Ganadora en los premios Carrot Awards 2020
Tercer lugar en romance, concurso Apple Awards (Red)
Sinopsis:
¿Qué pasa cuando tu mundo perfecto se derrumba a tus pies?
Andrea conoció a Justin en la fiesta de compromiso de su amiga, y de inmediato volar...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A pesar del dolor y la pena, a pesar de que todo se venga abajo, es mucho mejor vivir sabiendo que ser ignorante toda la vida.
Galena Meyers.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Tienes cara de angustiada, ¿estás bien, Emma? —le pregunto a mi mejor amiga por milésima vez. Ella había venido a mi casa sin avisar, de sorpresa, y había estado en todo momento nerviosa, divagando e intranquila. Sabía que algo le estaba pasando, pero no entendía el qué.
—Amiga, tengo que contarte algo, pero es muy difícil y... —suspira y se queda callada.
—¿Ese algo difícil es por el cual te estás ausentando de las comidas de los domingos? —cuestiono cuando me doy cuenta de que no seguiría hablando. Ella había dejado de ir a las comidas desde casi un mes, al principio estaba enferma, después tenía mucho trabajo, al final, ya no había intentado poner más excusas.
—Sí —responde nerviosa, me mira a los ojos, pero de inmediato los desvía, de repente los adornos del almohadón del sofá concentran su atención.
—¿Y...? ¿Me dirás? —pregunto, cuando el silencio se eterniza entre nosotras.
—Yo... —Su cara es una máscara de pánico y de angustia—. Por favor amiga, lo siento tanto. He sido una cobarde de mierda, pero es que tenía mucho miedo, no sabía como decirte y tenía miedo de tu reacción y sobre todo por el bebé —dice rápidamente—, no me perdonaría que le pasara algo, pero este secreto lo tengo atragantado y no puedo... —me toma las manos, siento como las suyas tiemblan—, no puedo callar más.
Mi pulso se acelera y se me seca la boca.
—¿De qué hablas, Emma?
—Dime que me vas a perdonar. Por favor. Júrame que no me odiarás por el tiempo que me costó decidirme si decirte ahora o después de tener el bebé —murmura al borde del colapso—. Te lo imploro, amiga.
Mis entrañas se aprietan, avecinando algo malo.
—Te lo juro —le contesto.
Ella me observa atentamente, cuando se da cuenta que digo la verdad, empieza a hablar.
