29- "No te creas tan especial"

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-Oh por Dios!- exclamé nuevamente cubriendo mi rostro y sintiendome una niña con juguete nuevo.

Esto parece irreal. El profundo azul del mar se mezclaba con el cielo teñido por los tonos anaranjados del sol. Una imagen diga de una postal.

-¿Te gusta lo que he preparado?- la voz de Piero me hace volver a la realidad.

Me giro encarándolo y paseo mi vista por el lugar donde estamos. Es una acogedora terraza con un balcón en hierro finamente trabajado. Hay varias mesas en el interior y otras a nuestro alrededor pero no hay nadie. La decoración es minimalista, con tonos en colores pastel. Encantador sería la palabra adecuada para describir este sitio. Vuelvo a posar mi mirada en él y sonrío.

-No me gusta, lo adoro!- me acerco y rodeo su cuello, sin perder tiempo me toma de la cintura- Gracias por hacer todo esto por mi.

-Para mí es un placer bella- nos quedamos viendos no sé por cuanto tiempo y poco a poco nuestros rostros se acercan. Piero cierra los ojos y roza nuestras narices. Su gesto me hace ruborizar. A veces se ve tan frágil. Abre los ojos y su mirada luce perdida.

-¿Que tienes?- una alarma comienza a abrirse paso en mi interior, no logro entenderla y me da miedo descifrarla.

-Nada, es solo que... -sacude la cabeza como si así lograra sacar todo lo que hay dentro- creo que no dormi bien- sonrie apenado y besa mi frente. No estoy muy convencida pero lo dejo pasar. Toma una silla para mi y despues de ayudarme se sienta en frente. Un delicioso desayuno aguardaba por nosotros.

- ¿Cómo diste con este lugar Piero?- pregunto llevandome un trozo de queso a la boca. No es que sea algo muy exclusivo; sin embargo, no parece ser muy frecuentado ni conocido.

-Sicilia tiene de todo y para todos. He recorrido casi toda esta isla, hay lugares tan hermosos y poca gente los aprecia.

-Todo esto parece una pintura al óleo o algo similar- Piero ríe.

-Solía venir casi todos los fines de semana- su voz fue bajando el tono sospechosamente.

-¿Venías con alguien en especial?- no se por qué pero temo la respuesta. Creo que no me gustará.

-Pues verás... Marjorie -suspira- estuve casado por 3 años- conocen esa sensación que se experimenta cuando estas en una montaña rusa y se detiene antes de caer, para luego avanzar sorpresivamente. Sientes el cuerpo helado, como si dejaras tu alma en la cima. Así estoy ahora. Imaginé todo menos que Piero haya estado casado. Ahora muchas cosas encajan.

-¿Qu.. que?... ¿Por qué no me habías dicho nada Piero?- su semblante está serio. Se queda callado un momento.

-Lo siento, pero es un tema muy delicado para mí y rara vez sale a flote- toma mi mano e institivamente intento apartarla- Marjorie por favor entiende que si no dije nada es porque de verdad es incómodo.

Suspiro- ¿Por qué acabó? Digo, nada es para siempre, pero eres un gran ser humano y cualquier mujer estaría más que feliz a tu lado- sus ojos se iluminan y sonríe timidamente.

-Gracias por el cumplido... Sin embargo, al parecer ella no pensaba así- su mirada reflejaba algo de tristeza. Nunca lo había visto así.

-¿A qué te refieres? Honestamente dudo que no la hayas hecho tan siquiera un poco feliz, como he dicho antes tu er...- me interrumpe.

-Se escapó con otro hombre- dice mirandome seriamente. ¡Que diaboos!!! Siento que la sangre ha abandonado mi cara. Todo eso debió ser muy duro para él. Ahora me siento culpable por preguntar tanto. Debí dejar que me lo cuente cuando se sienta listo de hacerlo.

-Piero yo... en serio no...- me interrumpió nuevamente.

-Tranquila, no pasa nada. Mejor sigamos desayunando y admirando las vistas- besó el dorso de mi mano y dió por terminado el tema. Continuamos en completo silencio. De vez en cuando sentía la caricia de sus dedos en mis nudillos, mientras mi mente iba a mil por horas ¿cómo será? ¿La querrá aún? ¿Dónde está ahora?

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Pasamos la tarde explorando cada rincon de la marina de Ragusa. Si habia quedado fascinada anteriormente, ahora estoy totalmente enamorada. Cada parte que descubro de esta isla se toma un pedazo de mi corazon. Piero ha sido el guía turíico más original que haya podido tener, y debo admitir que a parte de guapo es bastante inteligente.

-Piero... Piero... Piero despierta!- hace un rato habiamos venido a la playa -a pesar de la temporada el ambiente estaba realmente agradable- Piero se habia quedado dormido con sus lentes de sol. Verlo en bañador me puso de muchas maneras, demasido calientes como para mencionarlas.

-¿Dolcezza que sucede?- bosteza y me acerca más a su cuerpo. Estabamos en una tumbona para dos disfrutando de la brisa y el sonido del mar, hasta este momento. Me urge hacer pis.

-Necesito ir al baño- lo miro con cara de cachorro apenado. Sorie y quita sus Ray Ban Clubmaster- En aquel lado estan los baños- Señala unas pintorescas casetas de madera a unos cuantos metros de nosotros. - Si quieres puedo acompañarte- levanta una ceja pícaramente.

Río- Mejor no, luego nos meteríamos en problemas- lo beso y me pongo de pie. Piero se queda embobado admirando mi cuerpo. Amo como el bañador de dos piezas en animal print con colores en tono metalicos que encontré en una de esas tiendas para turistas, se ajusta a mi cuerpo.

-insisto en ir- se muerde el labio. Juro que si no hubiera personas alrededor ya estuvieramos en algo mas íntimo. Desde aquella ocasión no hemos tenido relaciones y lo necesito. Sacudo mi cabeza y me encamino a los baños.

5 minutos llevo esperando y quiero morir. No entiendo por qué cuando más ganas de hacer tienes, más tiempo demoran en salir. Una morena delgada y alta sale y me sonríe apenada, al aprecer tenia problemas con su bañador. Desesperada entro y finalmente me relajo.

Desde donde estoy logro ver a Piero, al parecer está revisando su celular. Estoy sintiendo cosas que nunca antes había sentido, y tengo miedo... tengo miedo de enamorame de Piero Barone. Lo que me contó esta mañana me ha dejado mucho en qué pensar y con demasiadas interrogantes. No sé que hacer.

-Lo siento- exclamo al percatarme de que choque con alguien por ir distraida. Levanto la vista y me encuentro con una rubia de pelo corto, un poco más alta que yo, con un bañador de crop a los costados que me mira con curiosidad y un matiz de soberbia en sus ojos. Sonríe con hipocrecía.

-No es nada- desconcertada por su mirada asiento y continúo mi camino- oye chica- me llama.

-Si?- questiono

-No te creas tan especial- me le quedo viendo con cara de poker mientras ella da media vuelta sonriendo con arrogancia.

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En multimedia: puerto de Marina de Ragusa, Ragusa, Sicilia.

¿Quién será esta misteriosa chica?

Hola a todos!!!
Como lo prometi, otro cap. Gracias por leer, besos y abrazos amores mios. ♥♥♥♥

Sr. BaroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora