36- El principio del fin (2): la fiesta

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Salgo al pasillo para buscar a Piero y me encuentro con Alejandra. Está increiblemente bella, ese vestido le favorece bastante debo reconocer. Me mira asombrada y se acerca a pasos rapidos.

-Dios Marie que hermosa estás!- me abraza y hace que de una vuelta para ella. Me siento un poco tímida... nunca me habia vestido asi en la vida.

-Ya no sigas, harás que me sonroje- se ríe y toma mi mano para bajar juntas- tu tampoco te salvas Ale, en serio estas muy bella esta noche. Gian se pondra como loco cuando te vea- voltea rapidamente escondiendo una sonrisita. Le gustó lo que le dije, la conozco bastante- En serio si te gusta intentalo, ambas sabemos que el es muy distinto del idiota aquel- me planto frente a ella- Prometemelo- pido extendiendo el dedo meñique.

-Marie... dame tiempo si?- niego con la cabeza y levanto mas el dedo. Demasiado tiempo ha pasado desde que se conocieron y sè que lo suyo fue amor a primera vista

-ok... tu ganas, si ÈL intenta algo, cederé.- ruedo mis ojos, Dios quiera que Gian dé el primer paso. Isabella viene subiendo las escaleras con prisa y ambas la observamos curiosas. Parece una princesa de cuento. En serio que esa chica podria ser modelo.

-Bella que radiante estás, apuesto a que sales con novio y todo de allá- sonríe y niega. Ale asiente sonriendo.

-Si no fuera porque Piero ya se adelantó, tú saldrías casada y aquella también. Parecen de revista esta noche- Ale menea su pelo fingiendo arrogancia y yo miro mis uñas con superioridad. Al final estallamos en risas- Las venía a buscar porque Gretta me avisó que los chicos nos están esperando.

Tomadas de las manos bajamos las inmensas escaleras de la casa, a mí particularmente me encantan, pero en este momento con vestido largo y tacones no son agradables. Seguimos el pequeño pasillo que dá a la sala de estar y escuchamos a los muchachos hablar de cosas triviales. Sonrío al imaginar la cara de Piero cuando me vea. Entramos y el e Igna están de espaldas hablando con Gian y tomando lo que parece ser brandy.

-Piero hermano, ya te hemos dicho que es imposible que sea e...- este último quien está frente a ellos es el primero en notar nuestra presencia, sus ojos caen en nosotras. Los otros dos siguen el curso de su mirada y se quedan inmoviles. Esta reacción es mejor que la que había imaginado. Sorío con timidez cuando Piero se acerca a mí y me toma de la cintura besandome con ternura. Dios!

-Dolcezza, te ves espectacular. La espera contigo siempre vale la pena- le doy un pico y acaricio ese rostro que me encanta. Alcanzo a ver con el rabillo del ojo como Igna besa el dorso de la mano de Isabella y Gian le da dos besos a Ale. Sonrío y vuelvo a mi amado.

-Tu también estas precioso. Creo que esta noche tendré que pegarme a ti como lapa- ríe despreocupadamente y niega acercandose a mi oído.

-Me temo que será al reves- besa mi cuello y me hace jadear, mas por la sorpresa que por la sensacion que provoca el contacto de su piel con la mía- Sabes... no veo la hora de quitarte ese hermoso vestido que traes- chupa el lobulo de mi oreja con extrema lentitud. Se aleja sonríendo con malicia y entralaza nuestras manos, yo no encuentro que decir. Estoy excitada, lo admito.

-Vamos tortolitos, tenemos una fierta grandiosa por delante. Ya luego se podran dar mucho amor- Gian pasa por nuestro lado cogido del brazo de Alejandra. Todos reimos y lo seguimos.

Despues de despedirnos de Gretta, quien prometío ir más tarde con Paolo, tomanos nuestros abrigos y partimos por separado. Esta noche  está particularmente fría en comparación con otras. A pesar de que ha estado nevando en Naro, el cielo y la ciudad siguen igual de hermosos.

(...)

Después de algunos 45 minutos de camino, llegamos a casa de los padres de Piero. La primera vez que ví esta casa pensé que había viajado en el tiempo; tiene ese toque de antigüedad característico de Europa, sin embargo, una decoración sobria en el exterior, pero encantadora y mágica por dentro. Un lugar de ensueño.

Piero detiene el coche en la entrada y toma mi mano dándole un leve apretón.

-No quiero que te agobies por nada, disfruta de esta noche mi bella, sé que te esforzaste mucho junto con mi madre y las chicas, lo mereces- a veces me pregunto qué hice para merecer a este hombre?, lo miro con total devoción y acerco mi frente a la suya cerrando los ojos.

-Amor... quiero que estés relajado. Me propuse hacer de esta noche un bonito recuerdo para tí y así será- soríe y me besa- lo de esta tarde solo fue una broma de mal gusto- asiente y vuelve a unir su boca con la mía. Amo sus besos. Sale del coche y abre mi puerta, bajo y entrelazamos nuestras manos. Un joven se dirige a nosotros y Piero le extiende las llaves.

-Benvenuto Senior Barone- Piero lo saluda con un asentimiento de cabeza- Signorina- hago lo mismo y nos encaminamos adentro. Al entrar me quedo boquiabierta, Eleonora se ha lucido bastante. La decoración es en tonos plateados y azul royal. Es... única.

Unos señores de algunos cincuenta y tanto saludan a Piero con mucho cariño y emoción. Luego lo hacen conmigo demorándose más de lo debido, me incomodan. Mi posesivo acomprañante lo nota y pone su mano en mi cintura. Lo miro y sonrío.

-Te dije que iba a ser el caso contrario ragazza- dice en voz baja sonriendo.

-Oh Piero hijo viniste, que precioso estas- soríe y abre los brazos para recibir a su madre. De verdad está hermoso con ese traje gris y la corbata roja. Con amor ella lo besa y acaricia su mejilla. La felicidad que siente es palpable y a mí me entran ganas de llorar de alegría al ver sus ojos cristalizarse. Es una escena digna de ver. Gaetano se acerca a mi y me da dos besos, cuando se retira me dice mirandome fijamente <<Grazzie ragazza>>. Sonrío con todos mis dientes.

-Hija mía que hermosa estas- Eleonora se acerca a mi y me abraza como si quisiera decirme miles de palabras pero no las encuentra. Correspondo emocionada- Ese color te sienta muy bien-me mira de pies a cabeza.

-Gracias, usted tambien esta radiante hoy. Felicidades por la fiesta, ha quedado todo de maravilla- en serio esta mujer se ve increible con ese vestido cuello tortuga verde menta, hasta más joven está. Me mira con gesto reprobatorio.

-Te he dicho que nada de usted, llamame Eleonora. Si no lo haces me molestaré- todos sonreimos. En ese instante llega Mariagrazia y se come a besos a su hermano. Luego me abraza igual que su madre, como si quisiera demostrarme cuan agradecida esta conmigo. Eleonora nos extiende dos tarjetas navideñas y se aleja junto con su marido para recibir a los demas.

Un camarero pasa con una bandeja y copas rellenas de lo que parece ser champagne rosado, Piero toma dos y  me extiende una. Levanta la suya en señal de brindis y yo sonrio encantada.

-Que esta noche sea igual de inovidables que todas esas noches que paso junto a tí- se me queda viendo con esos enormes ojos cafés que me debilitan.

- Así será cielo mío, salud- chocamos las copas y sonreimos. Seguimos a los demás invitados hasta el salon donde la mayoría está reunida. Piero saluda casi a todo el mundo a nuestro paso y yo trato de seguirle el ritmo. Algunas chicas se le quedan viendo embobadas y otras me miran con si quisieran sacarme los ojos con sus manos. Sin embargo, los chicos me miran con la curiosidad impregnada en sus ojos y mi celoso novio aprovecha su atencion para besarme y marcar territorio. A veces es tan inmaduro. Sonrío.

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Muchas lo pidieron y no puedo negarme despues de haber sido tan pacientes conmigo. Aqui un cap de regalo a todas esas personitas que me hacen sentir tan especial con sus comentarios. Es un honor ♥

>>Gracias por leer... <<

Sr. BaroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora