Levanto la mirada y me encuentro con una sonrisa altanera... la misma que me enseñó la primera vez que la vi, aquella en donde me dejaba claro que se creía la dueña del mundo. Acomoda su corta y perfecta cabellera rubia tras la oreja y me señala levantando una ceja.
-Resultaste más molesta de lo que creí - dice con aire divertido, su dedo sigue frente a mis ojos como si con el quisiera atravesarme la frente- y no me lo tomes a mal, me encantan los retos- en milésimas de segundos su mirada se torna fría y maléfica como si se estuviera convirtiendo en otra persona. Se acerca mucho más a mi, demasiado para mi gusto- pero has pasado de ser una dócil rata de laboratorio, a una escurridiza y asquerosa rata de alcantarilla.
Estoy perpleja, no sólo por sus palabras; sino también por el cambio tan drástico de su actitud. No sé qué decir o hacer, al parecer lo notó y sonríe nuevamente con arrogancia.
-Eres tan insípida... por Dios!-ríe con burla y suspira- en serio no entiendo que fue lo que vió en tí -se acerca peligrosamente a mi oído- ya te lo he advertido dos veces con esta, aléjate de él, sino comprobaras que es cierto eso que dicen de que la tercera es la vencida- se aleja sonriendo con aire inocente y una mirada escalofriante, pasa por mi lado y se lleva mi hombro. Yo me quedo ahí parada aún tratando de asimilar de que va todo aquello.
(...)
-Te encuentras bien Marie?!-Alarmada Alejandra se levanta y corre hacia mi. Isabella al verme frunce el entrecejo y también se acerca. Asiento débilmente, el encuentro con la chica de la playa me ha dejado una sensación incómoda y agridulce.
-Por Dios!, estás más blanca que un papel, seguro que estás bien? Deberíamos llevarte al hospital -añade Isabella con evidente nerviosismo. Niego con la cabeza.
-No es necesario, creo que comí demás. Mejor vayamos a casa, necesito descansar - ambas se muestran dudosas pero al final asienten y juntas nos encaminamos a la salida donde Paolo nos espera.
El camino a casa de Piero se me hizo eterno, las chicas se enfrascaron en una conversación sobre lo que compramos y como vamos a peinarnos, sin embargo, mi mente no dejaba de darle vueltas a todas las palabras que esa desconocida me dijo. Aún no entiendo de dónde me conoce y lo que es peor, de dónde conoce a Piero.
Llegamos y bajo la preocupada mirada de Isabella, Alejandra y Paolo, me fui directo a mi habitación. Me lancé a la cama y sin saber por qué, me puse a llorar. No sé por qué siento que esa chica es una verdadera amenaza para nosotros, y aunque parezca difícil de creer, creo que juega con ventaja y tengo las de perder.
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-Despierta bella durmiente- deliciosas caricias acompañadas de besos por mi cuello me sacan del sueño. Sorío con pesar y abro los ojos. La mirada que me da Piero en estos momentos me deja claro que no tengo el mejor aspecto, antes de que pueda decir nada toca mis mejillas con preocupación y me mira con cautela- vente, te llevaré al hospital ya- lo que me faltaba, vamos Marjorie piensa en una buena excusa.-No, estoy bien. Es sólo que comí demás. Tranquilo -frunce los labios, se que odia que lo contradiga.
-Te ves mal ragazza, no estaré tranquilo hasta que un médico te vea y me diga que estás bien- me incorporo y me subo a su regazo. Le doy un pico y luego otro y otro más.
-Debes confiar en mí cielo, si te digo que estoy bien es porque así es- se queda pensativo y tras lo que me parece un siglo toma mi cintura y une su frente con la mía.
-Me lo prometes preciosa?- cierro los ojos y lo beso con ternura.
-Te lo juro!- meto mi cara en su cuello y de inmediato su aroma me calma. Tenerlo así conmigo me hace sentir segura y capaz de enfrentarme a un ejército de gigantes. Sorío por mis pensamientos. Me levanto y lo miro a los ojos - Sabes lo que me he falta para mejorar- niega con la cabeza, me acerco a su oído- una enorme ración de Piero Barone.
Ríe y me acerca más a el- Mmmm no conozco ese plato pero me llaman así, crees que te podría servir?- su mirada me dejan claro el sinfín de promesas que encierra su pregunta. Río más por los nervios que por otra cosa. Ya estoy respirando con irregularidad.
-Eres perfecto cariño - dicho esto me lanzo a su boca provocando que caigamos a la cama.
Me agarra del cuello para profundizar más el beso y mis manos buscan con desenfreno los botones de su camisa. La desesperación me puede y termino rompiéndola sin cortar nuestro beso. Piero sonríe y de un tirón me saca el suéter de lana que tenía. Así, entre besos apasionados y caricias infinitas quedamos totalmente desnudos. Y como aquella primera vez entre los dos, hicimos el amor con frenesí.
Esa noche después de ducharnos juntos y cenar con los chicos, aprovechando que Ale no se encontraba en casa, nos dedicamos a ver pelis y pasar tiempo juntos. Cada día que pasa estoy más engnchada a èl. Siento que ya no puedo controlar mis sentimientos y hablando sinceramente, no creo que pueda.
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Tuve que subir este cap nuevamente porque el orden se altero. Les pido mil disculpas. No cambie nada, tranquilos.Gracias por leer! Los amo 😻
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Sr. Barone
Fiksi PenggemarDespues de haber sido atropellada por Piero Barone, Marjorie Ferrara se ve envuelta en una serie de situaciones que pondrán su vida en Jaque. "Resulta una gran verdad que el destino es una ley cuyo significado se nos escapa, porque nos faltan una in...