Capítulo # 30 Infiel

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Por toda la iluminación que ya hay en la habitación, me imagino que debe ser tarde, y me sorprende el no haber despertado antes, pero de inmediato pienso en todos los tragos ingeridos la noche de ayer, y ya no me sorprende tanto

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Por toda la iluminación que ya hay en la habitación, me imagino que debe ser tarde, y me sorprende el no haber despertado antes, pero de inmediato pienso en todos los tragos ingeridos la noche de ayer, y ya no me sorprende tanto.

Me levanto despacio y me siento en la cama, me refriego los ojos, tratando de espantar el sueño. Lo primero que noto cuando me despejo por completo es que estoy completamente desnudo. Y lo segundo es que la habitación en la que estoy es igual que la mía, pero a la inversa. Frunzo el ceño terriblemente confundido. Siento movimiento detrás de mí y me giro raudo a ver de qué se trata.

Literalmente miro sin ver, sé que hay una mujer allí. Totalmente desnuda al igual que yo, pero dentro de mi cabeza sigo buscando una explicación del porque está allí. No podía ser lo que estaba circulando por mi cerebro. No podía estar pasando, excepto que si lo estaba. Y lo peor de todo, no era la situación en sí, sino que la mujer con la que había cometido la falta.

Estaba acostada boca a bajo, cabello rubio esparcido por todo su rostro, pero no necesitaba ver su cara para saber de quien se trataba, los colores y dibujos que pigmentaban su piel ya por si solos eran un indicio.

Me paro raudo de la cama, casi tropezando con mis propios pies. En pánico empiezo a recoger toda mi ropa esparcida por la habitación, en mi cabeza sigo tratando de encontrar una explicación a lo que está pasando. Yo no podría ser capaz de hacer algo como esto, pero una mirada a la mujer en la cama me confirma que sí, que pasó y que no tengo perdón de Dios.

Me visto rápido y salgo lo más silencioso posible. Una vez en mi cuarto por fin empiezo a maldecir. Fuerzo a mi mente a que recuerde todos los hechos de anoche, dentro de mí todavía había una pequeña esperanza que solo esté exagerando y que no hayamos hecho nada, pero mis recuerdos de apoco van apareciendo a todo color y sin ningún decoro.

Mierda.

El pecho se me aprieta, mi corazón se acelera y el estómago me protesta. Corro al baño y vomito todo el alcohol de anoche, cuando ya no queda nada más que expulsar, literalmente caigo de culo al suelo y allí me quedo, sintiéndome como la mierda más asquerosa que hay en la tierra.

Hoja en blanco ☆ Galena Meyers ☆ Infiel Fiel 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora