Esperanza... el mejor y peor de los sentimientos. Por un lado te mantienes firme y valiente ante las adversidades, mientras que por el otro te torturas día tras dia con algo que quizás no sucederá. Mi vida está cambiando, todo a mi alredeor va tomando otro color. No sé si soy yo quien ha cambiado su manera de ver el mundo o si el mundo realmente ya no es el que yo conocía.
Tengo miedo de que todo se vaya al suelo, que que las cosas salgan mal y me toqué pagar caro la paz que he venido sintiendo. Quisiera congelar el tiempo justo aquí, pero estoy consciente que no puedo. A veces nos toca hacer que las cosas pasen y otras nos toca esperar que lo hagan.
La chica que me devuelve la mirada sonríe entusiasmada con el resultado. Hacía tanto tiempo que no sentía esta tranquilidad, que no me sentía tan plena tan... tan viva. Muero de ganas de gritarle al mundo que fui bendecida con un bebé, sin embargo, los nervios me están matando.
Golpes en mi puerta me devuelven a la realidad...
-Te falta mucho Marie?- Isabela, mi bella, está radiante con un vestido sencillo pero a la vez muy elegante. Sorío nerviosa y asiento. Los invitados están llegando y debo recibirlos.
-No, estoy más que lista... vamos- salgo al pasillo seguido de bella y me encuentro con Piero. Se sorprende al verme, lo sé por lo intensa que se vuelve su mirada. Sonríe lentamente mientras pasea sus ojos con poco discimulo por mi cuerpo.
-Les falta mucho?- Isa nos mira con diversión y ambos asentimos. Se adelanta dejándonos sólos. Cuando paso al lado de mi baronisimo me agarra por el codo y me acerca a él susurrandome...
-No creo que después de esta noche te siga tratando como amiga, y menos con ese vestido- el calor invade mi cuerpo y mi respiración se altera ligeramente. Siendo sincera tampoco quiero que nos sigamos tratando como hemos venido haciéndolo, lo extraño demasiado y sé que saben a lo que me refiero... he tenido que hace acopio de mi estúpido orgullo y todo el coraje necesario para no hacerlo con el cada vez que lo veo. Eso sin contar que lleva mucho tiempo que ni siquiera me besa como se debe.
Una sonrisa victoriosa se apodera de su rostro dejándome claro que esta noche promete...
(...)
-Mademoiselle, está usted hermosa esta noche- Franco hace una exagerada reverencia con toda la galantería que posee provocando una carcajada de mi parte. Adoro a este hombre. Cada que puedo quedo con él en el café donde comenzó nuestra linda amistad y algunas veces salimos a comer con los chicos. Hemos cultivado una hermosa amistad.
-Siempre lo estoy querido, ya deberías saberlo- le doy un guiño con coquetería y ambos reímos nuevamente. Una de las chicas del servicio pasa con una bandeja de champán y este me ofrece una. Niego con la cabeza.
-Qué te sucede, estás enferma o qué? No es propio de tí rechazar alcohol- el cinismo que tiñe su voz me hace sonreír.
-A diferencia de tí, las personas cambiamos- paso por su lado golpeandole el hombro sonriendo.
Todos los presentes se acercan a saludarme y con gusto les devuelvo el saludo. Acordamos que seríamos solo la familia y algunos amigos muy íntimos porque esto es muy especial y personal para divulgarlo tan pronto.
-Estás hermosa Marjorie, te sienta muy bien- arrugo mis cejas ante el raro comentario de Eveline. Antes siquiera de que pueda emitir sonido alguno esta se adelanta- Qué cómo lo sé? Simple, instinto materno preciosa.
-Tienes hijos? Cómo es que tienes hijos y no lo sabía...- sonríe con tristeza y niega.
-Fui madre estando muy jóven y pasaron cosas que no le deseo a nadie- su voz se quiebra y la abrazo. En ese momento Gretta se aclara la garganta y nos separamos.
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Sr. Barone
FanfictionDespues de haber sido atropellada por Piero Barone, Marjorie Ferrara se ve envuelta en una serie de situaciones que pondrán su vida en Jaque. "Resulta una gran verdad que el destino es una ley cuyo significado se nos escapa, porque nos faltan una in...