Sr. Barone

57- paz?

Suponer es tan sencillo. Nos ahorramos las interrogantes, las respuestas dolorosas, las explicaciones. O en el peor de los casos, sufrimos de más.

Creí que todo lo que sucedía a mi alrededor era la verdad absoluta. Que equivocada estaba!. Alessandra y Piero vivieron una historia muy difícil. Mas allá de lo que se veía lo suyo era una lucha constante y nadie se atrevía a cortar por lo sano. Nadie nunca fue capaz de detenerse y ponerle fin a ese suicidio inminente de su amor.

Esa chica a pesar de aparentar ser perfecta, no tuvo precisamente la mejor vida. Su madre murió cuando ella nació, su padre se dedicó a darle todos los gustos y a trabajar todo el tiempo bajo la excusa de un mejor futuro. Se crió prácticamente sóla. Siendo una adolescente su padre conoció a Eveline y se enamoró de ella. Como la persona engreída que era, no aceptó esa relación. Comenzó a actuar con rebeldía y a meterse en muchos problemas. Las drogas y el alcohol fueron su salida en numerosas ocasiones. Gracias a la influencia de su padre pudo terminar la preparatoria y entrar a la universidad. Ya no era la chica loca de siempre, había algo de "madurez" en su nueva yo. Ahí fue donde conoció a Piero y el resto ya es historia. Pero no crean que todo acabó aquí...

Luego de aparecer en la fiesta de fin de año. Se presentó fuera de la oficina de Piero totalmente demacrada, llorando y pidiéndole ayuda... después de eso se desmayó. Cuando recobró el conocimiento estaba muy confundida, ya no se veía vulnerable y asustada, era la chica arrogante que me abordó tantas veces.

-Fue ahí donde me di cuenta de que algo en ella no iba muy bien- suspira- El doctor le indicó algunos análisis pero ella se negó y sólo quería marcharse. No podía detenerla, así que firmó el alta voluntaria y se fue- me acomodo más entre sus brazos y sigo sin emitir palabra.

>> Sabía que con esa actitud no iba a dejar que me acerque y no tuve más opción que fingir estar atraído por ella... para ser más exactos, fingí seguir enamorado- me mira en espera de mi reacción y yo sólo me limito a respirar profundo. Hago un gesto vago con las manos para que sepa que puede continuar. A estas alturas ya nada me sorprende.

>>Comencé a enviarle flores, regalos costosos, mensajes de texto con frecuencia y asi... algunas veces respondía de inmediato, otras tardaba días en hacerse sentir, pero yo no me daba por vencido. Sentía remordimiento y mucha culpabilidad; verla en esas condiciones fue chocante. Poco a poco tomaba más confianza conmigo y se abría más. La llevé a almorzar un par de veces, una que otra cena y así... por eso te descuidé, me centré tanto en ayudarla que no ví lo que tenía y fue hasta no tenerlo que comprendí lo valioso que era- me mira intensamente. Me alejo y recuesto mi espalda de la cama... esta situación esta resultando agobiante.

-Podrías continuar?- se sienta como un indio y asiente.

-Mi intención en todo ese tiempo a su lado fue observar sus cambios de humor, ayudarla sobre todo. Marjorie... -toma mi mano izquierda y me mira fijamente- te juro por nuestro hijo que nunca te he traicionado. Nada pasó entre ella y yo. Siempre que las cosas subían de tono yo me inventaba alguna excusa ridicula o algo similar. Sí, tuve que hacer como que me agradaban sus caricias, incluso besarla... sin embargo, nada fue más allá- retiro mi mano de la suya y entrelazo mis dedos.

-Ustedes tuvieron una historia, compartieron su tiempo, su intimidad y no solo hablo de sexo... No es que dudo de tí, pero es difícil creer que en ese tiempo juntos no pasó nada significativo- silencio... denso e incómodo silencio. De pronto toma mi rostro entre sus manos y me obliga a mirarlo.

-Escuchame bien, te lo dije una vez y te lo repito... nunca haría nada para lastimarte. Nunca!- Se acerca más y mi fuerza de voluntad se va a la mierda- Jamás pensé llegar tan lejos contigo, lo admito, pero no me arrepiento. Eres lo más real que he tenido en toda mi vida- a este paso su aliento y el mío son uno sólo- Sí, fui tremendamente imbécil al no confiar en tí y decirte lo que estaba sucediendo. Sé que estarías a mi lado y me apoyarías, pero creí que todo lo que sucedía era únicamente mi responsabilidad. Por eso no dije nada, por eso hice lo que hice- cierro los ojos y su frente descansa en la mía. El roce delicado de nuestros labios me hace perder el sentido y sólo soy capaz de responderle. Es un beso frágil, dulce, temeroso pero encantador. En otras palabras, el cielo... nuestro cielo. Poco a poco se separa, no sin antes dejar un beso en mi frente.