30- "Ahora quiero que te relajes"

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Continuo mi camino analizando lo que me acaba de ocurrir, no se si es paranoia mia o esa chica me conoce. Lo peor es que no tengo ni idea de en donde la he visto, pero su rostro me resulta bastante familiar.

-¿Te sientes bien bella?- la voz de Piero me trae de vuelta a la Tierra. Se me queda viendo con curiosidad y un poco de preocupacion.

-Si, es solo que choque con una chica y me resulta conocida, pero no se de donde- omito lo que me dijo, primero debo averiguar quien es.

-Que tal si en vez de enloquecer pensando en esa chica, mejor nos damos un chapuzon antes de que se ponga mas frio- Sorio y me lanzo sobre el. Posiciona sus manos en mi cintura y luego en mi cuello besandome con pasion. Entrelazo mis manos en su nuca y le sigo el juego. Mientras mas pasaban los segundos, mas profundo se hacia el beso.

-Piero... hay personas alrededor- mi respiracion esta agitada y la suya mucho mas, debo pararlo ahora que puedo.

-Crees que eso me detendría- muerde el lobulo de mi oreja haciendome jadear. Soríe con suficiencia al ver mi reaccion- venga, vamos al agua- me sube en el hombro haciendome gritar por la sorpresa. Nos metemos al mar y entre besos y juegos pasamos la tarde.

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-Hacia donde vamos Piero?- es la tercera vez que le hago esa pregunta en lo que llevamos de camino. Dejamos la playa antes de que la noche caiga y partimos con rumbo desconocido, al menos para mi.

-Aun no terminan las sorpresas. Ya te enseñe el mar, ahora quiero enseñarte la naturaleza- lo miro con asombro y alegria.

-Dios! Amo la naturaleza Piero. Si sigues asi me vas a matar, lo juro. -rie y acaricia mi pelo con su mano libre.

-Prometo matarte, pero a besos y caricias- mi corazon se sacudio con esas palabras. No me contuve y bese su coronilla, luego su mejilla y su cuello. Detuvo el aunto un momento, tomo mi rostro entre sus manos y unio nuestros labios con delicadeza. Nunca me habia besado asi.

-Ahora quedate quieta, quiero llegar a salvo- reí y continue admirando las hileras de pinos y otros arboles que adornaban nuestro camino.

Alrededor de una hora mas tarde llegamos a nuestro destino, o eso escuche. Piero nos conduce por una colina que termina en una hermosa cabaña de madera. Los arboles alrededor le dan al lugar un toque magico. Detiene el coche en una esquina.

-Esta cabaña es propiedad de mi familia, mi padre la compro cuando estabamos pequeños. Queria que tuvieramos nuestro lugar de escape fuera de la rutina y la monotonia. Para unirnos mas y disfrutar de un ambiente menos contaminado. Hace un tiempo no vienen tan seguido, ya sabes... los compromisos los han alejado- la añoranza es el sentimiento mas notorio en su mirada, debe tener muy buenos recuerdos en este lugar. Sorio y le pido que me muestre.

Una pareja de algunos sesenta y tanto años nos reciben sonrientes, junto a ellos hay dos chicos. Una adolescente y un muchacho que parece tener la edad de Piero.

-Marjorie, ellos son Enrico Lucarelli y su esposa Antonnella, han trabajado para nosotros desde que mi padre adquirio este lugar y son quienes lo mantienen asi de hermoso- todos sonreimos y ambos se acerca saludandome con dos besos- Ellos son sus hijos, Gael mi amigo desde la infancia y la pequeña Gianni. Esta bella dama que me acompraña es Marjorie Ferrara.- los saludo igual que a los señores, parecen personas muy agradables.

Entramos y Piero comienza a mostrarme todo el lugar. Su padre la encontro casi destruida y junto con un amigo arquitecto la remodelaron. Es fascinante, acogedora y bastante espaciosa. Hay nueve habitaciones, cuatro de la familia y las demas para los invitados. Cada una tiene su propio baño y una decoracion distinta, pero apegada a lo natural. Piero me mostro todas, excepto la suya.

-Por qué no quieres que la vea Piero?- me paro cruzada de brazos fingiendo molestarme. Se acerca y me da un pico.

-Arruinaras la sorpresa final, ahora vamos la cena está servida- me toma de la mano y nos lleva al comedor.

Despuès de degustar la exquisita cena cortesia de la sra. Lucarelli, nos sentamos en los muebles que daban al ventanal con una copa de vino. Piero me contaba cosas de su infancia, fue un niño muy tranquilo. Al contrario de nosotras-Ale y yo- que eramos terribles.

-y asi fue como mi tia termino sin cabello. Una vez dormida, la usamos como muñeca- reimos y terminamos la copa. De pronto Piero se acerco seductoramente, se puso de cuclillas y sonrió ladino. Susurró en mi oido:

-Ahora quiero que te relajes... la sorpresa más especial la tengo en mi habitacion- joder!!! Un ataque de nervios se apoderó de mi. No pude emitir sonido alguno sólo asentí y èl tomo mi mano, llevándonos escaleras arriba.

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Holaaaa! :) Traigo dos cap. Mañana el segundo♥

♡♡♡Gracias por leer ♡♡♡

Sr. BaroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora