Dicen que la memoria tiene el don de recordar aquello que queremos olvidar... qué ironia de la vida! Me he pasado meses aquí metida intentando deshacerme de los recuerdos, de la gente, de todo... y mirenme, sentada en la oficina del psiquiatra precisamente volviendo a todo a lo que quiero renunciar.
-La bipolaridad no es precisamente el mejor de los regalos, pero tiene sus ventajas-sorío con nerviosismo mientras el simplemente se limita a observarme.
-Por qué dices eso?- lo miro, necesito un cigarro para abrirme mucho más.
-Tienes algún cigarrillo a mano?- frunce el ceño ante mi cambio repentino de tema y niega despacio.
-No lo necesitas, sólo concéntrate. Hemos avanzado mucho estos últimos meses- pongo los ojos en blanco.
-No vengas con tu mierda psicológica de apremiarme para hacerme sentir menos mal, igual sigo aquí metida- hace ademán de responderme y levanto mi mano- en serio guarda silencio.
-Está bien, prosigue- me recuesto en el respaldo del mueble en donde estoy y cierro los ojos.
-Nací jodida ya te lo había dicho. Mi mamá murió sin darme tiempo a conocer su rostro y compartir con ella. Fue una perra sabes? Una maldita egoista que murió cuando no debía- río, cómo si uno elige cuando morir... bueno, yo sí- que decir de mi padre, nunca tuvo cojones para enfrentar el mundo sin mamá y criarme como se debía, por eso prefirió meterse con una vagabunda más miserable que él y llenarme de cosas vanas en vez de amor. Ella intentó darme amor maternal, a pesar de todos mis desplantes siempre me trató con amor de madre y lo agradezco, solo que no era mi mamá y eso nunca pude quitarlo de mi cabeza. A él no lo reprocho, sabes? No tuvo la culpa de mi mierda... yo fui quien decidió al final cómo vivir.
-Nadie decide enfermarse Alessandra, me he pasado todo el tiempo explicandotelo- bufo.
-No estoy de acuerdo contigo, superalo ya!- doy vueltas al sillón y miro por la ventana. Todos lucen en paz aquí, tranquilos y felices- sabes, cuando conocí a Piero fui feliz-sonrío sinceramente en mucho tiempo- él me hacía tan feliz todo el tiempo, pero sentía que faltaba algo, a pesar de que mis mejores momentos los tengo junto a él, nunca su amor fue suficiente para llenar el vacío que ya era tan propio de mí... por eso me fui. Quería reflexionar, tener mi espacio. Sin embargo, tenía mucha presión con la boda religiosa. Yo no quería casarme otra vez, estaba harta de fingir emoción al respecto. El día de la cena tradicional en casa de mis suegros, fue mi día límite. No podía más y debía tomar una decisión urgente... así fue- lo miro fijamente.
-Qué hiciste?- sonrío y ladeo la cabeza.
-La pregunta correcta sería, qué no hice...- comienzo a recordar a detalle todo y se lo cuento, él sigue impasible como siempre- me pasé todo el día pensando en cómo huir, era demasiada mi ansiedad esa noche, pero debía hacerlo o iba a cometer una locura.
>>Piero sabia que algo en mí andaba mal, nunca se me quitó de encima. Lo que complicó aún más las cosas, pero como te imaginaras soy bastante terca cuando se mete algo en mi cabeza y en un descuido por su parte, me fui. Iba caminando hacia la salida cuando me topo con la persona que menos necesitaba encontrarme en ese momento: Franccesco.
-El hermano de Piero?- questiona. Asiento lentamente. Mi cuñado fue muy importante para mí, pero como todo lo que toco lo destruyo...
-No supe deshacerme de él, era demasiado inteligente como para darse cuenta que algo tramaba. Le inventé mil excusas pero no funcionó así que me fui por la tangente y dije la verdad- recuerdo su cara y río, estaba estupefacto- nunca olvidaré su reacción. Obviamente no estaba de acuerdo pero a pesar de eso no me dejó sola. Le rogué que me lleve a casa antes de que Piero note mi ausencia y al final caducó.
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Sr. Barone
FanficDespues de haber sido atropellada por Piero Barone, Marjorie Ferrara se ve envuelta en una serie de situaciones que pondrán su vida en Jaque. "Resulta una gran verdad que el destino es una ley cuyo significado se nos escapa, porque nos faltan una in...