47- La verdad se asoma

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Maratón 2/3

Pi...pi...pi...

Siempre he detestado este sonido, es cómo si cada pitido fuera una parte de la vida yéndose, como una especie de conteo regresivo. Inquietante.

-Recuerden que no debe alterarse, las he dejado entrar porque es un caso de fuerza mayor. Sean lo más breve posible, con permiso- la enfermera sale dejándonos en la antesala de la habitación.

-Estás lista- la mirada perdida de Alejandra me indica que sigue en el limbo. Tomo sus manos intentando traerla de vuelta a la realidad. Comienza a llorar.

-Nnoo... no lo sé, tengo miedo Marie- me abraza y yo me dejo. Daría lo que no tengo por verla en paz.

-Estamos juntas en esto, como siempre- por primera vez la veo relajarse un poco.

Abrimos la puerta y Ale cubre su boca, aprieto los puños para no salir corriendo de aquí. Lo que veo sobrepasa mis fuerzas. Alicia está demacrada, su preciosa cabellera negra no luce tan abundante como siempre, tiene horribles ojeras y está bastante pálida. Pareciera que pasaron 50 años desde la última vez que nos vimos.

-Mis niñas, han vuelto- su voz sale con dificultad y a penas puede respirar. Extiende sus manos para que nos acerquemos. Ale toma la derecha y yo la izquierda.

>>Están tan hermosas, me siento... me siento muy orgullosa de ustedes- comienza a temblar, aprieto su mano le sonrío como puedo- Lo sssii...siento tan...tanto. Perdo...nenme.

-No hay nada que perdonar mamá, estarás bien y seguiremos siendo la familia de siempre, verdad- Ale lo dice más para convencerse a si misma que para calmar a mi tía. Alicia comienza a negar y lágrimas aparecen en su pálido rostro.

-No... hi...ja, ya mi tiempo... ha terminado. Pero... an...tes tengo algo muy im... portante que decirles-ambas nos miramos preocupadas, pero asentimos sin decir palabra. Alicia toma aire y cierra los ojos como buscando fuerza para seguir hablando. Duele verla en esas condiciones.

>>Hace más de 27 años... ustedes llegaron a nosotros. La feli...cidad que sentimos no se compara con nada- mi confusión es tan notoria como la de mi prima. Hace una pausa y sus ojos se cristaizan- Prometimos cuidarlas y prote... gerlas como el mayor tesoro. Sé que no fallamos, y estoy muy orgullo...sa de mis niñas. Pero cometimos un grave... error. Les pido perdón por el dolor que esto les pueda... causar, pero... -respira hondo y sus signos vitales descienden- ustedes son... herma... hermanas.

Suelto su mano y siento que todo gira. Ale se agarra al borde de la camilla y pone una mano en su pecho. Creo que le está faltando el aire. Ha dicho que...?

-Que... que estás diciendo mamá? No entiendo nada- mi tía cierra los ojos y Ale llora sin parar. Yo sigo en un trance.

-Pequeñas me queda muy poco tiempo... por favor... déjenme terminar- extiende sus manos nuevamente y las tomamos. El frío de su cuerpo asusta.

>>Nosotros no podiamos... tener... hijos. Pero Dios... se apiadó... y las envió... para hacernos felices... gracias por... por ser las mejores hijas que hayamos podido tener...- una tos ataca y comienza a temblar, mis sentidos se alarman pero antes de llamar a la enfermera se estabiliza. Ale sigue llorando como loca- Prometanme que van... a cuidarse como siempre. Que van a escu...char a su padre y que serán muy... felices- silencio total, esto debe ser una broma verdad? Nos aprieta débilmente las manos. Miro a Alejandra y asentimos.

-Claro tía... así será siempre- debe estar delirando por su estado cierto? sonríe y cierra los ojos, las lágrimas asaltan sus mejillas. Los míos se humedecen y lucho para no dejarlas salir.

Sr. BaroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora