Ganadora en los premios Carrot Awards 2020
Tercer lugar en romance, concurso Apple Awards (Red)
Sinopsis:
¿Qué pasa cuando tu mundo perfecto se derrumba a tus pies?
Andrea conoció a Justin en la fiesta de compromiso de su amiga, y de inmediato volar...
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Justin
Llevo una semana alojándome en la mansión.
Al principio solo quería quedarme aquí por la noche de la fiesta de compromiso, y luego ir a quedarme al departamento de Allan. Ese había sido el plan inicial, pero al final, había terminado quedándome aquí por petición de la dueña de casa.
La señora Elizabeth, o más bien dicho, la tía Elly como me había pedido llamarla, había sido muy servicial conmigo, haciéndome sentir bienvenido desde el principio.
Me encantaba estar aquí. Cuándo había decidido venir hasta Londres, me tenía preocupado no encajar, que no me gustara la vida de este país, pero rápidamente deseché todos esos pensamientos, me gustaba más de lo que podría creer posible.
Quizás las personas que conocí tenían que ver.
La semana la había ocupado para recorrer Londres, junto con los chicos. Me gustaba toda la arquitectura del lugar, el London Eye y el Big Ben habían ocupado la mitad de la memoria de mi teléfono.
Estaba feliz, hace mucho que no experimentaba esa sensación tan poderosa. Debía reconocer que Andrea tenía mucho que ver en eso. Al igual que su mamá, me había acogido de inmediato y me hacía sentir especial. Me tenía vuelto loco. Me hacía reír y constantemente se preocupaba por mí. Ya no estaba solo como antes, en poco tiempo se estaba ganando mi afecto, porque mi atención ya la tenía por completo.
Estaba hechizado, idiotizado por su belleza. Por su forma de actuar, que siempre estuviera de buen humor. Por eso que me dolió tanto encontrarla deprimida en la mañana.
Cuándo se puso a llorar algo dentro de mí se removió como nunca lo había hecho. Tenía una imperiosa necesidad de ayudarla y consolarla, no podía verla tan triste y llorando, porque algo dentro de mí se rompía por presenciarla así. Sentía el mismo magnetismo que ella sentía, pude notarlo cuando la tenía entre mis brazos, por eso fue por lo que decidí invitarla a hacer algo, cualquier cosa que me tuviera cerca de ella. Cuándo me dijo sobre el cine e ir con los chicos, me la jugué el todo por el todo cuando le pregunté si era una cita. Si quería empezar algo con ella, debíamos estar en la misma sintonía. Para mi fortuna me contestó que sí, así que ahora en unas horas tendría una maravillosa cita con una hermosa mujer.
Actualmente estaba comiendo en el gran comedor, junto con los señores Johnson, Andrea, Emma y Allan. Rápidamente me di cuenta de la dinámica de la familia. Los domingos se juntaban para comer, y disfrutar como la gran familia que descubrí que eran. El único que faltaba era Ryan, que por cuestiones de trabajo no pudo asistir.
Observo el comedor; es gigante con una mesa larga, con muchos puestos, una araña en el medio y con cubiertos que apostaría que eran de plata, a pesar del tiempo que llevaba aquí, a veces tanta opulencia era abrumadora y, sobre todo, resaltaba y amplificaba toda la carencia que había experimentado de pequeño.
