Ganadora en los premios Carrot Awards 2020
Tercer lugar en romance, concurso Apple Awards (Red)
Sinopsis:
¿Qué pasa cuando tu mundo perfecto se derrumba a tus pies?
Andrea conoció a Justin en la fiesta de compromiso de su amiga, y de inmediato volar...
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Las cosas se habían puesto feas.
Realmente feas.
Me ponía enferma las repercusiones que estaban teniendo mis actos.
Cuando ideé meterme en la vida de Justin, no pensé en nadie más que en mí, en mi beneficio. No me importó destruir lo que fuera que se metiera en mi camino, porque a mí no me afectaba para nada. Pero me equivoqué. Sí que me afectó y de la manera que jamás llegué a imaginar.
Con mi papá.
Si había alguien a quien jamás le haría daño, a quien nunca lastimaría, es precisamente mi papá. El hombre que me consoló en mis momentos más oscuros, que batalló mis guerras cuando yo no pude, el que me calmaba después de mis pesadillas. El hombre que se desvivió para que yo saliera adelante y dejara atrás mi pasado.
Lo amo, y sin querer, había destruido nuestra maravillosa relación.
Cuando había interrumpido la pelea, antes que mi papá se hubiese ido, yo lo había visto en sus ojos. La muerte de nuestro vínculo padre e hija.
No fueron necesarias las palabras, tampoco los reproches, tan solo una mirada me bastó para saber que algo entre nosotros había muerto.
En verdad, no podía culparlo.
Sabía lo importante que son sus hijos biológicos para él, sobre todo su hija. Nunca me ocultó que tuvo otra familia antes de que se casara con mi madre. No puedo creer lo ciega que fui, como nunca uní los puntos. La famosa Andy era Andrea y Ray era Ryan. Debería haber adivinado el parentesco que los unía, pero honestamente en esos meses estaba más preocupada de concretar mis planes que prestarle atención a lo que pasaba a mi alrededor.
O sencillamente, tal vez no lo quise ver.
Todavía no podía creerlo.
Andrea era la niña de la cual mi papá pasaba hablando y de la que yo quería ser desesperadamente amiga.
A veces, cuando me contaba sobre ella y sobre Ryan, me ponía celosa. Pero siempre me calmaba diciéndome que siempre tendría un lugar para todos nosotros y que algún día seríamos grandes amigos y hermanos los tres.
