Sorío y asiento.

-ehh estoy bien, solo he dormido poco- Ale me mira achicando sus ojos, se que no se traga el cuento pero lo deja pasar.

-A ver niñas, cual irá mejor con mi vestuario- Mi cuñada tiene en sus manos dos pendientes negros con detales dorados, muy similares. Todas nos reímos. -Que?- pregunta con evidente confusión.

-Nena esos pendientes son casi idénticos- dice Bella señalándolos.

Maria los mira detenidamente por unos segundos sonríe. Se encoge de hombros- supongo que cualquiera le me vendría bien.

A la hora del almuerzo Piero llegó junto a los chicos y todos nos sentamos a la mesa. Gretta como siempre luciendo sus artes culinarias preparo una exquisita lasagna en salsa bechamel, unos canelones en salsa roja rellenos de carne de res y gouda y una rica ensalada césar. Para mí... esto es el cielo.

-Bueno chicos, que tengan muy buen provecho. Con permiso.- Isabella da media vuelta para irse pero antes de dar un paso la detengo.

-A donde vas Bella?- me mira como si fuera la pregunta mas estupida.

-Pues a comer Marjo, también estoy hambrienta- soríe pero yo no. ¿A caso cree que la dejare fuera por trabajar aqui?

-Siéntate con nosotros- su mirada se torna momentaneamente asombrada pero en segundos se recompone. Los demás sólo observan en silencio. Me giro hacia Piero y pregunto -no te molestaría verdad?- besa el torso de mi mano y sonríe levemente.

-Por qué habría de molestarme dolcezza? Isabella, por mí encantado- dice mirandola a los ojos con cariño. Todos sonrieron. Pareciera que estaban esperando la aprovación de Piero.

-Vamos Isa, no te hagas de rogar- dice Igna haciendo un tierno puchero. Dios! Es tan infantil a veces, pero eso solo lo hace más hermoso. Isabella rapidamente se sonroja. Vaya ¿Que está pasando aquí?. Asiente y luego de poner otro plato en la mesa, toma asiento junto a Ale.

-Bellezas, listas para esta gran noche?- pregunta Gian con galantería. Todas respondemos afirmativamente al unísono- vaya... hasta sincronizadas y todo- reímos.- Quieres que pase por tí Alejandra?-

Mi prima se pone escarlata con la pregunta de Gian y yo reprimo la risa. Es obvio que se gustan más de lo que quieren admitir. Me mira como si me pidiera un consejo, le guiño un ojo y ella asiente. -Por mí encantada Gian- el sonríe satisfecho, esta noche promete para ambos.

-Isabella, con quien piensas ir?- Mariagrazia me mira con complicidad, creo que intuyó lo mismo que yo. Bella que comía un poco de ensalada la mira y se encoge de hombros.

-Me parece que tomaré un taxi- pero la condenada Mariagrazia no se da por vencida y ataca- Igna no tiene acompañante, podría llevarte. Cierto Igna?- èl que estaba comiendo como animal, levanta la mirada. Mira a Isabella, quien esta como un tomate, y luego a María. Creo que no le hace mucha gracia el asunto. Pero para mi sorpresa sonríe con emoción y asiente. Maria aplaude emocionada- listo.

Sr. BaroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora