Capítulo # 26 El principio del fin

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—Cielo, no soy de cristal —le comento a mi marido una vez me deja sentada en el sofá.

—Lo sé, pero el médico dijo que debías tener reposo y mucho cuidado estos días. No quiero que hagas esfuerzos innecesarios.

Me río de su contestación, sus "esfuerzos innecesarios" era caminar del auto hasta la puerta de nuestra casa.

—¿Cómo te sientes? —pregunta, se arrodilla en frente de mí y me toca la panza. Sus ojos me miran llenos de ternura y llenos de amor.

Al principio Justin al recibir la noticia se había quedado helado como estatua, al decir verdad, yo también, con todo lo que estaba pasando hasta la búsqueda del hijo que quería se me había olvidado, así que la noticia había llegado de sorpresa. Después de que los segundos de aturdimientos se fueron, la alegría nos impregnó por completos. Otro hijo, otro ser al que amar con toda el alma.

—Me siento bien.

—¿Ya no tienes dolor de cabeza?

—No, ya no —respondo, y entretenida agrego—. Muy pronto serás tú con dolor de cabeza. ¿Estás preparado para aguantar mis neuras, mis hormonas mala leche y mis antojos a mitad de noche? Si recuerdo bien, fui bastante tocapelotas con mi primer embarazo.

Justin hace una mueca bastante cómica que me vuelve a hacer reír. Seguramente estaría recordando el calvario que lo hice pasar. Pero sabía que no lo cambiaría por nada, menos yo.

—Contigo estoy preparado para esto y mucho más. —Me besa suavemente y yo me siento derretir—. No veo la hora que te crezca la panza. Con Abby te veías tan hermosa y ahora sé que te verás igual.

Sonrío feliz. Este hombre siempre fue un adulador, pero cuando tuve mi primer embarazo, alcanzó una cuota más alta de halagos a mi nombre. Mis hormonas en esa época estuvieron todas de revés, haciéndome todo tipo de cosas. Mientras que yo en el espejo veía una pelota con patas, Justin veía "la mujer más bella del mundo".

Mi autoestima sufrió una grave bajada y sin Justin probablemente me hubiese hundido en una depresión, pero él siempre estuvo allí, hasta cuando me ponía enferma hasta decir basta.

Hoja en blanco ☆ Galena Meyers ☆ Infiel Fiel 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora